En esta ocasión, y con el título «El poder de la narrativa en la música y en la literatura», la idea fue dinámica y participativa. Por un lado, contó con intervenciones actorales para el recitado de poesía medieval española, por Ricardo Escobar, y para el canto «Riu riu Chiú», por el tenor correntino Jerónimo Vargas Gómez.
El repertorio recorrió el Medioevo, con piezas de los «Cancioneros de Palacio», interpretadas por Lorena Morilla en flauta y Lucrecia Ramírez en percusión, y del «Cancionero de Uppsalá». Posteriormente, se hizo presente el Renacimiento y Barroco con una obra de Andrea Gabrieli, interpretada por un quinteto de metales (trompeta, corno y trombones). Luego se dio paso a «El Verano», de Vivaldi, ejecutado por el solista en violín Juan José Fernández Álvarez. «Jesús, alegría de los hombres», de Johann Sebastian Bach, llenó de dulzura el espacio. Infaltable Mozart, con la Obertura de «Las Bodas de Fígaro». De la alegría de las bodas al dolor y pesar en la marcha fúnebre de Ludwig van Beethoven, segundo movimiento de la «Sinfonía 7 op 92 La M Allegreto». Nuevamente se dio paso al carácter festivo con «Oda a la Alegría», del mismo autor.
El momento lúdico fue «La pregunta sin respuesta». Una dinámica entre el público y la orquesta, mediado por su directora.s