Sin embargo, la elección del primer papa de los Estados Unidos podría ser vista como «una oposición al gobierno estadounidense» y un «éxito póstumo de Francisco», le dijo François Mabille, director del Observatorio geopolítico de la religión del Instituto francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), a AFP.
«De alguna manera, es una oposición a los nacionalistas cristianos al estilo del (vicepresidente y católico converso) JD Vance, que constituyen una de las corrientes fuertes que apoyan a (Donald) Trump» profundizó Mabille.
El New York Times escribió que la elección del primer Papa estadounidense llega en un momento en el que apenas el 20% de la población del país se identifica como católica, «un porcentaje que se ha mantenido estable durante la última década».
Agregó que hasta la muerte de Francisco ocupó uno de los puestos más influyentes del Vaticano, dirigiendo la oficina que selecciona y gestiona a los obispos a nivel mundial.
«Miembro de la Orden de San Agustín, se asemeja a Francisco en su compromiso con los pobres y los inmigrantes, y en ir al encuentro de las personas allí donde se encuentran. El año pasado declaró a la web oficial de noticias del Vaticano que ‘el obispo no debe ser un principito sentado en su reino'», señala el NYT.
El Washington Post hizo un perfil haciendo énfasis en el «yankee latino», como se lo conoce en Roma, ya que vivió 20 años en Perú en incluso tiene la nacionalidad de ese país.
El Chicago Tribune indagó en el pasado del Papa en su ciudad natal. «Las raíces católicas de Prevost se remontan a los suburbios del sur de Chicago, donde vivió en Dolton con sus padres y dos hermanos. Creció en la parroquia de Santa María de la Asunción, en el extremo sur de la ciudad, donde fue al colegio y monaguillo».
Marianne Angarola que fue compañera de escuela de Prevost lo recuerda como un buen cantante y alguien que «se preocupaba por la gente» y «buscaba lo bueno de las cosas», informó el Tribune.
El Wall Street Journal, por otra parte, se enfocó en su perfil político: «Se espera que el Papa León XIV, nacido en Chicago, que rara vez se pronunció abiertamente sobre las cuestiones polarizadoras de la Iglesia cuando era cardenal, sea una figura unificadora tras años de tensiones ideológicas entre las alas progresista y conservadora».
Según Los Angeles Times, Prevost «había sido uno de los principales candidatos al papado, pero durante mucho tiempo ha existido un tabú contra un Papa estadounidense, dado el poder geopolítico del país ya ejercido en la esfera secular. Pero Prevost, natural de Chicago, era aparentemente más elegible porque también es ciudadano peruano y vivió durante años en Perú, primero como misionero y luego como arzobispo».
Por su parte, la revista Time lo describe como «un pragmático moderado considerado cercano a Francisco, así como a la cúpula del Vaticano», y afirma que su elección «es una indicación de que los cardenales electores buscaban una mano firme para dirigir la Iglesia a través de espinosos debates doctrinales provocados por la inclinación reformista de Francisco».