La primera semana de julio fue la más cálida desde que hay registros, anunció este lunes la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo especializado de las Naciones Unidas (ONU).»El mundo acaba de experimentar la semana más cálida registrada hasta ahora, según datos preliminares», explicó el comunicado de la OMM.
El organismo ya había advertido que las emisiones de gases con efecto invernadero aumentaron la intensidad, duración y ritmo de repetición de episodios de canícula (fenómeno climático que va desde el 3 de julio hasta el 11 de agosto, en especial en Europa), «región del mundo que se calienta más rápidamente».
El texto no da cifras concretas, pero según datos del observatorio europeo del clima Copernicus comunicados a la agencia de noticias AFP, el martes 3 de julio el termómetro marcó 16,88º C de media, batiendo el récord precedente de 16,80º C de agosto de 2016.
Ese récord fue batido de nuevo el jueves 6 de julio, con 17,08º C de temperatura media, y una cifra muy similar (provisional) se produjo el miércoles y viernes, con márgenes de 0,02º C y 0,01º C respectivamente.
El mes de junio ya fue el más caluroso desde que hay registros oficiales, una combinación del cambio climático y el impacto inicial del fenómeno meteorológico El Niño.
En junio la temperatura media planetaria se situó en 16,51º C, según datos del observatorio europeo Copernicus.
En tanto, América Latina y el Caribe registraron el aumento de temperaturas más alto en los últimos 30 años a nivel mundial, con un incremento promedio de 0,2 grados por década, y la sequía del año pasado, en la cuenca del Paraná-La Plata, fue la peor desde 1944, según un nuevo informe publicado por la OMM.
En enero y febrero, Argentina y Paraguay registraron un aumento de más del 250% en el número de puntos críticos detectados en comparación con el promedio de 2001-2021.
Las temperaturas baten récords tanto en la superficie marítima como en tierra firme, «con efectos potencialmente devastadores sobre los ecosistemas y el medio ambiente», declaró la OMM.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, remarcó que «la formación de un episodio de El Niño aumentará considerablemente la probabilidad de que se batan récords de temperatura y se experimente un calor más extremo en muchas partes del mundo y en los océanos».
En ese sentido, el director de Servicios Climáticos de la OMM, Chris Hewitt, explicó que el calor excepcional de junio y principios de julio se produjo al comienzo del desarrollo del El Niño, y alertó de que se espera que ese fenómeno «alimente aún más el calor tanto en la tierra como en los océanos y conduzca a temperaturas más extremas y olas de calor marinas».
«Estamos en un territorio desconocido y podemos esperar que caigan más récords a medida que El Niño se desarrolla más, y estos impactos se extenderán hasta 2024. Es una noticia preocupante», dijo Hewitt cuando informaron sobre el récord de junio el viernes pasado.
El Niño ocurre en promedio entre cada dos y siete años, y sus episodios suelen durar de nueve a doce meses y se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las aguas de la superficie oceánica en las partes central y oriental del océano Pacífico tropical, si bien se produce en unas circunstancias de cambio climático antropógeno, explicó la OMM.
El científico agregó que las temperaturas globales de la superficie del mar alcanzaron niveles récord para la época del año tanto en mayo como en junio.
«No es sólo la temperatura de la superficie, sino que todo el océano se está calentando y absorbiendo una energía que permanecerá allí durante cientos de años. La alarma debe sonar especialmente fuerte debido a las temperaturas de la superficie del mar sin precedentes en el Atlántico Norte», subrayó.
Detalló que Irlanda, el Reino Unidos y el Mar Báltico registraron olas de calor marino extremo.
El calor en el Atlántico Norte es causado por una combinación de circulación anómala a corto plazo en la atmósfera y cambios a largo plazo en el océano y no está ligado a El Niño, que se desarrolla en el Pacífico tropical.
La OMM destacó la semana pasada que en junio el hielo marino antártico llegó a su nivel más bajo desde que comenzaron las observaciones satelitales, un 17% por debajo del promedio, rompiendo el récord anterior de junio por un margen sustancial.
A lo largo del mes, la extensión diaria del hielo marino antártico se mantuvo en valores bajos sin precedentes para la época del año.
En previsión de que se repitiera un episodio de El Niño, un informe de la OMM publicado en mayo predijo que había un 98% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años y el quinquenio en su conjunto fueran los más cálidos jamás registrados, superando así el récord alcanzado en 2016.
En el informe, de cuya elaboración se había encargado la Oficina Meteorológica del Reino Unido junto con asociados de todo el mundo, se afirma que existía un 66% de probabilidades de que la temperatura media anual del planeta cerca de la superficie entre 2023 y 2027 superara temporalmente en 1,5 grados los niveles preindustriales durante al menos un año.
Al respecto, Hewitt sostuvo que «esto no significa que en los próximos cinco años vayamos a superar el nivel de 1,5 grados especificado en el Acuerdo de París, porque el acuerdo se refiere al calentamiento a largo plazo durante muchos años. Sin embargo, supone otra «llamada de atención», o una alerta temprana, de que todavía no estamos avanzando en la dirección correcta para limitar el calentamiento de acuerdo con los objetivos fijados en París en 2015 para reducir sustancialmente los efectos del cambio climático».
La OMM alertó que «desde febrero de 2023, las anomalías medias mensuales han ocasionado un aumento significativo de la temperatura de la superficie del agua en la parte centro oriental del Pacífico ecuatorial, que ha pasado de casi medio grado Celsius por debajo de la media (-0,44 en febrero de 2023) a alrededor de medio grado Celsius por encima de la media (+0,47 en mayo de 2023)».
Según se indicó en el último boletín correspondiente a julio, agosto y septiembre de 2023, «normalmente se pronostican unas temperaturas de la superficie del mar superiores a la media en las regiones oceánicas».