El hecho ocurrió en el barrio Ongay, en Palermo e Inglaterra, demostrando la violencia de grupos delincuenciales que asolan los barrios periféricos, quienes se enfrentan a diario con los efectivos uniformados.
Es así que atacaron con palos, hierros, piedras y posiblemente otro tipo de armas a quienes trataron de detener a un arrebatador armado.
Tras la gresca para los que lo policías no tuvieron fuerza suficiente para repeler, se les ordenó al retirada no sin antes sufrir heridas en diversas partes del cuerpo, en algunos casos de consideración.