Con un título con reminiscencias tangueras y una apelación a imágenes de la vida cotidiana, que van desde una birome al postre tiramisú el nuevo libro de poemas de Vicente Muleiro, “La mueca de tu afán” reivindica la poesía como un espacio de resistencia y busca recuperar las claves de la vitalidad en una época de pospandemia y desilusión colectiva.El libro publicado por Ediciones En Danza refleja el paso del tiempo (“lo que no cargue con cierta dignidad// que se someta a la erosión del tiempo// y lo demás a un pacto//de persistencia en mÍ”), la materialidad de la escritura (“no envidia a los teclados cibernéticos// y busca palpitar la incertidumbre// el germen de la imagen”), y la necesidad de resurgir (Arroja el lastre al mar// vuelve silbando” y también “No yau un alma que abdique al estremecimiento// aunque no sepa – de pie// ante los semáforos en rojo-// de qué trata el futuro// o si merece un pelo ensortijado”).
“Me propuse dar cuenta de este estado de pérdida y, contrario sensu, rescatar una dimensión lúdica”, le cuenta el autor a Télam, ala vez que confiesa que su libro “está escrito a contracorriente del pesimismo reinante, un pesimismo que puede borronear aún las energías de resistencia”. “Padecimos una derrota reforzada: la pandemia dio cuenta de la fragilidad del cuerpo, que es nuestra única sede en este mundo, y la vida política se congeló en un estado de derrota que también alcanzó a la economía”, describe.
Luego aclara que concibe a la poesía como un espacio de resistencia: “Ante los ríos de infelicidad la indefinible poesía tiene mucho para decir y rescatar: nada menos que las claves de la vitalidad. La poesía puede redefinir ritmos, palabras de goce y reivindicación, música de lenguaje, resonancias eróticas, encuentros. Y también correlatos políticos, actitudes, militancias, micro resistencias y resistencias sociales que muevan el deseo de vivir”.
Pero para materializar esa resistencia no eligió la grandilocuencia sino a los objetos y a los instantes cotidianos: “Desde las vanguardias del siglo XX en adelante, con la poesía es posible decirlo todo, como dijo Roque Dalton- argumenta- Los objetos y los paisajes del día a día están cargados de potencia afectiva: un sabor, un instrumento para lo que sea, una plaza. Darío dejó dicho que “todas las cosas tienen su ser vital”.
Muleiro que además de poeta y novelista es periodista, define esa profesión como balcón a una realidad a la que no le es esquivo ni aunque se lo proponga y precisa, que , durante la pandemia se dedicó a la escritura y llenó alacenas de poesía, narrativa y teatro. “Estoy corrigiendo una novela, dentro de poco se estrena en El Tinglado “Milonga sin variaciones”, una obra que me dirige Manuel Callau”, adelanta y aclara: “El escritor es un animal quejoso pero bien puede celebrar la ventaja comparativa de este oficio que, en la soledad obligada del coronavirus, pudo seguir funcionando para poner en marcha la ensoñación del futuro y para lidiar ante las tristezas presentes”.
Y sobre este libro en particular, se anima a esbozar lo que es para él: “la mueca de tu afán”: “Desde muy chico yo miraba –y sigo mirando- con insistencia la cara de la gente que me tropiezo en la calle, a veces con una insistencia que me trajo problemas. Lo que me preguntaba era: ¿Con qué carga ese rostro? ¿Cómo era la cara de esta señora cuando era bebé? La mueca de tu afán podría traducirse así: ¿qué desea ese desconocido/a? ¿está vencido o aún impulsa sus deseos más caros?. En cuanto a mi propia mueca creo que sobre todo marca mi egoísmo: quiero leer, escribir, abrazar. Y ojalá se note que la mueca de mi afán tiene que ver con que se borren las marcas de las miserias materiales y los derrapes morales hoy omnipresentes”.
El autor
Vicente Muleiro es escritor y periodista. Publicó siete libros de poesía: “Para alguien en el mundo estamos lejos” (1978), “Boleros” (1982), “Pimienta negra” (1990), “El árbol de los huérfanos” (2000), “Milongas de modo tal” (2003), “Ondulaciones” (2009) y “Los goliardos” (2012). En Costa Rica publicó la antología “El maratonista” (2006). Como novelista publicó “Quedarse con la dama” (1994), “Sangre de cualquier grupo” (1996), “Cuando vayas a decir que soy un tonto” (2004, finalista del Premio Planeta 2003), “La balada de asador” (2006) y “Sangre en el viento” (2015). También escribió libros para chicos:” Don Perro de Mendoza» (2003) y otros. Es coautor de la investigación periodística “El dictador” (2001, junto con María Seoane) y de 1976, “El golpe civil”. Como dramaturgo estrenó Vidé/La cinta fija (2009), el Ciclo de Teatro Leído del Bicentenario (2010) y ”Los fantasmas de la patria» (2011).