El proyecto titulado «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba» sumó este año 185 votos a favor, 2 en contra (los de Estados Unidos e Israel) y 2 abstenciones (Ucrania y Brasil).
La votación casi repite lo ocurrido el año pasado con una salvedad: Colombia, que en 2021 se abstuvo, ahora, con Gustavo Petro en la presidencia, votó a favor.
La iniciativa cubana pidió en su texto, además del fin del bloqueo, la «igualdad soberana» de los estados, la «no injerencia en sus asuntos internos» y «libertad de comercio y navegación internacionales».
Impuesto en 1962, en plena Guerra Fría, por el entonces presidente John F. Kennedy, la medida fue recrudeciendo progresivamente para asfixiar al gobierno comunista, entre otras con las leyes Torriceli (1992) y Helms-Burton (1996), que establecieron la extraterritorialidad del embargo, lo que significa la aplicación de normas de EEUU en países extranjeros.
En un juego de palabras con la reciente crisis mundial que generó la Covid-19 y los habituales desastres naturales en la zona caribeña, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, comparó durante su intervención en la ONU al bloqueo con «una pandemia permanente, un huracán constante» por sus efectos.
«No atribuimos al bloqueo todas las dificultades que enfrenta hoy nuestro país, pero faltaría a la verdad quien niegue sus gravísimos efectos y no reconozca que es la causa principal de las privaciones, carencias y sufrimientos de las familias cubanas», aseguró el diplomático, que advirtió que el embargo «crea las condiciones que alientan las migraciones ilegales, irregulares, desordenadas e inseguras, y contribuye al crimen de la trata de personas».
En el recinto de la ONU, los discursos de los países que respaldaron el levantamiento sonaron similares y se repitieron en adjetivos descalificatorios de la medida.
Es la vez trigésima vez que Cuba consigue una victoria en la ONU, desde que en 1992 presentó por primera vez una resolución para terminar con la represalia de Washington.
En aquella primera ocasión se registraron 59 votos a favor, 71 abstenciones y 3 votos en contra, y desde entonces la iniciativa fue sumando apoyos.
El canciller Rodríguez lamentó que el embargo «continúe siendo el elemento central que define la política de los Estados Unidos hacia Cuba».
Alegó también que el bloqueo supuso para la isla daños por más de 150.000 millones de dólares, de los cuales más de 6.300 millones corresponderían a los primeros catorce meses de mandato del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Pese a sus promesas de campaña, Biden mantiene las sanciones que impuso su antecesor, el republicano Donald Trump, unos días antes de concluir su mandato, con excepción de algunas variantes menores en materia de visados, viajes y remesas a la isla.
Rodríguez calculó que más del 80 por ciento de la población de la isla nació ya bajo el signo del bloqueo y destacó que pese a las «inhumanas» presiones, «nunca renunciará» a su sistema político.
«Cuba se renueva constantemente, y lo que se mantiene inamovible, anclado en el pasado y aislado, es el bloqueo», señaló el ministro.
Desde Mantua, en lo más profundo de #Cuba, pregunto: ¿Qué harán los demócratas con esta democrática votación de la más democrática reunión de naciones? #MejorSinBloqueo pic.twitter.com/xGgHnhwcOt
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) November 3, 2022
En su cuenta de la red Twitter, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dedicó varios mensajes a la cuestión: «Desde Mantua, en lo más profundo de Cuba, pregunto: ¿Qué harán los demócratas con esta democrática votación de la más democrática reunión de naciones?», fue uno de sus escritos.
Bajo la etiqueta #MejorSinBloqueo, agregó: «Nuestra verdad puede sonar dura. Pero el bloqueo es inconmensurablemente más duro. Es brutal».
Y aún antes de la votación, con un resultado que podía anticiparse, preguntó: «¿Qué espera Estados Unidos para levantar el bloqueo? Una vez más hoy se alzará la voz de Cuba en Naciones Unidas denunciando el genocida bloqueo y apoyada por la gran mayoría de la comunidad internacional».
El miércoles, 18 exmandatarios latinoamericanos, entre ellos la brasileña Dilma Rousseff, el uruguayo José Mujica, el colombiano Juan Manuel Santos y el ecuatoriano Rafael Correa, «rogaron» a Biden en una carta que, ante la «delicada situación que atraviesa el pueblo cubano, levante estas restricciones que golpean a los más vulnerables».
«Abrumador respaldo a Cuba en la ONU contra el bloqueo», tituló en la apertura de su sitio la agencia Prensa Latina; «La comunidad internacional en contra del bloqueo de EEUU a Cuba», usó el Granma, órgano oficial del Partido Comunista isleño; y Cubadebate mostró el recinto de la ONU con los números de la votación, 185-2-2, en verde, rojo y amarillo, respectivamente.
La votación de este jueves llegó precedida de un episodio curioso: el frente del mítico Edificio Chrysler, uno de los símbolos de Nueva York, fue iluminado anoche con mensajes contra el bloqueo.
Además de la bandera cubana, las paredes del Chrysler mostraron en inglés las leyendas «Las sanciones son una violación de los derechos humanos»; «Acaben con el bloqueo a Cuba»; «Biden, vota por la paz y la justicia» y en español «Cuba sí, bloqueo no».