La ONU advirtió sobre un riesgo real de hambruna

Tras padecer hace más de dos años un conflicto armado, el paìs viva «la mayor crisis humanitaria en el mundo», señaló el coordinador humanitario del organismo, Stephen O’Brien.

Luego de más de dos años de padecer un conflicto armado que parece estar olvidado para el resto del mundo, el coordinador humanitario de la ONU, Stephen O’Brien, denunció hoy que Yemen está inmerso en «la mayor crisis humanitaria en el mundo y enfrenta el riesgo muy real de una hambruna»

La denuncia fue realizada en la conferencia internacional de donantes para Yemen que se celebra hoy en Ginebra, encuentro en el que la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, pidió recursos para el atribulado país árabe «ya que 19 millones de personas necesitan ayuda urgente».

«Entre la hambruna y la muerte se encuentra la enfermedad. Infecciones que un cuerpo sano puede superar se han convertido en mortales en personas gravemente malnutridas, especialmente niños y mujeres embarazadas», subrayó Chan.

En el mismo ámbito, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a las partes en el conflicto armado de Yemen a implicarse en las conversaciones de paz para el cese de las hostilidades que lleva adelante su enviado especial, Ismail Uld Sheij Ahmed, y lograr así una solución política a una guerra que dura ya dos años.

Asimismo, los urgió a «facilitar rápidamente y sin trabas el pasaje de ayuda humanitaria por aire, mar y tierra».

El llamamiento de Guterres fue secundado por la ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Margot Wallström, y el jefe de la diplomacia suiza, Didier Burkhalter, quienes organizan junto a la ONU el encuentro para recaudar al menos 2.100 millones de dólares, el monto solicitado por el organismo multilateral para 2017 pero del que solo se ha financiado hasta ahora el 15%.

Yemen está inmerso en una guerra que estalló cuando los rebeldes hutíes, de confesión chiita, ocuparon en septiembre de 2014 la capital y otras provincias del norte y centro del país, tras lo cual el Gobierno se trasladó a la ciudad meridional de Adén.

El conflicto se recrudeció en marzo de 2015, cuando una coalición militar integrada por países sunnitas y respaldada por EEUU intervino directamente a favor de las fuerzas leales a Abdo Rabu Mansur Hadi, único presidente reconocido por la comunidad internacional.

De acuerdo con Chan, desde que el conflicto se intensificó en 2015 se registraron unos 325 ataques verificados a instalaciones sanitarias, escuelas, mercados, carreteras y otras infraestructuras.

Además, una gran parte de la población sufre malnutrición y la situación se complicó por un brote de cólera que comenzó en octubre pasado y que ya ha provocado 24.000 casos.

La OMS creó 27 centros para el tratamiento del cólera y amplió su sistema electrónico de alerta temprana, de 440 lugares afectados por la enfermedad en 2015 a casi 2.000 el año pasado.

Las necesidades en materia de sanidad «van mucho más allá de brotes», recalcó Chan, quien explicó que los yemeníes sufren condiciones como diabetes, hipertensión y cáncer que «matan a más personas que las municiones y las bombas», informó la agencia de noticias EFE.

Los medicamentos para poder gestionar estas condiciones «simplemente no están disponibles en cantidades suficientes», indicó, antes de precisar que desde que en marzo de 2015, cuando la violencia se transformó en enfrentamiento armado, el flujo de medicinas básicas para el Yemen se ha reducido en casi un 70%.

La interrupción de servicios sanitarios esenciales «ha sido grave», subrayó la directora general de la OMS, que calcula que solo un 45% de las instalaciones de salud funcionan plenamente, casi 300 han sido dañadas o destruidas y la mayoría de los trabajadores sanitarios no perciben un salario regular desde agosto pasado.

Los testimonios recogidos en el Hospital Al Jamhori son aterradores. Mohammad Qasam, de 12 años, está siendo tratado por lesiones graves en la cabeza porque, relata, «cuando estaba jugando con mi hermano hubo un ataque aéreo y la casa cayó sobre nosotros».

El hospital, ubicado en la capital Sanaá, cuenta con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), pero todavía enfrenta una importante escasez de medicamentos, personal y equipamiento.

Muchos hospitales en Yemen fueron dañados o destruidos en el conflicto armado y los que todavía funcionan están abarrotados de pacientes.

Además, muchos de los profesionales de la salud de Yemen han huido del conflicto y los que se quedan, como el cirujano Nabil Qasim al-Haj en el hospital Al Jamhori, luchan para hacer frente a una afluencia de heridos de guerra, lesiones graves incluyendo quemaduras y lesiones en la cabeza.

El hospital quirúrgico del CICR con el apoyo de Al Mansoura, en Aden, trató cerca de 5.000 casos desde principios de 2017, muchos de los cuales son heridos de guerra desde la primera línea de la costa cerca del Mar Rojo.

Asimismo presta apoyo a otros 80 centros de salud en 17 provincias, con más de 150 donaciones ad-hoc de suministros médicos y quirúrgicos, lo que permite la asistencia sanitaria para 27.477 pacientes con heridas de guerra; y 30.292 operaciones quirúrgicas que se deben realizar.

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