«¿La nueva AI agéntica se va a quedar con tu trabajo? Bueno, quizás», el desafío del que casi nadie habló durante la mega convención de Amazon

«Hay un elefante en la sala del que nadie está hablando», dispara con algo de misterio Werner Vogels, el legendario CTO de Amazon, mientras camina por el extenso escenario del salón principal del Hotel The Venetian de Las Vegas. Vogels es el hombre de las predicciones. Como cada año, su charla principal (Keynote) es el momento cúlmine de re:Invent, la mega convención que organiza AWS para anunciar sus nuevos lanzamientos y dejar entrever algunas de las tendencias en materia de infraestructura y tecnología que marcarán 2026.

Durante toda la edición actual, de lo único que se habló fue de IA agéntica, una evolución de la Inteligencia Artificial que se viene aplicando de manera masiva y apunta a pasar de crear cosas (ya sean imágenes o resúmenes de mails) a entrar de lleno a tomar decisiones operativas en las empresas, para automatizar procesos, reducir costos y aumentar la productividad.

Dice Vogels, mientras bromea y exhibe la foto de un elefante real en la pantalla a su fondo: «¿La IA agéntica se va a quedar con mi trabajo? Bueno, probablemente», arriesga.

Las posibilidades que puede traer la IA agéntica en el futuro cercano dominaron la conversación de re:Invent de punta a punta. Casi un 60 por ciento de las más de 3.100 charlas que se dieron en los cinco días que duró el evento giraron alrededor del tema.

La conferencia es un Lollapalooza de técnicos, ingenieros y comerciales que inundan los pasillos de los hoteles más grandes de la «Ciudad del Pecado» para participar de las actividades de capacitación que ofrece AWS y ver cómo pueden hacer que sus empresas empiecen a aplicar algunas de las soluciones para ganar (o no desaparecer) en un mercado cada vez más competitivo. Banca, medios, farmacéuticas, defensa, logística, hay representantes de todos los rubros.

Sin embargo, en ninguna de las ponencias se escucha hablar de los puestos que pueden quedar en el camino, o de cómo reconvertir esa fuerza laboral, una preocupación que señaló el Foro Económico Mundial en su informe de 2025 sobre tendencias en el mercado del trabajo. Según calculan, la implementación de la IA y otra serie de transformaciones tecnológicas pueden crear unos 11 millones de puestos nuevos, pero pueden hacer que se pierdan otros 9 millones. De esos, se espera que al menos 5 millones desaparezcan a causa de la automatización. «Es el mayor factor de todos», señala el informe.

«Sí, definitivamente escuchamos ese sentimiento sobre los puestos de trabajo», responde David Levy, vicepresidente global de Sector Público de AWS, ante la consulta de Clarín sobre los riesgos. «Pero creo -sostiene Levy- que la IA agéntica va a ser una oportunidad para que los trabajadores se concentren en cosas en las que no han podido concentrarse antes porque ayudará a replantear lo que ellos están haciendo. Puedes poner a esos trabajadores y re entrenarlos en cosas más productivas», sostiene.

En su lectura, la IA agéntica tiene la posibilidad de ayudar a la gente a ser más creativa. «Habrá nuevas oportunidades para que los trabajadores vayan a diferentes tareas y diferentes roles. La radiología es un gran ejemplo. Leer una radiografía para identificar una porción muy pequeña de la patología puede tomar mucho tiempo. La IA puede eliminar mucho de eso y decirle al profesional ‘esta es el área en la que debes enfocarte’. Definitivamente creo que hay oportunidades con la IA para mejorar la productividad y para crear nuevas oportunidades para los trabajadores», aventura.

Reentrenar (reskilling) a la fuerza laboral para que se adapte a los cambios de la época es uno de los puntos en los que coinciden los speakers de la convención con el informe del Foro Económico Mundial, lanzado en enero de este año. De acuerdo a las estimaciones del paper, de cada 100 empleados que hay ahora, 59 van a necesitar capacitación en los próximos cinco años. Pero dentro de ese grupo, unos 11 corren el riesgo de no poder recibir un entrenamiento que los vuelva capaces, lo que pone en peligro sus puestos.

«Desafortunadamente el cambio ya está aquí, o sea, que nos vamos a tener que adaptar a ese cambio de alguna manera», plantea Enrique Phun, analista senior de software y Cloud de la firma de investigación de mercado IDC. «Pero te puedo decir que también si ves en la historia, cada vez que hubo una nueva tecnología que uno hubiese pensado que ahora van a desaparecer todo, el humano tiene esa particularidad de que se adapta», sostiene.

«Volvemos al tema del reskilling y de la reinvención. O sea, se puede perder ese trabajo. Pero creo que la oportunidad es ir buscando esa nueva reinvención. Vamos a tener un sistema híbrido en el cual siempre vas a necesitar de ese humano, de gente que entienda esa inteligencia artificial», plantea.

«Una de las áreas donde más se ve (el ingreso de la IA) es en marketing, redacción o programación. No va a desaparecer, se está re-transformando. Lo que no está claro es hacia dónde se está re-transformando», agrega Danielle Ibran, también analista de IDC.

«Ahí es donde creo que entra la creatividad de la persona para utilizar la herramienta para aumentar el valor, esa diferencia que tiene. Si un programador es bueno, con esas herramientas se va a volver mejor. Caso contrario, si tenés un trabajador que está en el promedio, la herramienta lo único que va a hacer es mostrar ese tipo de comportamiento que tiene», alerta.

El punto de vista lo había explorado el CEO de AWS, Matt Garman, en su keynote de apertura. Para él, el gran avance de la IA agéntica y de algunas soluciones que lanzaron este año será darle más herramientas a los trabajadores para poder encontrar nuevas soluciones en sus puestos. Una de ellas fue Kiro, un Entorno de Desarrollo Integrado (IDE) diseñado para ayudar a los desarrolladores a comunicarse de manera más precisa con la Inteligencia Artificial y pasar más rápido de la etapa de prompteo al prototipo.

También hizo foco en el objetivo de lograr que los clientes de AWS pasen a tener sus propios agentes IA, modelos de IA entrenados en soluciones específicas para sus áreas, que trabajen codo a codo automatizando tareas y buscando cómo mejorar los procesos. El leitmotiv durante su presentación (y que atravesó el espíritu de toda la semana) se sintetizó en una frase de apertura: «¿Por qué no superar lo posible? ¿Por qué no?».

El sentimiento que atraviesa a los distintos especialistas consultados es de optimismo, en contraste con la ansiedad que genera entre empleados y los jóvenes que están buscando entrar en el mercado laboral. Según un informe presentado esta semana por el Instituto de Políticas de la Escuela Kennedy de Harvard, el 59 por ciento de los jóvenes (en EE.UU) creen que la IA es una amenaza para sus carreras laborales, a medida que son cada vez más las tareas iniciales que son hechas por herramientas de IA, reduciendo el mercado laboral.

«Lo que les decimos a las empresas y organizaciones es que realmente no hay forma de que puedas considerar planificar hoy cinco años en el futuro, porque las cosas cambiarán en dos, en uno», apunta Fabio Filho, director global de iniciativas de ventas de AWS. Él es un entusiasta de la innovación y de la capacitación. Además es brasileño, por lo que aporta una mirada que realmente conoce las particularidades propias de América Latina.

«Tenemos un gran mercado laboral en la región. Tenemos falta de profesionales cualificados. Por eso estamos invirtiendo tanto en la recapacitación social y en asegurarnos de tener organizaciones educando y contratando», explica. Desde su lectura, el problema del mercado laboral es que hoy le faltan perfiles técnicos. Estiman que se necesitan al menos dos millones más de profesionales que puedan aplicar soluciones de IA.

«A partir de nuestras experiencias, vemos que las organizaciones en Latinoamérica están más abiertas a la experimentación que cualquier otra región. Y eso, en la era de la IA generativa, donde la experimentación y el ajuste son parte de las cosas por hacer, nos hace únicos», plantea con optimismo.

Otra de sus lecturas es que la IA obliga a tener que readaptarse y aprender nuevas habilidades de manera constante para no quedar en el camino. «No se trata de perder trabajos. Se trata realmente de ajustarse a los nuevos. Y esa es la clave. Todo el mundo que me pregunta: ‘Fabio, ¿quién va a perder el trabajo o cuántos trabajos se van a recortar?’ Seguimos escuchando eso, pero ¿qué pasa con los que se están creando? Hay roles ahora mismo que no existían hace un par de años: analista de datos, científico de datos, desarrollador de IA generativa (GenAI). Cada vez que alguien me pregunta de qué imagino que trabajarán mis hijos, la respuesta siempre ha sido ‘No sé, porque aún no ha sido creado’, porque las cosas están cambiando a un ritmo tan rápido que da miedo», arriesga.

Si la IA puede automatizar tareas que antes demandaban varios profesionales, el paradigma de esta nueva era sería que esas personas muestren que pueden brindar un valor agregado. «Si le pedís a una persona que haga algo, y eso lo puede hacer una herramienta, ¿eres reemplazable sí o no? Si podés agregarle un valor a lo que estés haciendo, la respuesta será no. Si la respuesta es que sí, bueno, te encontrás en una situación difícil», desafía.

Pero el gran valor agregado que ofrece aún el humano real son sus habilidades blandas, la capacidad de liderar equipos. «La IA, por muy avanzada que esté, aún no tiene dominio, razonamiento cognitivo o social. Así que no nos van a reemplazar a corto plazo. El humano siempre estará en el flujo de trabajo (Human in the loop) de alguna manera», vaticina.

El cierre de Vogels va en la misma dirección. Le habla a un auditorio de más de 8.000 personas, poblado en gran parte por desarrolladores y programadores, un rubro que siempre fue clave y bien demandado pero que ahora también quedó en medio de una turbulencia ante la masificación de IAs que pueden escribir código y ejecutarlo.

Su predicción apunta a una nueva era similar al Renacimiento europeo, pero de desarrolladores, donde la curiosidad y la exploración llevaron a nuevas ideas. Lo escoltan imágenes gigantes de Leonardo Da Vinci y Galileo Galilei, entre otros. «Lorenzo de Medici probablemente haya sido la primera versión de lo que hoy conocemos como un inversor de riesgo (venture capitalist), filántropo o como quieras llamarlo», dice.

El desarrollador del futuro, enumera Vogels, debe ser curioso, pensar en sistemas, comunicarse eficientemente con otros, ser propietario de lo que crea y saber de varios rubros. «¿La IA agéntica se va a quedar con tu trabajo? Bueno, probablemente. Ahora, ¿te volverá obsoleto? No si evolucionas», dice. Y vuelve a recordar: «El trabajo es tuyo, no de la herramienta».