La mitad de los argentinos son pobres


El 50% de los argentinos ya cayó por debajo de la línea de la pobreza, le comunicó el Gobierno al Fondo Monetario Internacional (FMI). Este relevamiento pone en contexto el alcance de la crisis, de las gestiones del kirchnerismo que marcaron el devenir del país en los últimos 20 años.

En un documento presentado al organismo multila­teral, el Ministerio de Economía realizó un duro infor­me sobre la situación económica y social que atraviesa el país.

La carta fue firmada por el titular del Palacio de Ha­cienda, Luis «Toto» Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausilli, y que ayer fuera difundido por la agen­cia Noticias Argentinas.

La gestión de Javier Milei «re­cibió la peor situación económi­ca, financiera y social de nuestra historia, con una economía al borde de una crisis total debido a desequilibrios macroeconómicos crónicos y generalizados», dice el informe.

En la misma línea, agrega: «Los salarios reales cayeron y los ni­veles de informalidad y pobreza aumentaron. Hoy, más del 50% de los argentinos viven por debajo de la línea de la po­breza, y ese número se acerca al 60% para los niños».

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) había informado que en el primer semestre de 2023 la pobreza llegó al 40,1%.

Según consta en el documento, el Gobierno confir­mó que quiere aplicar «un plan de estabilización or­todoxo y ambicioso, destinado a corregir las extensas fallas de la política de la administración anterior, para evitar el colapso de la economía».

El informe explica: ‘Nuestro programa se basa en un ajuste fiscal ambicioso de aproximadamente el 5 por ciento este año, logrado mediante una combinación equilibrada de recortes de gastos, e inicialmente, me­didas de ingresos temporales, que proporcionan espa­cio para aumentar la asistencia social».

Con respecto al déficit fiscal, los funcionarios sostu­vieron que el año pasado este indicador superó el 5% del PBI y subió al 15% al tener en cuenta costos cuasi-fiscales. «La monetización del déficit fiscal de 2023 por parte del Banco Central alcanzó el 5% del PIB, avi­vando la inflación, creando una gran sobreoferta de pesos y debilitando significativamente el balance del banco central», describe.

«Al asumir el cargo nos enfrentamos a un peligroso colapso del 5% en la actividad industrial y a una infla­ción descontrolada, ya a una tasa diaria del 1,5%, cer­cana a la hiperinflación. También tuvimos pagos inminentes al FMI y tenedores de bonos internacio­nales por más de USD 2.500 millo­nes. Con reservas internacionales insuficientes en el Banco Central, enfrentamos el riesgo de no poder cumplir con nuestras obligaciones externas», agrega.

Por otro lado, el informe añade que «las reservas internacionales se agotaron, y las reservas inter­nacionales netas cayeron a un alarmante déficit de USD 10.300 millones».

Caputo planteó que el gasto público se está redu­ciendo de manera drástica mediante varios recortes en subsidios energéticos y de transporte, mal dirigi­dos e ineficientes, empleo público, gastos de capital y transferencias a provincias y empresas estatales.

La descripción de las acciones van en sintonía con las promesas de campaña, con aciertos y errores en estos casi dos meses de gestión, y con una evidente diferencia con la gestión anterior, que hizo del letargo un modus operandi.

El país en crisis, sometido al debate legislativo in­tenso con el tratamiento de la ley ómnibus en parti­cular desde hoy, intenta sortear la coyuntura con pro­yección de un modelo, resistido por el kirchnerismo, con una grave situación social.



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