la Joya rechazó la oferta millonaria de Al Qadsiah de Arabia Saudita

«Gracias Roma, nos vemos el domingo», publicó este jueves el delantero argentino Paulo Dybala para confirmar su continuidad en el equipo giallorosso a pesar de la oferta millonaria que recibió del Al-Qadsiah saudita. La Joya publicó el mensaje en sus redes sociales horas después de que fanáticos del club de la capital italiana se acercaran a la puerta del centro deportivo de Trigoria para saludarlo, luego de que trabajara en el gimnasio mientras sus compañeros se entrenaban de cara al partido del domingo contra Empoli, por la segunda fecha de la Serie A.

Los tifosi de Roma rodearon el auto en el que Dybala abandonó el centro deportivo a la espera de una definición de su eventual traspaso al Al Qadsiah, que le había ofrecido un suculento contrato por tres temporadas con un salario total de 75 millones de euros.

La prensa italiana había publicado que Dybala, de 30 años y arribado a Roma en la temporada 2022-23, iba a aceptar la propuesta del Al-Qadsiah, que de todas formas debía llegar luego a un acuerdo con el club, cuya directiva mantuvo una reunión con el agente de la Joya, Carlos Novel, para destrabar la operación.

Este encuentro se llevó a cabo un día después de una reunión entre directivos de Roma y emisarios del Al Qadsiah, que ofreció 3 millones de euros más otros en variables por el pase de Dybala, que el pasado domingo ingresó en el complemento del 0-0 de su equipo en campo del Cagliari por la primera fecha de la Serie A.

El contrato de Dybala, que suma 34 goles y 18 asistencias en sus 78 partidos con Roma, incluía una cláusula que habilitaba a un club del extranjero a ficharlo a cambio de 12 millones de euros hasta el pasado 31 de julio, fecha tras la cual cualquier interesado en contratar al delantero argentino debe sentarse a negociar con el club italiano.

Rechazar el faraónico dinero saudita por quedarse en el club donde es amado, tal como quedó demostrado en la noche romana cuando los fanáticos se acercaron hasta su propia casa para celebrar su decisión, lo convierten en uno de esos románticos empedernidos que ya casi están en peligro de extinción en el fútbol moderno.

Por Roma han pasado muchas figuras de culto. Pasó con Totti o con De Rossi, que eran de la casa. También con José Mourinho, al que se le guarda un cariño especial por su entrega. Y con Dybala fue como un amor a primera vista. En su llegada a la capital italiana, un caluroso 26 de julio de 2022, lo recibieron casi 10.000 hinchas.

Dolido por su inesperada salida de la ‘Juve’, que después de tenderle la mano de la renovación lo dejó fuera del proyecto, se quedó sorprendido del cariño recibido en esa presentación multitudinaria, en una imagen con el himno del club del fondo que queda ya en la historia de la ‘Loba’. Ojos vidriosos por el cariño recibido, mirada decidida a devolver todo ese afecto sobre el césped.

Su calidad nunca estuvo en discusión. Tampoco su capacidad de liderazgo. Fue el jugador diferencial de la época de Mourinho. Un equipo bien armado atrás, al que era muy difícil convertirle un gol. Arriba, la magia de Dybala permitía seguir soñando en Europa. Ahora será la pieza clave en el de De Rossi.

Después de ganar la Conference League 2022, el reto del Roma era la Europa League y volver a ‘Champions’. Y para eso fichó a Dybala. Ganar el segundo torneo europeo más importante significaba el pasaje a la Liga de Campeones, objetivo complicado de conseguir a través del campeonato italiano.

Así que la Joya se puso manos a la obra. Decidió los 16avos de final con un gol ante el Salzburgo, equipo que llegaba como tercero en fase de grupos de ‘Champions’. Asistió en octavos ante la Real Sociedad para encarrilar el pase. En cuartos, en la vuelta, como suplente y medio lesionado, desató la euforia con un gol a los 89 minutos que llevó el partido al alargue. Mismas molestias que le impidieron jugar más de 15 minutos en las semifinales ante el Leverkusen.

Pero el objetivo de la final estaba conseguido. Era su torneo, su momento. Y no falló. Marcó ante el Sevilla para poner el 1-0. Rozó la gloria con la ‘Loba’, pero un tanto en contra de Mancini y un penal no señalado mandaron el partido a los once metros donde la Roma despertó del sueño.

Las lágrimas empezaron a brotar en su rostro de manera incontrolable. Ni siquiera Matic pudo consolarle. Estaba destrozado, consciente de la oportunidad perdida.

Volvió a intentarlo la temporada pasada. Pero Xabi Alonso se interpuso en semifinales con el Leverkusen, invicto en la temporada hasta que se cruzó en la final con el Atalanta. Había marcado y asistido en cuartos ante el Milan; y marcado en gol ante el Brighton en octavos.

Decisivo siempre en los momentos importantes, resucitando a la Roma con acciones de fantasía, con esa zurda con la que continuará dibujando sonrisas en el estadio Olímpico, tiene todavía un gran debe durante su estancia en el Coliseo romano: las lesiones. Se ha perdido 34 partidos desde su llegada que le han impedido la continuidad que tanto desea en Serie A.

Un factor clave, entre tantos otros, que explica también el por qué el Roma nunca ha estado cerca de los puestos de ‘Champions’ o, cuando lo ha estado, siempre con la sensación de ir muy justo. El club persigue otra vez el mismo objetivo. La tercera, quien sabe, puede ser la vencida.

El cordobés es el jugador diferencial para un plantel que mantiene a su gran estrella, a su gran talento, a la última ‘Joya’ que brilló en Roma, a la inversa de lo que suele ocurrir, porque Dybala ha sido de los pocos elegidos que ha hecho enamorar al resto.

Ante el Empoli, en el estadio Olímpico lleno, comenzará otra historia más de Dybala. Ya sin presiones, sin negociaciones en el horizonte. Porque uno de los últimos románticos empedernidos del ‘calcio’, se queda en casa.