la fiscalía ratificó la «venganza narco» y pidió perpetua para «Mameluco» Villalba


Luego de un juicio oral corto, de bajo perfil y con pocos testigos, el fiscal de Morón Mario Ferrario alegó el lunes en el juicio oral conocido como «Candela 2». Tras una hora y media de repasar las pruebas de cargo, pidió prisión perpetua para el capo narco de San Martín Miguel Angel «Mameluco» Villalba (60), el buchón policial Héctor «El Topo» Moreira (53) y el policía bonaerense Sergio Chazarreta (55).

A los tres los consideró parte de un plan en el que el secuestro y muerte de Candela Sol Rodríguez (11) –ocurrido en agosto del 2011– sólo fue un medio para vengarse de su padre, «Juancho» Rodríguez, preso por entonces en una causa de piratería del asfalto.

Pero para la fiscalía la venganza no tuvo que ver nada con el robo de camiones y sí mucho con el negocio de la droga y con una supuesta traición. En la composición de lugar de Ferrario, «Mameluco» mandó secuestrar a Candela porque estaba convencido de que «Juancho» era informante de la Policía Federal y lo había entregado cuando estaba prófugo. Detalle: Villalba, efectivamente, fue detenido apenas unas semanas antes del secuestro de la nena.

El rol de Moreira y Chazarreta –según el alegato– habría sido levantar a Candela a la vuelta de su casa en Hurlingham. Para esto usaron la camioneta Ford Eco Sport del policía bonaerense, que quedó filmaba. Las imágenes –aunque borrosas– fueron peritadas y se determinaron coincidencias (portaequipaje, calcomanías) compatibles con las de Chazarreta.

Eso sí, ni Moreira ni Chazarreta están señalados como los autores materiales del crimen. Por el caso hubo un primer juicio oral que terminó en 2017 con las condenas a perpetua para Hugo Elbio Bermúdez (66), como autor material, y para Leonardo Jara (46), como partícipe necesario. También hubo una pena menor (4 años) para Gabriel Fabián Gómez como partícipe secundario.

Candela tenía 11 años cuando fue secuestrada, violada y asesinada en Hurlingham, en agosto de 2011.

De esa primera etapa quedó «colgado» el carpintero Néstor Altamirano (62) que por las idas y vueltas del expediente llegó a juicio recién ahora, en «Candela 2». En su alegato el fiscal Ferrario decidió no acusar a Altamirano quien fue uno de los primeros detenidos, ya que se lo acusaba de haberle dado de comer a Candela en la famosa casa rosa de la calle Kiernan.

Ahora será el turno de los alegatos de las defensas ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de Morón que ya fijaron el miércoles 8 de mayo para la lectura de la sentencia. De los cuatro acusados, solo uno, «Mameluco», llegó al debate preso. Sobre él pesa una condena de 27 años por narco y tiene otro juicio pendiente por las 23 muertes provocadas en febrero de 2022 con cocaína adulterada con carfentanilo.

El caso Candela

Candela Sol Rodríguez tenía 11 años cuando fue secuestrada el 22 de agosto de 2011 a metros de su casa de Hurlingham. Encontrarla se convirtió en una causa nacional que fue perdiendo fuerza a medida de que crecían los rumores de una venganza narco contra la familia.

La nena apareció muerta a los pocos días del secuestro, el 31 de agosto. Aunque era buscada por 1.500 agentes, helicópteros, 140 patrulleros y 16 perros rastreadores, la encontró un cartonero, entre la basura, sobre Cellini al 4700, a 30 metros del cruce con la colectora de la Autopista del Oeste, en Villa Tesei.

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de Morón fijó como fecha para la sentencia el 8 de mayo. Foto Luciano ThiebergerEl Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de Morón fijó como fecha para la sentencia el 8 de mayo. Foto Luciano Thieberger

Estaba desnuda, dentro de una bolsa de basura. La habían violado. La imagen del entonces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y la mamá de la nena, Carola Labrador –ambos al costado del basural– recorrió el país en segundos y quedó en la memoria de todos.

«No hay Justicia que me devuelva a Candela con vida, pero quiero Justicia. Seguiré honrando el nombre de mi hija hasta el fin de mis días. Hoy muchas personas quieren saber cuántos más participaron de alguna manera en su crimen», le dijo Labrador a la agencia Télam antes del juicio Candela 2.

Paradójicamente en pleno debate renunció a su rol de «particular damnificada», dejando a Ferrario solo a la hora de acusar. Eso sí, para escuchar el alegato fiscal apareció entre el público su histórico abogado, Fernando Burlando.

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