La esposa de Martín Del Rio, el presunto parricida de Vicente López, le comunicó al juzgado que nunca autorizó al acusado a pedir la prisión domiciliaria en la casa familiar del country Nordelta del partido bonaerense de Tigre porque está bajo tratamiento psicológico y con ataques de pánico, y la abogada del imputado le respondió en un escrito que no cumple con sus deberes conyugales y la acusó de “vivir holgadamente” de los años de trabajo de su cliente, informaron este martes fuentes judiciales.El cruce entre la esposa de Del Río -su identidad se mantiene en reserva para resguardarla-, y la abogada Mónica Chirivin surgió luego de que la defensora presentara ante el juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, un pedido de morigeración de la prisión preventiva de su cliente por cuestiones de salud.
Pero lo curioso del planteo es que propuso como posible domicilio para el beneficio la casa familiar de Del Rio en el barrio Barrancas del Lago del country Nordelta, donde aún vive su esposa, quien inició los trámites de divorcio luego de su detención y de enterarse por esta causa que su marido tenía una relación extramatrimonial con otra mujer.
Una constancia
Por ello, en la causa hay una constancia –a la que accedió Télam-, en la que una auxiliar letrada del juzgado dejó asentado que mantuvo una comunicación telefónica con la esposa de Del Rio y ésta manifestó que “de ninguna manera ofreció su domicilio” para el beneficio y que “tanto ella como sus hijos no prestarán conformidad para que se analice que el causante regrese a ese domicilio”.Según la misma nota judicial, la mujer también afirmó que “el grupo familiar en su totalidad se encuentra bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico, cursando incluso ataques de pánico”.
La abogada Chirivin presentó en las últimas horas un escrito en el que le informa al juez Costa que ante la negativa de la familia de recibir a Del Rio en la casa de Nordelta en caso de que prospere el pedido, en breve propondrá otro domicilio como alternativa para el eventual beneficio.
Pero en varios párrafos de la presentación, Chirivin le respondió a la esposa de Del Río y, pese a que la mujer ya inició el divorcio, la cuestionó por no cumplir sus supuestas obligaciones maritales.
“El domicilio ofrecido por esta defensa a instancias de su defendido es un inmueble propiedad de él (…). La Señora., con su proceder, incumple el deber moral de prestarse asistencia y de atender a las necesidades materiales que como cónyuge le debe a mi ahijado procesal”, opinó la letrada.
Abandonado a su suerte
La abogada dice además que quedará “en su conciencia las consecuencias que dicho proceder pueda causar en la persona de Martín Santiago Del Rio, quien a la luz de la realidad se encuentra abandonado a su suerte por su esposa”.
Y agrega que al igual que su padre –el suegro de Del Rio declaró y lo complicó en la causa-, «se pone en rol de juzgador y condenan sin pruebas a Martín Santiago Del Rio, para asumir un rol de víctimas, sin dejar de vivir holgadamente del producto de años de esfuerzo de Martín, quien siempre se ocupó del crecimiento económico familiar”.
José Enrique Del Rio (75) y su esposa María Mercedes Alonso (72) aparecieron asesinados -él de tres balazos y ella de uno- el pasado 25 de agosto en el interior de su automóvil en el garaje de su casona de la calle Melo 1101, de Vicente López.
Si bien la empleada María Ninfa «Nina» Aquino fue la primera detenida, el juez de la causa la liberó por falta de pruebas y el 7 de septiembre los fiscales detuvieron al hijo menor de los fallecidos, Martín, como supuesto autor de un doble parricidio.
Para los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería, con un «plan previamente diagramado», Del Rio asesinó a sus padres a balazos con una pistola calibre 9 milímetros el 24 de agosto pasado, entre las 17.33 y las 18.30, dentro del automóvil Mercedes Benz guardado en la cochera de la propiedad, tras lo cual robó el DVR con las grabaciones de las cámaras de seguridad y montó la escena para que parezca un homicidio en ocasión de robo.
En base a prueba fílmica, tecnológica y testimonial recopilada por la fiscalía, el juez Costa dictó el 7 de este mes la prisión preventiva de Del Rio como autor de un «doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa» (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la prisión perpetua.
Para los fiscales, el móvil fue económico y está vinculado a los desmanejos financieros del imputado con los bienes y negocios familiares y la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del barrio porteño de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares, y que Del Río hijo nunca pudo concretar.