La convocatoria, en el Union Park, a pocas cuadras del centro de convenciones donde comenzó este lunes la reunión demócrata, reúne a varios centenares de manifestantes y un despliegue inmenso de fuerzas de seguridad a pie y en bicicleta, aunque por ahora las protestas son pacíficas.
Es que todavía está fresco en la ciudad el recuerdo de 1968, cuando las imágenes de una brutal represión policial a los manifestantes en contra de la guerra de Vietnam en los márgenes de la Convención Nacional Demócrata de ese entonces conmovieron al país y al mundo.
Esta guerra de hoy es diferente a la de Vietnam, pero tiene alcances globales y ha pegado fuerte entre los jóvenes y universitarios de los Estados Unidos, que reclaman un giro en la política respecto de Israel, un histórico aliado estadounidense.
“¡Basta de financiar genocidas!”, brama Hafik, que marcha con pañuelo al cuello y anteojos negros. Es estudiante de la Universidad de Michigan y llegó hasta Chicago para protestar junto con miles de palestinos y otros jóvenes que consideran que Biden es demasiado complaciente con el gobierno de Benjamín Netanyahu y su ofensiva sobre Gaza. “Es una masacre”, dice a Clarín. “Estados Unidos no puede permitir que Netanyahu cometa crímenes de lesa humanidad. Hay que frenar el financiamiento a Israel”, señala.
Los jóvenes marchan por la calle, en forma ordenada, en un recorrido que les fue asignado y que los alejó a varias cuadras del lugar de la convención, el United Center. Caminan por el centro de la calle y por el parque, flanqueados por un pelotón de uniformados en bicicletas que no les permite salir a la manifestación de su curso. Llevan carteles con las imágenes de Biden, Netanyahu y Harris con la leyenda “genocidas”. Otros rezan. “Frenen la maquina estadounidense de matar”.
El origen de las protestas
La mecha de las protestas propalestinas se encendieron tras la ofensiva israelí sobre Gaza, que causó decenas de miles de muertos y graves violaciones a los derechos humanos. La reacción israelí fue en represalia por el ataque terrorista de Hamas a una fiesta de estudiantes y kibutz cercanos, donde asesinaron a unos 1.200 israelíes y secuestraron a varios centenares, muchos de lo cuales aún siguen en cautiverio.
Estudiantes propalestinos acamparon en campus de varias universidades de Estados Unidos y hubo arrestos por parte de la policía, en medio de asaltos a edificios y acusaciones de antisemitismo. El manejo de las manifestaciones provocó la renuncia de varios rectores de prestigiosas universidades como la de Columbia.
Aunque las marchas se acallaron considerablemente, durante las vacaciones de verano, a tensión por el tema sigue y hasta Chicago llegaron miles de manifestantes de varios estados –los organizadores dicen unos 20.000– para reclamar por un cambio de política en torno a la guerra.
Las comparaciones con 1968, cuando esta ciudad también albergó la Convención Demócrata, fueron inevitables. En ese entonces EE.UU. estaba atravesando un convulso periodo histórico, marcado por los magnicidios del presidente John F. Kennedy en 1963, de su hermano y sucesor político Robert F. Kennedy y el activista por los derechos civiles de los afroamericanos Martin Luther King Jr., ambos en aquel año.
La oposición contra de la guerra de Vietnam, que tuvo como caldo de cultivo los campus universitarios, ya se había ido fortaleciendo durante varios años, creando lo que es considerado ahora como el mayor movimiento antibélico en la historia del país.
Muchos historiadores comparan ambos movimientos, aunque destacan que el actual es de menor envergadura.
Biden condenó las protestas, pero Harris por ahora no se ha manifestado claramente sobre el tema. Sin embargo, algunos manifestantes de su propio partido suelen gritarle en los actos de campaña. En un momento muy comentado, Harris acalló recientemente a manifestantes en un acto en Detroit (Míchigan) diciéndoles: «Si quieren que Donald Trump gane, díganlo y ya».
El partido está discutiendo la plataforma y no parece que habrá cambios de política. Reitera la posición tradicional de apoyo a Israel y pide “un acuerdo de alto el fuego inmediato y duradero e Gaza”.
Los demócratas no quieren que las marchas les arruinen la fiesta partidaria. El actual alcalde de la ciudad, el progresista Brandon Johnson, ha prometido proteger el «derecho fundamental» a la protesta y hacer que las voces de los activistas «sean escuchadas».