Durante la noche del martes, la familia de Maximiliano Cifuentes, el joven de 21 años que fue víctima de un homicidio el 1 de enero, volvió a concentrarse en el exterior de la Escuela Nº 27 del barrio Laprida para luego movilizarse por distintas calles del barrio para pedir que el caso del joven no quede impune y que Roberto Alejandro Romero, de 33 años, el señalado como autor, permanezca detenido y sea condenado por el hecho que conmocionó en medio de la llegada de año nuevo a Comodoro Rivadavia.
La marcha se realizó desde las 20, debido a que se buscaba que puedan participar familiares y amigos que no pudieron hacerlo en la manifestación concretada el lunes por la mañana, por cuestiones laborales, además de invitar a la comunidad en general a pedir por seguridad y que se garantice que esto no vuelva a ocurrir.
Ya en la primera movilización, Bárbara Sarmiento, madre de Maximiliano, expresaba: “estoy totalmente destruida, quiero justicia para mi hijo, dejó a una hija sin su papá. Mi hijo era un chico trabajador, tranquilo, no le hacía mal a nadie, solo salió a festejar como cualquier chico de su edad” y denunció “escuché todas las versiones, sé que tienen ayuda política, igual van bien las cosas. Quiero justicia para mi hijo. Yo llevé a mi hijo al hospital, lo levanté muerto porque la ambulancia nunca llegó”.
El tío de Maximiliano, Pablo Sarmiento, es otra de las personas que encabezó ambas manifestaciones, y precisó que “todo comenzó porque ellos fueron a orinar una pared, salió la mujer (pareja de Romero) a hacer escándalo, y salió él no sé si intoxicado o qué, un tipo de 1,90 metros, que sabe artes marciales y tiene 36 años, que le pegue a un nene de 21 años. Mojado mi sobrino pesaba 70 kilos, este tipo pesa 100 kilos, sabiendo artes marciales, agarró un cuchillo y le quitó la vida. Si fuera como él dice, ¿cómo no lo agarró hasta que llegara la policía y aclararan las cosas?”; y remarcó “no hubo problemas en la fiesta, él se retiraba, se iba para su casa, están las cámaras, los mensajes con la novia que se iba para la casa y pasó esto”.
Dejando entrever que testigos están siendo amenazados para evitar que la causa continúe su curso, y evitar que Romero sea condenado en juicio.
Las manifestaciones tendrán continuidad de acuerdo a lo relatado por la familia, para que el tema no quede en el olvido, para que la causa siga el curso correspondiente y para que no vuelvan a ocurrir este tipo de hechos.