El aviso, apenas hora y media antes de que dos misiles redujeran a escombros el edificio, despertó para muchos residentes del extrarradio del Dahye los fantasmas de un conflicto durante el que sus barrios fueron bombardeados cruentamente, casi siempre tras órdenes de evacuación como la de este viernes.
«Estaba durmiendo cuando el conserje llamó a la puerta para avisarme, me desperté, y vi que tenía muchas llamadas y mensajes de familiares alertándome (…) Puse ropa en una mochila y la primera explosión de aviso me atrapó en el departamento; todo tembló y entonces salí corriendo«, relata Sawsan a EFE.
Los cazas israelíes llevaron a cabo tres simulaciones de ataque a intervalos, hasta que, finalmente, el bombardeo real resonó con fuerza por toda la capital.
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Israel bombardea Beirut y despierta fantasmas de guerra en la capital libanesa
La mujer, de 30 años, explica que el ataque tuvo lugar unos 15 minutos después de que abandonara corriendo su casa en el barrio de Hadath y no esconde que está «asustada» mientras deja pasar el tiempo junto a otros evacuados congregados alrededor de una iglesia no muy lejos de lugar del ataque.
«Cuando escuché el sonido recordé lo que sentía durante la guerra y me sentí fatal. Estaba nerviosa, notaba como mi cuerpo temblaba», afirma la vecina.
Durante la cruenta ofensiva área israelí que golpeó el Líbano entre el 23 de septiembre y el 27 de noviembre de 2024, y que acabó convirtiendo el Dahye en un suburbio fantasma hasta la entrada en vigor de un alto el fuego, Sawsan dormía en el coche o en la calle.
«Ahora estamos otra vez aquí afuera esperando», lamenta.
Las últimas explosiones habían resonado en el Dahye la madrugada del 27 de noviembre, cuando el reloj se acercaba a la entrada en vigor del cese de hostilidades, y desde entonces el suburbio capitalino vivía en calma pese a la repetición de algunos ataques en zonas más meridionales.
Sin embargo, a primera hora de este viernes, dos cohetes fueron lanzados desde el Líbano hacia el norte de Israel, provocando en respuesta una serie de bombardeos contra el sur del territorio libanés, el más grave de los cuales causó al menos tres muertos y 18 heridos en Kfar Tebnit.
Al mediodía, llegó el ataque al lado de Beirut, disparando los miedos a una nueva espiral de violencia.
Farid, otro vecino de Hadath que este viernes tuvo que abandonar su hogar corriendo, reconoce que no se puede sacar de la cabeza la posibilidad de que se reactive la guerra y solo espera que este ataque no sea el inicio de un regreso a la situación que les tocó vivir hasta finales del pasado año.
«Si la guerra vuelve tengo que cuidar de mi mujer, de mis hermanas y padres. Tengo que estar pendiente de mi vida y de la suya, y me preocupa; si ahora pasase algo en mi casa no tendría otro hogar donde vivir», lamenta a EFE el joven, de 32 años.
«Durante la guerra dormíamos en el coche, solo entrábamos a casa de vez en cuando para ducharnos y volvíamos al coche», recuerda.
Por ello, al enterarse de la nueva orden de evacuación israelí lo primer que sintió fue «miedo» a tener que volver a pasar sus días de aquella forma. También le cruzó la mente un pensamiento claro: «No quiero vivir en un coche», comenta Farid.
Mostafa es cristiano, tiene 51 años y el caos de este viernes le dejó atrapado en la carretera de Hadath mientras iba a buscar a su hijo.
Después de que el Ejército israelí avisara en la red social X de que tenía planes de hacer volar por los aires un edificio en la zona, la población salió corriendo a las calles entre disparos al aire para avisar del peligro y las autoridades anunciaron la cancelación de clases en el área.
Sin embargo, pese a todo, Mostafa no comparte los miedos a un nuevo ciclo de violencia de envergadura, ya que está convencido de que el lanzamiento del cohete no tiene nada que ver con Hezbollah.
«No creo que la guerra vaya a volver a empezar, no estoy asustado, solo es una amenaza», zanja, mientras las autoridades libanesas tratan de establecer la autoría del ataque simbólico que despertó a los cazas israelíes.