Irán ya no permitirá que Rafael Grossi, el diplomático argentino que preside el Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea), visite sus instalaciones nucleares, ni permitirá la instalación de cámaras de vigilancia en ellas, anunció Hamid Reza Haji Babaei, vicepresidente del parlamento iraní. La ley, aprobada por unanimidad por los 221 legisladores presentes, determina la suspensión de la cooperación hasta que los centros nucleares y los científicos iraníes estén totalmente protegidos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y según lo determine el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
La decisión se produce después de que Teherán criticara repetidamente a Grossi durante la guerra contra Israel, y tras la suspensión de la cooperación con el Oiea. Haji Babaei también acusó a Estados Unidos de liderar una guerra contra la nación persa, asegurando que «el núcleo de esta enemistad no son los misiles ni el programa nuclear, sino el pueblo de Irán. El Oiea y su director son plenamente responsables de esta sórdida situación. La insistencia de Rafael Grossi en visitar los sitios bombardeados con el pretexto de las salvaguardias carece de sentido», escribió el canciller Seyed Abbas Araghchi. La decisión iraní no hace más que poner un nuevo ladrillo en el muro que se ha levantado entre la república islámica y Grossi desde que Israel lanzó una operación de bombardeos contra instalaciones nucleares.