En Tucumán, el efectivo confesó la verdad durante el juicio abreviado parcial que se lleva adelante en Tribunales, en los cuales se evalúa la situación y se definirá en cuál será la sentencia para el agente.
Un efectivo de la Policía de Tucumán confesó haber asesinado a un joven de 24 años, en un hecho ocurrido el 12 de mayo pasado en el barrio Independencia de la capital de esa provincia y por el cual había sostenido que fue “víctima de un robo”.
Durante el juicio abreviado parcial que se le lleva adelante en los Tribunales de Tucumán, el policía dio su versión y se dio lugar a una audiencia de cesura en la que se definirá cuál será la pena. Si bien la Fiscalía y la defensa manejan una condena de 15 años, la querella, considera que la pena debe ser mayor.
Trascendió de la investigación que el episodio ocurrió cerca de un comercio ubicado en avenida Independencia al 3.100, en tanto, la cámara de seguridad del comercio fue clave en la investigación para “tirar abajo” la coartada del agente identificado como Juan Alberto Salinas (27), quien al momento del hecho no se encontraba en funciones.
Salinas llegó al local en un automóvil Fiat Palo, después arribó la víctima, Juan Pablo Ovejero, junto a un amigo. De acuerdo con la investigación, el policía comenzó a discutir con ambos y, con una “actitud prepotente”, extrajo su arma reglamentaria 9mm e intentó pegarle culatazos. A la escena también se sumó otro oficial de la fuerza policial, quien también estaba fuera de servicio y trató de calmar la situación, sin poder lograrlo.
Los investigadores sospechan que había una enemistad antigua por el homicidio de un amigo de Ovejero, por el que responsabilizaba a Salinas. Lo cierto es que, ante la amenaza, los dos jóvenes se retiraron rápidamente y corrieron hacia unos pasillos, pero el efectivo los siguió y les gatilló dos veces por la espalda: uno de los balazos impactó en el hombro izquierdo de Ovejero y le provocó la muerte.
Luego del cometido, el efectivo se presentó en la Comisaría N° 8, alegando haber sido víctima de un intento de robo en el que, según él, los jóvenes intentaron quitarle su arma, y que el disparo que mató a Ovejero se había producido de manera accidental durante un forcejeo. Las investigaciones del Ministerio Público Fiscal de Tucumán, con intervención de la Unidad de Homicidios II a cargo del fiscal Carlos Sale, desmintieron su versión gracias a las pruebas recolectadas por el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF).
Es que entre las evidencias incluyeron el video de la cámara de seguridad del drugstore, que registró parte de la secuencia, y testimonios de testigos que escucharon dos disparos. Aunque la filmación no capta el momento exacto de los disparos, sí muestra a Salinas guardando el arma y subiéndose a su vehículo tras la agresión. Las imágenes fueron claves para demostrar que el supuesto robo no existió.