El papa Francisco asistió, sentado ante la imagen de la Virgen de Fátima en la capilla de las apariciones, al rezo del Rosario que se celebró ante más de 300.000 fieles con sus velas encendidas en la explanada del santuario mariano.
Ante el sugestivo escenario de la explanada iluminada con cientos de miles de antorchas, Francisco participó en la bendición de las velas y después leyó en portugués un mensaje a los fieles.
Tras concluir el mensaje, Francisco permaneció de pié en total recogimiento durante unos 10 minutos ante la imagen de la Virgen, entallada en madera de cedro y con la corona con la bala que hirió a Juan Pablo II en 1981.
Después se sentó ante la imagen y con la cabeza gacha rezó el Rosaro con el resto de los fieles procedentes de varias partes del mundo y que muchos de ellos pasarán la noche en esta explanada para asistir a la misa de mañana.
Tras el rezo del Rosario, Francisco se retiró a la residencia de Nuestra Senhora del Carmo, donde pasará la noche, y los fieles asistieron a la procesión de la Virgen de Fátima llevada a hombros por la explanada.
El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, será el encargado de oficiar la misa nocturna en el santuario.
El pontífice celebrará este sábado una misa en la que canonizará a dos de los niños pastores, Jacinta y Francisco, que murieron con 9 y 10 años.
Su visita a Fátima se produce cuando se cumple el centenario de las apariciones a los tres pastorcillos: Jacinta, Francisco y Lucía, que fue quien tras meterse a monja con 14 años transcribió los tres secretos que le reveló la Virgen.