FMI, la separación entre DDHH y economía


1985, el año del Juicio y Condena a la Juntas Militares, es también el año de unos de los mayores quiebres y entrega de la economía argentina al Poder Económico. También de protagonismo social y político de los trabajadores y el pueblo a través de sus organizaciones. 

A medida que el Juicio avanzaba inundando de verdad y conmoviendo a la sociedad argentina el FMI también avanzaba ultimando y quebrando las expectativas posdictadura de un país mejor.

Alfonsín que había tenido la ejemplar decisión de crear la CONADEP, apenas asumió el 15 de diciembre del 83 con el Decreto 187/83, no pudo, no quiso o no era su proyecto o de su partido, enfrentar los obstáculos, las trabas o las exigencias que el FMI iba a imponer en el periodo posdictadura. 

El FMI miraba con desconfianza al gobierno de Alfonsín que había asumido con un importante caudal electoral y base social. En junio de 1984 se firma la primera Carta de Intención para negociar la deuda y en setiembre del mismo año, el FMI publica “Argentina: the impact of radical the actions” –(“Impacto de acciones radicales sobre la deuda”). De esta manera se consumaba el paso hacia una nueva claudicación para el año siguiente, 1985.

Efectivamente, el 18 de febrero el ministro de Economía, el “keynesano” Bernardo Grinspun que había elegido Alfonsín con una perspectiva de mercado interno, es eyectado y asume el “fondomonetarista” Juan Vital Sourrouille. Dos meses después, el lunes 22 de abril, se inicia el histórico juicio por delitos de Lesa Humanidad con los integrantes de las tres Juntas Militares sentados en el banquillo de los acusados.

El nombre de este plan de entrega y sometimiento que se va pergeñando en esos momentos se denomina Plan Austral, cambia la denominación de la moneda, le quita tres ceros, licua el peso, hace el ajuste fiscal acompañado por una devaluación desmesurada y sume a la sociedad argentina en una nueva frustración.

El movimiento obrero no se quedó quieto durante estos meses en los que transcurría audiencia tras audiencia el Juicio a las Juntas. La CGT de Ubaldini realizó dos paros generales activos el 23 de mayo y el 29 de agosto. Fueron con concentración en Plaza de Mayo, en ambos casos con una concurrencia superior a 200.000 trabajadores que abandonaron sus puestos de trabajo.

A nuestro entender el error de concepción política de Raúl Alfonsín en el 84 fue intentar sacarse de encima al movimiento obrero organizado con la famosa Ley Mucci. Fue cortarse las piernas y allanar el camino al fondomonetarismo. Dejar que el programa de Grinspun de “levantar las persianas de los comercios e industrias” fuera quebrado para someterse al programa del FMI. Significó el principio del fin del intento alfonsinista del “Tercer Movimiento Histórico”, hecho añicos por la tozuda realidad de un nuevo condicionamiento del Poder Económico.

Los militares eran encarnizados en su salvajismo y surgía como punta de iceberg lo que se conocería luego como un plan sistemático y genocida. Al mismo tiempo el Poder Económico subía varios peldaños ya con el pulso firme de desbaratar las lógicas expectativas surgida de las elecciones de 1983.

Ocultos del pueblo, que estaba conmocionado por los primeros relatos desgarradores de los testigos, el Poder afirmaba su nuevo ascenso que culminaría con el Plan Austral, denominado así quizás por alguna referencia al enunciado cambio de capital de la Argentina a la ciudad rionegrina de Viedma.

El 14 de junio de 1985, en título catástrofe a toda página del diario Clarín abría la caja de pandora del nuevo estado de la economía y por ende la liquidación de la moneda argentina y la llegada del FMI al país: “CONGELARON PRECIOS Y SALARIOS Y TARIFAS”, “HABRA HOY FERIADO BANCARIO Y HABLA ALFONSIN”, “CREARAN UNA NUEVA MONEDA ARGENTINA”. Una semana más tarde, el 21 de junio, la prensa también titula a toda página ”UN ENTE AUTÁRQUICO PRIVATIZARÁ EMPRESAS PÚBLICAS. ESTARÁ INTEGRADA POR EMPRESAS Y FUNCIONARIOS”

En el segundo semestre del 1985, en octubre, ya después de la instauración del nuevo programa económico y del cambio de Grinspun por Sourrouille, el Fondo Monetario Internacional, dueño de la política económica nacional, emite otro documento: “Argentina, prospect for Economic stabilizacion”, (Argentina Perspectiva Económica de la Estabilización) que proponía la desregulación de los controles de precios. Por esos días el “Diario de Juicio” N° 21, del 15 de octubre, publicado por Editorial Perfil reporta los testimonios de Delia de Hidalgo Solá y Miriam Lewin de García.

Las amenazas se hicieron reiteradas durante todo el Juicio a la Juntas, los pronunciamientos e intentos de alzamiento militar no cesaron, las exigencias de amnistía continuaron en paralelo a la crisis económica de un gobierno ya entregado cuyo futuro serían los sucesivos condicionamientos del FMI. Con una economía que había resignado su propuesta electoral y el poder en mano de los grupos financieros, estos no detienen su avance que se expresa en la ley del Punto Final (23492) en la Nochebuena de 1986 y la Ley de Obediencia Debida (23521) el 8 de junio de 1987. 

Antes de finalizar 1985 se agrega un interesante condimento electoral. El domingo 3 de noviembre se realizan en todo el país las elecciones de medio término, la primera después de la Dictadura. El Juicio a las Juntas estaba próximo a dar su histórico fallo el 10 de diciembre con la consiguiente condena a cadena perpetua de los genocidas Videla, Massera, Agosti, Viola y Lambruschini.

Estas elecciones de finales del 85 favorecieron claramente a Raúl Alfonsín en forma contundente: la UCR sacó casi el 44 % de los votos frente al 34 % constituido por las dos vertientes del peronismo. La población, aun en medio de las dificultades económicas, apoyó la condena ejemplar a los genocidas. El fracaso de la economía no se constituyó en frustración política por el Juicio a las Juntas.

El ocaso irremediable de Alfonsín acaeció en las próximas elecciones de setiembre del 87, cuando la UCR obtuvo el 37,24 % de los votos y el PJ el 41,29 %. Claro, habían sucedido cosas. La pérdida de la brújula y de decisiones económicas soberanas llevó a un retroceso con las arriba nombradas Ley de Punto Final y Ley de Obediencia Debida. 

El 20 de diciembre del 86 una multitud copó la Ciudad de Buenos Aires en rechazo al Proyecto de Ley de Punto Final. La histórica movilización fue convocada por las Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo con la adhesión de los organizaciones en defensa de los DD HH, la CGT y movimientos sociales. 

En esos momentos, diferentes sectores de la sociedad argentina levantaban la voz contra el pago ilegítimo de la Deuda y en consonancia la CGT, en setiembre del 1986, proclama el “Programa de los 26 Puntos”, encabezado por los tres ítems necesarios para el desendeudamiento con el poder financiero.

Balance y período de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner

Un balance del 85, del que ahora se cumplen 40 años, pone sobre el tapete la necesidad de integrar todos los elementos de una coyuntura, entre ello cómo juega el poder económico y su representación mediática. En este caso, mientras se avanzaba en el juicio, el más importante de la Argentina Siglo XX, el Poder Económico incubaba continuar con la matriz de la Dictadura, nuevos endeudamientos y la pérdida de decisiones soberanas.

El período de Néstor Kirchner y Cristina Fernández Kirchner nos da la mejor enseñanza para evitar el desacople y algunas veces confusión entre la política de DD HH y la economía. La bajada real y simbólica del cuadro de los jerarcas militares en la Ex Esma estaba garantizada por la independencia económica, el desendeudamiento y la decisión de abandonar la sumisión y a la Obediencia Debida al Poder Financiero.

FMI, la separación entre DDHH y economía
Nestor Kirchner hace bajar el cuadro de Videla de la ESMA.



Deja una respuesta