Rehabilitación de fisioterapia en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. EFE/Toni Albir
Así lo establece la “Guía de funcionamiento de fisioterapia en unidades de ictus 2025” elaborada por la Sección de Estudio de Neurofisioterapia de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y que cobra protagonismo en el Día Mundial de la Fisioterapia, el 8 de septiembre.
“Tras un ictus, cuando se produce una pérdida de capacidades físicas, cognitivas, sensoriales, emocionales, conductuales y/o funcionales, la fisioterapia es fundamental para la rehabilitación y debe iniciarse lo antes posible”, indica el neurofisioterapeuta Isaac Padrón, uno de los coordinadores de la guía.
“Está demostrado que su aplicación temprana y de alta frecuencia -añade- permite obtener mejores resultados funcionales en los pacientes, reducir los tiempos de recuperación y los costes médicos, disminuir los requerimientos terapéuticos tras el alta, hasta el punto de no ser necesarios en muchos casos, y contribuir a reducir las listas de espera para los tratamientos ambulatorios posteriores”.
Sesiones cortas y frecuentes de fisioterapia tras el ictus
El documento destaca que los mayores beneficios frente a un accidente cerebrovascular se obtienen cuando los pacientes realizan sesiones cortas y frecuentes, de 10 a 45 minutos al menos tres veces al día y cinco días a la semana.
El afectado debe ir progresando hasta alcanzar unas tres horas diarias de terapia (fisioterapia, logopedia y terapia ocupacional), más otras tres horas de práctica independiente, con ayuda o supervisión de un familiar-cuidador o de otro profesional sanitario.
“El principal enfoque de la rehabilitación debe basarse en el entrenamiento repetitivo orientado a tareas, el entrenamiento de fuerza y el entrenamiento aeróbico, además del trabajo del equilibrio, la coordinación neuromuscular y las alteraciones sensitivas que puedan presentarse”, indica el miembro de la SEN.
La evidencia científica demuestra que cuanto más mayor es la cantidad de práctica, mejores son los resultados. Por ello, es importante evitar el sedentarismo durante la hospitalización, implicar al entorno del paciente lo máximo posible, proporcionar educación terapéutica tanto al afectado como a cuidadores, familiares y personal sanitario, y siempre tratar de potenciar su autonomía.
Un fisioterapeuta por cada cinco pacientes
La recomendación general es que las unidades de ictus de los centros sanitarios cuenten con un fisioterapeuta a tiempo completo por cada cinco pacientes, en turnos de mañana y tarde.
“Sin embargo, en la mayoría de los casos, este servicio se presta a tiempo parcial y de forma compartida con otros, no exclusivamente para neurología o neurocirugía”, apunta Selma Peláez, coordinadora de la Sección de Estudio de Neurofisioterapia de la SEN.
“Por los beneficios que aporta la neurofisioterapia en pacientes, consideramos que no solo es imprescindible consolidar la figura del fisioterapeuta en las unidades de ictus, sino también que todo el colectivo disponga de una guía consensuada y homogénea para el abordaje de estos pacientes, así como de herramientas que faciliten su coordinación con el resto de profesionales”, indica la especialista quien asegura que este es el objetivo de esta guía de la SEN.