El caso, además de la investigación penal, abre un fuerte interrogante sobre los protocolos de intervención policial ante situaciones de violencia de género.
Los primeros resultados de la autopsia revelaron que Antonella murió de forma lenta y presentaba signos de defensa. Además, los análisis toxicológicos confirmaron que Moyano había consumido cocaína y marihuana antes del ataque.
Pero la atención ahora también se centra en el accionar de la Policía de Santa Cruz. Trece efectivos de la Comisaría Cuarta fueron suspendidos preventivamente tras conocerse que habrían estado en el lugar mientras ocurría la agresión y no habrían ingresado al domicilio, pese a recibir advertencias.
La medida fue dispuesta por el Ministerio de Seguridad provincial el 21 de mayo, y se dio intervención a Asuntos Internos. “Se tomaron medidas preventivas mientras se realiza una investigación administrativa. La suspensión es por hasta 30 días y no implica una sanción disciplinaria todavía”, explicó el comisario inspector Carlos Kovaluk, vocero de la fuerza, en diálogo con LU12 AM680.
El testimonio clave fue el de Stella Maris Ganga, madre del femicida, quien declaró que intentó frenar el ataque de su hijo y alertó a los efectivos presentes. También un vecino corroboró que Ganga pidió a los policías que ingresaran al domicilio.
Por su parte, Mario Aybar, padre de la víctima, exigió precisiones en la línea temporal del caso. “Queremos saber con certeza cuándo falleció mi hija, porque los horarios no coinciden”, expresó, y aseguró estar en contacto con el juez, aunque aún no cuenta con abogado particular.