Trump, quien es un gran admirador de la familia real, particularmente del monarca, estará acompañado por su esposa, Melania Trump, durante la visita de tres días, confirmó el palacio.
Ningún presidente de Estados Unidos ha sido invitado a una segunda visita de Estado. Trump ya disfrutó de la pompa y circunstancia de la visita oficial en 2019 durante su primer mandato, cuando fue recibido por la difunta madre de Carlos, la reina Isabel II.
La invitación para la segunda visita de Estado del rey fue entregada en mano por el primer ministro británico, Keir Starmer, en febrero durante una reunión en la Casa Blanca.
Después de leerla, Trump dijo que era un «gran, gran honor» y se mostró particularmente complacido por el hecho de que se hospedará en el Castillo de Windsor, al oeste de la capital. «Esto es algo importante», expresó.
El precedente para los presidentes estadounidenses en su segundo mandato que ya han realizado una visita de Estado suele ser un té o almuerzo con el monarca en el Castillo de Windsor, como fue el caso de George W. Bush y Barack Obama.
Las visitas de Estado son reuniones ceremoniales entre jefes de Estado que se utilizan para honrar a naciones amigas y, a veces, suavizar las relaciones entre rivales. Aunque el rey emite formalmente la invitación para una visita de Estado, lo hace siguiendo el consejo del gobierno electo.
La visita se considera parte del esfuerzo de Starmer por mantener a Trump cerca y reducir el impacto de algunas de sus políticas en el Reino Unido. La relación entre ambos parece amistosa y ha ayudado al Reino Unido a evitar los elevados aranceles estadounidenses que enfrentan otras naciones.
Pero, al igual que en la visita anterior de Trump, es poco probable que sea bien recibido por todos. La última vez, un día de protestas incluyó el vuelo de un enorme globo que representaba a Trump como un bebé naranja enfadado frente al Parlamento.
Los legisladores del Partido Laborista de Starmer también han cuestionado si se debería extender este honor a Trump en un momento en que apoya la guerra de Israel en Gaza y amenaza la soberanía de aliados como Canadá y Groenlandia.
Carlos también podría enfrentar algunos desafíos durante la visita porque es jefe de Estado tanto del Reino Unido como de Canadá, país que Trump ha sugerido debería convertirse en el estado 51 de Estados Unidos. Durante un discurso ante el Parlamento canadiense en mayo, el rey destacó la «identidad única» y la «soberanía» de Canadá, mientras repetía las palabras del himno nacional del país al decir «El Verdadero Norte es realmente fuerte y libre».
Las visitas de Estado a Gran Bretaña son especialmente valoradas por los mandatarios porque vienen acompañadas de toda la pompa y circunstancia monárquica, incluyendo revisiones militares, paseos en carruaje y un deslumbrante banquete ofrecido por el monarca.
Los eventos normalmente tienen lugar en y alrededor del Palacio de Buckingham en el centro de Londres. Pero, al igual que la visita de Estado de la semana pasada del presidente francés Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, los Trump se hospedarán en el Castillo de Windsor. El Palacio de Buckingham está bajo una extensa remodelación.