Después de este verano, donde las temperaturas alcanzaron los 40 y 43 grados en el sur de Europa, muchos han decidido la mudanza. No creen que se puede repetir un verano en el sur, sobre el Mediterráneo. Hay que emigrar a lugares menos calientes, como Normandía, el Morbihan, Bretaña o los países nórdicos y el Mar del Norte.
«¡La gente ya está huyendo del Sur para venir a nuestras costas!», aseguró Olivier Cantat, de la Universidad de Caen-Normandía.
Refugiados climáticos
¿Son refugiados climáticos, obligados a vivir en otra región debido a olas de calor, como la que asfixia al Sur desde hace diez días? Es la obvia pregunta.
«Esto plantea enormes desafíos de planificación territorial para gestionar este aumento de población: vivienda, con precios inmobiliarios que ya suben; acceso al agua», añadió el geógrafo y climatólogo.
“Frente al calentamiento global, la estrategia es doble: mitigación y adaptación. Debemos reducir constantemente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el alcance del aumento de temperatura a largo plazo. Pero también debemos prepararnos para vivir en un clima que, sin duda, se volverá mucho más cálido en las próximas décadas. Y para algunas personas, adaptarse podría significar cambiar de lugar de residencia. Queríamos saber qué ciudades se verán más y menos amenazadas por el cambio climático. Seamos claros desde el principio: ninguno de ellos quedará inmune. El clima se está calentando en todas partes, en Francia y en todo el mundo. «¡Que esté menos afectado no significa que no esté afectado!», insistió el climatólogo Benoît Laignel.
En el sur de Francia se sufre enormemente el cambio climático. Está restringida el agua. No se puede llenar las piletas de natación más que una vez al año y no en verano, ni regar los jardines en varias regiones de Bouches du Rhone, la Provence y el Mediterráneo.
Los alcaldes no permiten las construcción de nuevas piletas de natación por el agua que consumen. Los propietarios de residencias secundarias ponen sus mansiones en venta en la campiña o la Provence.
Hay hoteles que han cambiado sus duchas por una especie de bruma de agua en su reemplazo, que podría generalizarse para ahorrar agua mensualmente entre todos los pasajeros. Es sumamente incómoda, ineficaz.
Casas en venta
Green Acres, un website que vende casas de residentes extranjeros especialmente en la Costa Azul, está lleno de avisos de venta de mansiones que bajan sus precios. Todas tienen jardines y piletas de natación. Pero la realidad es que hoy están amarillentos por la falta de agua.
En Nimes, en Arles, en Uzes ,en Avignon, los clásicos lugares “chic” del sur, las inmobiliarias están preocupadas. Hay mucha más oferta que demanda y los extranjeros no vienen a comprar. Todos buscan vender para mudarse a Normandia, a Bretaña, a Suecia o Noruega para pasar el verano.
“Llevo seis meses con los mismos productos. La gente viene, observa las casas, pide el riesgo climático que es ahora obligatorio entregar. Cuando ve la “garrigue” (vegetación) cercana y seca o las noticias de los incendios, desaparece”, explicó Sara en Uzes, que es propietaria de una de las respetadas inmobiliarias.
Para relocalizarze, los franceses observan los datos de la trayectoria de calentamiento de referencia de Météo France para la adaptación al cambio climático (temperatura media en 2050 y 2100, número de días extremadamente calurosos, número de noches tropicales, etc.), así como el riesgo de inmersión marina, incendios forestales, zonas boscosas cercanas son considerados para elegir donde vivir,
Los franceses cuentan y calculan para elegir. Las ciudades del norte no están preparadas para una ola de calor como la que sufrieron esta verano.
Las ciudades con mejor rendimiento se encuentran en el noroeste del país: en Bretaña, Normandía y Alta Francia. Se benefician tanto de tener las temperaturas menos abrasadoras como de las que menos subirán, aunque el mercurio también subirá allí.
Sin embargo, las situaciones varían dentro de estas regiones. Fougères, Armentières, Mont-Saint-Aignan. Las ciudades «top 10» suelen estar ubicadas tierra adentro. Las costeras se ven perjudicadas por el riesgo de inmersión marina, relacionado con el aumento del nivel del mar.
Con el aumento del nivel del mar, las tormentas pequeñas y moderadas que no causan inundaciones hoy sí las causarán en el futuro.
«Y las ciudades atravesadas por un río también se enfrentarán a un mayor riesgo de inundaciones», advirtió Benoît Laignel, profesor universitario en Ruan y copresidente del IPCC Normando.
“Pero cuidado: ¡no te alejes demasiado del mar! La proximidad a la costa aporta aire fresco. También en Normandía, «Évreux, situada tierra adentro, se verá gravemente afectada por olas de calor masivas«, advirtió el experto.
Las ciudades elegidas
¿Qué ciudades se adaptan mejor al cambio climático? Según temperaturas, precipitaciones, riesgos de incendios e inundaciones, esta es la lista en Francia. 1. Fougères 15.40 2. Hazebrouck 15.32 3. Lannion 15.25 4. Brest 15.24 5. Béthune 15.23 6. Armentières 15.07 7. Bruay-la-Buissière 14.80 8. Arras 14.71 9. Mont-Saint-Aignan 14.58 10. Quimper 14.52 1 2 3 46, según Météo-France.
«Es mejor estar relativamente cerca de la costa. Pero no demasiado cerca, sobre todo si la costa es baja y arenosa. Las ciudades situadas tierra adentro deberían tener mejores resultados», resumió Olivier Cantat.
Fougères (Ille-et-Vilaine), situada a unos cuarenta kilómetros del mar, podría tener menos de cinco días de calor muy intenso (al menos 35 °C) y solo una decena de noches tropicales (cuando las temperaturas no bajan de los 20 °C) de aquí a 210. Es la elegida numero uno por los franceses.
Un estudio de la plataforma de reservas vacacionales online Holidu, basado en datos de Infoclimat, ha elaborado una lista de las ciudades francesas más afectadas por el calentamiento global. Basándose en datos de Infoclimat, este estudio no científico compara la temperatura media de julio en ciudades francesas con más de 50.000 habitantes entre 1989 y 1993 y entre 2019 y 2023.
Encabezando la lista está Ajaccio, en la isla de Córcega en el mar Mediterráneo. La metrópolis corsa es la más afectada por el calentamiento global. La temperatura media de julio aumentó de 22,4 °C entre 1989 y 1993 a 24,9 °C entre 2019 y 2023, un aumento de aproximadamente el 11%. Seis de los 10 primeros puestos están ocupados por ciudades del sureste: Niza, Cannes, Marsella, Nimes, Hyères y Avignon.
Esta observación plantea interrogantes sobre el futuro de esta zona densamente poblada. Más sorprendente aún, La Roche-sur-Yon, municipio de la región de Vendée, asciende al tercer puesto. Esto nos recuerda que los desafíos que plantea el calentamiento global no se limitan a la mitad sur del país. Finalmente, Lyon y Chambéry, que representan la región de Auvernia-Ródano-Alpes, ocupan el séptimo y noveno puesto respectivamente, con aumentos de temperatura del 8,74 % y el 8,31 %.
Las secuelas del calor
El aumento de las temperaturas plantea serios problemas de salud pública, seguridad y escasez de recursos. El calor extremo provoca pérdidas en la producción agrícola, contribuye a la erosión de la biodiversidad y aumenta el riesgo de sequía y escasez de agua. Esta situación incrementa el riesgo de incendios e impacta la producción de electricidad, tanto a nivel hidroeléctrico debido al menor nivel de agua en los embalses de las presas, como en las centrales nucleares , que dependen de los ríos para su refrigeración.
Las olas de calor también tienen efectos significativos en la salud humana, incluyendo problemas cardiovasculares, dificultades respiratorias y fatiga severa, que en ocasiones pueden llegar a causar la muerte.
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