Todo esto ocurrió en las últimas horas de la noche del viernes y fue obra de dos delincuentes armados que –sugestivamente- a la víctima le exigían que les dijera dónde tenía “la droga”.
El dramático suceso comenzó alrededor de las 23 en un pulmón del barrio INDUCON, a un costado de la calle Gregorio Mayo y terminó casi media hora después en un sector rural cercano al sur de Trelew, en las inmediaciones de Oris de Roa y Centenario.
El auto del hombre no aparecía hasta anoche: se trata de un Volkswagen Bora, rojo. De las mismas características que el usado por los asaltantes para llevarlo en el baúl hasta la zona de chacras en donde terminaron abandonándolo, después que uno de ellos con “una 9 milímetros” le efectuara al menos dos disparos con los que sin éxito pretendió asesinarlo.
Según la policía, el cómplice que les hizo de chofer fue detenido momentos después que se recibiera la denuncia de la víctima en el mismo lugar en donde había ocurrido el asalto, “los edificios usurpados de INDUCON. En ese mismo procedimiento el coche usado para el hecho fue secuestrado, es un Volkswagen Bora negro que está alojado en una dependencia policial de la ciudad a disposición de la fiscalía.
El detenido, al que las autoridades intervinientes le atribuyen haber formado para de la banda que cometió el feroz atraco tiene antecedentes, ya ha estado en prisión. Es un sujeto de 39 años que podría terminar imputado de ser partícipe de una sucesión de graves delitos, que van desde el “robo agravado hasta la privación ilegítima de la libertad con una tentativa de homicidio”.
Ahora bien, ¿cómo el distribuidor de comida resultó víctima de semejante hecho durante el que debe haber pensado que iba a terminar muerto? ¿Los asaltantes se equivocaron? ¿Por qué le exigían que les dijera dónde tenía la droga?
El hombre –de quien las autoridades han buscado preservar su identidad- al narrarle a la policía la verdadera odisea que vivió, refirió que tras ser arrojado al canal de desagüe en la zona de chacras desnudo, rociado con nafta, atado de pies y manos e inclusive “amordazado”, tuvo que hacerse el muerto después que esos tiros que le dispararon ni siquiera lograran herirlo, porque creyó que de lo contrario sí que no iba a contar la historia.
Dicen que indicó que un automovilista que circunstancialmente pasaba por el lugar lo auxilio y llamó a la policía cuando se le cruzó pidiéndole ayuda.
Ahora, los investigadores andan chequeando cámaras de seguridad y en la fiscalía aguardan con expectativa la declaración del detenido, si es que decide hablar. Piensan que de ahí podrían salir diligencias como allanamientos o tal vez detenciones.
Ayer a última hora se comentaba en ámbitos judiciales que por estas horas le allanarían el domicilio al preso en busca de evidencias que conduzcan a los autores del descomunal atraco.