El Vaticano respalda un informe que exige reformas financieras para aliviar deuda externa en el mundo


 

Por Victoria Cardiel

El Vaticano respalda un informe que exige reformas para aliviar la crisis mundial de deuda que afecta a miles de millones de personas en los países en desarrollo en el que han 30 expertos internacionales en economía, entre ellos el Premio Nobel Joseph Stiglitz y el exministro de Economía de Argentina Martín Guzmán.
El documento, titulado El Informe Jubilar: un plan para afrontar las crisis de deuda y desarrollo y construir las bases financieras para una economía global sostenible centrada en las personas, fue presentado en la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano este viernes, como una de las principales iniciativas del Año Jubilar de 2025.
La publicación es obra de la Comisión del Jubileo, creada por el Papa Francisco en junio de 2024 para buscar un mecanismo internacional que llevara a cabo una reestructuración de deuda soberana basada en principios éticos. Se trata de una iniciativa que actualmente está respaldada por el Papa León XIV.
97 billones de dólares de deuda pública mundial
Según los datos que maneja la ONU, en 2023 la deuda pública mundial alcanzó los 97 billones de dólares, un aumento de 5,6 billones en comparación con 2022.
El documento denuncia, por ejemplo, que más de 50 países en desarrollo destinan ya más del 10% de sus ingresos fiscales sólo al pago de intereses, en una dinámica que desvía recursos esenciales de sectores vitales como la salud, la educación o la resiliencia climática.
 «La crisis de deuda que asfixia el sistema financiero global también está alimentando una crisis de desarrollo», se lee en el informe.
Así propone una serie de medidas y recomendaciones para transformar el sistema financiero internacional en un instrumento de justicia y sostenibilidad. Entre ellas, la creación de un mecanismo internacional de bancarrota para países soberanos, similar a los que existen para empresas privadas; poner fin a los rescates con dinero público a inversores privados y facilitar créditos puente y apoyo financiero de corto plazo para países en crisis.
La condonación de la deuda externa, parte del legado de San Juan Pablo II 
 
La iniciativa se inscribe dentro del espíritu del Año Jubilar, tradicionalmente asociado a la misericordia y el perdón de deudas. De hecho, en la bula papal Spes non confundit, el Papa Francisco solicitó expresamente a los gobiernos que muestren su clemencia con medidas extraordinarias, como la condonación de la deuda externa a los países pobres.
En todo caso, no se trata de algo novedoso en la tradición católica. El documento recupera el espíritu del Jubileo del año 2000, cuando en 1997 San Juan Pablo II dio origen a un verdadero movimiento global, basado en la doctrina social de la Iglesia, a favor del alivio de la deuda de los países más empobrecidos. Aquel llamado dio lugar a la campaña «Jubilee 2000», que logró recoger millones de firmas en todo el mundo y movilizó a comunidades religiosas de todas las tradiciones. Gracias a este movimiento, se cancelaron más de 100.000 millones de dólares de deuda.
«Las finanzas globales deben estar al servicio de las personas y del planeta —no castigar a los más pobres para proteger los beneficios», concluye el informe.
 
Presentación en la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano 
El informe ha sido presentado esta mañana en la Pontificia Academia de Ciencias Sociales en una jornada dedicada a debatir cómo se podrían llevar a cabo reformas de la arquitectura financiera internacional para avanzar hacia un sistema verdaderamente centrado en las personas.
El economista Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, profesor de la Universidad de Columbia y académico honorario de la PASS, lanzó un contundente llamado a «frenar los abusos de los grandes acreedores privados».
«Normalmente, hablamos de responsabilidad compartida entre acreedores y deudores, pero yo diría que hay una mayor responsabilidad en los acreedores. Estas son transacciones voluntarias. Nadie ha obligado a los acreedores a prestar dinero y se supone que ellos son los expertos en análisis de riesgos», aseguró en su intervención.
Reducir intereses con los bancos multilaterales de desarrollo
El economista fue especialmente crítico con BlackRock y otros grandes fondos, que — según dijo— fomentan un tipo de préstamo de alto riesgo que termina en crisis.
Así apostó por reforzar el papel de los bancos multilaterales de desarrollo, que pueden hacer préstamos a tasas más bajas, algo que «ayudaría a reducir los intereses y hacer la deuda sostenible».
En el marco del encuentro internacional sobre deuda, justicia social y desarrollo celebrado en la sede de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, el representante de Cáritas Internationalis, Alfonso Apiselo, pidió que el debate técnico sobre la deuda no pierda nunca de vista a las personas más afectadas.
 
«Estamos aquí para hablar de crecimiento sostenible, pero la verdadera pregunta es: ¿crecimiento sostenible para quién? Ese es el interrogante que nos plantean una y otra vez desde las comunidades cuando lanzamos campañas como Turn Debt Into Hope», explicó.
Hablando en nombre de la red global de 162 organizaciones que conforman Cáritas, subrayó que el discurso de la «sostenibilidad» corre el riesgo de convertirse en una consigna vacía si no se hace explícita su orientación inclusiva: «Tenemos que hablar de crecimiento sostenible para todos, no solo para unos pocos. Y debemos recordarlo siempre, especialmente cuando hablamos desde lo técnico, porque detrás de cada cifra hay personas que viven estas realidades en carne propia».
Un cambio en la narrativa sobre la deuda
Asimismo, puso el foco en la necesidad de hacer un cambio en la narrativa sobre la deuda: «Debemos enmarcar esta lucha por la justicia de la deuda como una situación donde todos ganan. Si trabajamos por los pobres, los responsables políticos deben comprender que ellos también saldrán beneficiados». 
Por otro lado, el profesor Kevin Gallagher, director del Global Development Policy Center de la Universidad de Boston, apuntó a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) que han obligado a los países pobres a «abrir prematuramente sus cuentas de capital».
Sin embargo, también reconoció la responsabilidad interna de muchos países en desarrollo que, como señala el informe, «han pedido prestado demasiado e invertido muy poco».
En todo caso, dejó claro que si bien el «alivio de la deuda es esencial», también es necesario proponer medidas de implementación viables dentro del actual escenario internacional que transformen el sistema financiero. 
«Ya hemos aprendido de la última condonación del Jubileo 2009 que el alivio de deuda sin reformas en la arquitectura financiera internacional solo nos hará volver a repetir todo este proceso. Es una pena que estemos nuevamente en esta situación. No repitamos los mismos errores», concluyó.

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