Se espera que en las próximas horas incremente el caudal del río Paraná ante la apertura de compuertas del embalse Itaipú producto del acuerdo entre Argentina y Brasil, el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (ICAA) compartió una entrevista realizada a Gustavo Villa Uría, subsecretario de Obras Hidráulicas de la Nación, sobre dicho acuerdo en que la empresa brasileña-paraguaya aceptó bajar el embalse para que el río Paraná reciba más caudal, al menos hasta el 31 de mayo.
El diario El Litoral de la ciudad de Santa Fe publicóla entrevista de Tomás Rico al funcionario nacional,en la nota titulada “Para paliar la bajante. El desafío de acordar con Itaipú para que libere más agua y el río crezca”.
En la misma, el funcionario expresa que “La situación de extrema bajante del río Paraná genera preocupación e incertidumbre para los meses que se avecinan, época del año en que las lluvias escasean en la región. Es por eso que, ante la falta de precipitaciones, la otra opción para paliar el estiaje es que las represas de la Cuenca del Plata, ubicadas donde nace el Paraná y aguas más arriba, liberen mayor caudal”.
En los últimos días delegaciones brasileñas, paraguayas y argentinas mantuvieron un encuentro virtual para llegar a un acuerdo que beneficie a los tres países. De estas negociaciones participó como subsecretario de Obras Hidráulicas en el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, el ingeniero en Recursos Hídricos Gustavo Villa Uría.
En una entrevista con El Litoral, el santafesino analizó las conclusiones del acuerdo, que como resultado positivo aceptaron la solicitud para que la represa binacional de Itaipú no descienda sus erogaciones de los 7.000 metros cúbicos por segundo.
“Itaipú nos va a entregar agua desflexionando el embalse, es decir bajando el nivel de embalse, a eso lo hacen generando más energía. Hay un acuerdo con Paraguay para que tome energía de Itaipú y va a dejar de tomar de la represa Yacyretá. Nosotros vamos a tomar más energía de Yacyretá, y así tenemos más agua. Los brasileños incluso nos ofrecieron que les compremos energía, pero no estamos en condiciones de eso, porque nos sobra la energía en estos momentos”, comentó Villa Uría.
Brasil y su imperio hidroeléctrico
En territorio brasileño, la Cuenca del Plata posee unas 50 represas que generan energía para su país y también se encargan de articular bajantes y crecidas de los ríos. “Brasil encaró, hace muchísimos años en la década de los años 30 o 40, un ‘plan de soberanía’ que era implementar una serie de obras de generación hidroeléctrica sobre las cuencas de Brasil. Ese plan lo ha manejado un grupo muy relacionado al poder permanente de Brasil, que está desde siempre y no ha tenido variaciones a pesar de los gobiernos. Con ellos hay que mantener reuniones para que sean verdaderas las acciones que se toman”, reconoció el subsecretario de Obras Hidráulicas de Argentina.
Reportaje
-¿Qué grado de dificultad tiene una negociación con Brasil?
-Son negociaciones complicadísimas porque el problema en el mundo es que no hay muchos acuerdos interpaíses para la gestión del agua. Hay un acuerdo tripartito entre Paraguay, Brasil y Argentina, pero de antes que se construyera Itaipú, y en ese momento estaban disputando los niveles de distribución; fueron los únicos momentos de acuerdo y fue en la década del ‘80. Por eso, actualmente estamos queriendo avanzar hacia un acuerdo, pero requiere dos partes, una de ellas es la política y es muy compleja.
En momentos de bajante como estos es cuando hay que tomar decisiones estratégicas. Si repasamos en el tiempo, en 1969 un grupo de santafesinos (ante una bajante importante que se produjo) propició las acciones para crear el comité gubernamental de la Cuenca del Plata, un comité casi inédito en el mundo. Desde entonces se favoreció un esquema de negociación con los brasileros, y ahora estamos tratando de reflotar ese comité para que sea el organismo que negocie las nuevas acciones en el ámbito de la Cuenca del Plata.
-¿Considera que hay un abuso del recurso por parte de las represas brasileras?
-Lo hacen de acuerdo a las necesidades propias, no tienen demasiado en cuenta a los que estamos aguas abajo. Pero de todas formas la presión que ejercemos y las reuniones que mantenemos ya son un triunfo. Nos movimos mucho para que sean los verdaderos artífices los que participen de las reuniones, porque Brasil te puede poner “equipos en la cancha” de cualquier cosa, y te pueden decir algo que no cambia nada. Por eso, articular con estos grupos ha sido un trabajo gigantesco del área nuestra de Recursos Hídricos y de la Cancillería Argentina.
-La bajante va de la mano del parate productivo y el bajo consumo energético. ¿Es así?
-Exactamente. La bajante de estos caudales en los días pasados se debió a que Brasil tiene una menor actividad económica de la prevista, con lo cual les sobra energía y para que el agua pase hacia nosotros tienen que producir energía. Brasil ha invertido en obras de almacenamiento durante 60 años, con esas obras la bajante es menos grave. Ahora no está llegando el agua a Itaipú que naturalmente viene, sino que llega el agua de las represas que es agua almacenada. Por ejemplo, en la cuenca del Iguazú, a las cataratas la estamos viendo prácticamente sin aguas, pero la poca agua que se ve es porque Brasil bajó sus embalses que estaban en un 60% y ahora están en el 15%, y lo bajó entregando agua al río Iguazú. Se ve poca agua, pero podría ser muchísimo peor.
-¿Qué tipos de represas existen y qué funciones cumplen?
-Están las represas de acumulación y las de pasada, que en Brasil las llaman “a pelo de agua”, es decir que tienen poca capacidad de almacenamiento y lo que entra tiene que salir. Por ejemplo, Yacyretá es casi de pasada porque puede almacenar pocas horas; Salto Grande es de vías de almacenamiento; El Chocón (en la Patagonia) es plurianual y puede almacenar por más de un año; Itaipú es de almacenamiento, al igual que Furnas; Ilha Solteira, y Porto Primavera (Brasil).
Nosotros vamos observando cómo operan las diferentes represas. Con la Cuenca del Plata que arranca en Brasilia, por un lado, y por el otro San Pablo, sabemos por ejemplo qué es lo que está pasando en cada uno de los lugares. Y las personas con las que nosotros nos reunimos son las que operan estas represas, “abren o cierran las canillas”.
-¿Cómo es el proceso para que el agua de los embalses alimente los ríos?
-Las obras hidroeléctricas tienen lo que llaman el vertedero, que está en la parte superior y es para que pase la crecida; pero si la represa no está llena, no puede pasar el agua por arriba. La versión que dijeron que abrieron las compuertas es absolutamente falsa, porque no llega el agua a las compuertas. El agua que está pasando ahora se da porque bajan los niveles de embalse y pasa por las turbinas: no hay posibilidad de que pase por arriba.
Situación hidrométrica
-Respecto a la situación hidrométrica, ¿cómo analiza el año?
-Entendemos que es un año muy malo, es el más bajo de toda la serie histórica en el Iguazú, el más bajo del río Uruguay, y es una situación que no se daba desde hace 50 años en nuestra zona; pero sabemos que estos fenómenos son naturales. Las represas están cumpliendo una función muy importante. Ninguna está llena y ninguna está en condiciones de verter agua, todas van a pasar el agua por la producción de energía, energía que tiene que ser consumida y si no hay consumo en Brasil, se generan graves problemas de todo tipo.