La enseñanza de ese golpe en Azerbaiyán hizo mella en el piloto de 21 años. Le pasó cerca a las paredes, sí, pero no corrió riesgos innecesarios. Incluso, cuando venía en una vuelta rápida con neumáticos rojos nuevos en la segunda sesión y abortó la vuelta -pese a que su compañero Alex Albon acababa de ponerse primero en el clasificador- al encontrarse con los Mercedes de Lewis Hamilton y George Russell girando lento.
«Son positivas las sensaciones. Creo que cuando hago la vuelta estoy fuerte», dijo el primer argentino en correr en la Fórmula 1 después de 23 años tras ser 16° en esa FP2 que se corrió en condiciones similares a las que se vivirán la clasificación y la carrera: de noche, algo inédito en la carrera del pilarense.
Bajo las luces artificiales de Singapur, Colapinto fue noticia cuando se metió al cajón de Alpine, ubicado justo antes del de Williams en la calle de boxes, imitando algo que vivió un joven Lewis Hamilton en Malasia 2013. Fue su único error del día «en un circuito muy duro y muy técnico» al que se adaptó «muy rápido en la FP1», según él mismo consideró.
En ese primer contacto con la pista -en el atardecer del Sudeste Asiático-, fue 11°, con un tiempo de 1m32s618, por delante de Hamilton y a 167 milésimas de Albon (8°), en cuyo auto se complementó la actualización de Zandvoort con cambios en la suspensión delantera. «Obvio que Alex con la mejora nueva que trae su auto tiene un poquito más de ritmo, me parece que está un poco más fuerte -reconoció Franco, que en la segunda terminó a cuatro décimas de su compañero-. Pero creo que estoy ahí para estar en la pelea seguramente mañana«. Para el argentino esos nuevos elementos llegarán recién en un mes, para la carrera de Austin.
Más allá de lo que arrojan los números finales -el registro de 1:32.057 de la segunda tanda fue el mejor de su día-, Colapinto mostró un gran ritmo en el final de las tandas, cuando los equipos prueban con tanques llenos. Con neumáticos duros, llegó a girar en 1m36s9. Y, fundamentalmente, pudo girar mucho (51 vueltas) para conocer un circuito que le era desconocido hasta este viernes.
La exigencia de Singapur, un circuito en el que Max Verstappen nunca ganó, se notó cuando faltaba un minuto y fracción para el final de la jornada y Russell impactó de trompa el Mercedes contra el muro de la curva 8. Si bien el piloto británico pudo sacar el auto y llevarlo a los boxes sin intervención del safety car, un auto que suele tener bastante participación en este gran premio, es probable que no sea el último choque de este fin de semana: el coche de seguridad entró en las últimas seis carreras.
Por todo eso, salir ileso y con experiencia de un circuito así hicieron de este viernes un «buen día», como lo calificó el piloto de Williams. «Hay que ir pasito a pasito, seguir trabajando y mejorando», avisó poco antes de que la lluvia se presentara en Marina Bay. Sí, el pronóstico también planea agregarle un condimento de dificultad a la primera vez de Colapinto en Singapur. Solo hay que pisar firme en su asfalto irregular.
La batalla en la punta tiene dos nombres: McLaren y Ferrari
El equipo británico, responsable de sacarle a Red Bull el liderato del Campeonato de Constructores después de 55 carreras, demostró que su coche es el más rápido cuando Lando Norris logró el mejor tiempo del día en la segunda sesión: 1:30.727.
La diferencia con Charles Leclerc, que había sido el más rápido en el entrenamiento diurno (1m31s763, a 76 milésimas) y con quien luego invirtió posiciones, fue de apenas 58 milésimas, demostrando que la batalla por la pole debería estar entre el inglés y el monegasco, quienes fueron más rápidos en las últimas clasificaciones de Países Bajos, Italia y Azerbaiyán.
Si bien Carlos Sainz logró poner a su Ferrari tercera en las dos sesiones, no fue el caso de Oscar Piastri con el otro McLaren. De hecho, el australiano comenzó retrasado la jornada por una de las ruedas traseras se quedó atascada en su auto durante la práctica de pit stops y los mecánicos trabajaron extra para retirarla.