Pese a la oposición de la alcaldía local, el Reino Unido terminó de construir este miércoles en el puerto de Calais, en el norte de Francia, un muro antiinmigrantes de cuatro metros de alto y un kilómetro de largo.
El muro ya empezó a servir de barrera contra los refugiados que traten de subir a los camiones que se dirigen hacia Reino Unido.
Según Radio France, el muro de hormigón que empezó a construirse a fines de septiembre busca «garantizar el acceso al puerto de Calais y dar algo de tranquilidad a los vecinos de la zona», informó la agencia de noticias Europa Press.
El ministro británico de Inmigración, Robert Goodwill, había argumentado la necesidad de la barrera a partir de la existencia de un campamento de migrantes, conocido como «la jungla», que alcanzó cerca de 10.000 personas que permanentemente intentaban entrar al Reino Unido como polizones.
Pero antes de que terminara de levantarse, la alcaldía local lo había desmantelado. «Esta ciudad empieza a estar encerrada por todas partes. Creo que hemos sufrido ya bastante como para que, además, ahora nos impongan un muro», declaró la alcaldesa de la ciudad, Natacha Bouchart. La construcción de la barrera costó 2,7 millones de euros.
Goodwill había denunciado antes de su construcción que se había producido un aumento de la inseguridad en Calais por la existencia del campamento.