A los mercados la vida, con Milei, les sonríe y canta. No es para menos el camino se ha ido perfilando para los negocios financieros y octubre se convirtió en el mejor mes desde que el libertario llegó a la Casa Rosada. Era lo que esperaban y el Presidente está cumpliendo, no es para menos: tiene como ministro de Economía al «Messi de las finanzas», según su propia definición sobre Luis «Toto» Caputo. Al país no le va tan bien como al mercado, pero eso es otro tema.
Como sea, en el mes de octubre las acciones argentinas y los bonos en dólares cerraron con ganancias mensuales de hasta 33%, mientras el riesgo país cayó 23% por debajo de los 1.000 puntos básicos, para tocar su menor nivel cinco años. Todo esto se produjo en medio de la entrada de fondos frescos de la mano del millonario blanqueo de capitales (que acaba de extenderse), las compras del Banco Central, la continuidad del superávit fiscal, la desaceleración en la inflación, y el apoyo monetario de organismos internacionales. Argentina ha comenzado a endeudarse para pagar deudas.
Gestión Messi, es decir Caputo. El ministro ha cumplido rigurosamente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y piensa seguir haciéndolo, además anunció que ya consiguió los recursos necesarios para pagar los vencimientos de principio de 2025 a los bonistas privados. Por supuesto hizo lo que sabe hacer, tomó créditos. Parte de esos fondos llegaron luego de poner los lingotes de oro de la reserva argentina como garantía de pago, la operación se llama Repo.
Ya no hay oro en el Banco Central, Toto Caputo lo sacó subrepticiamente para gestionar un préstamo. Por eso, entre otros detalles -que no son menores- el «mercado» está encantado con el gobierno de Milei.
A los que no les va muy bien son a los sectores de ingresos fijos, por ejemplo trabajadores asalariados y jubilados. Estos últimos son los grandes perdedores del modelo. Veamos:
Los haberes mínimos sin bono que los jubilados van a percibir en noviembre casi le habrán empatado a la inflación de un año transcurrida hasta este momento. Se estima que los 252.782,40 que van a cobrar por su liquidación de octubre están un 2% por debajo de lo que percibieron en el mismo mes del 2023. No obstante, si se comparan los salarios de bolsillo, que incluye el bono de $70.000, entre ambos períodos la caída será de entre 17,5%. El mes próximo van a recibir en mano $322.700.
En noviembre del año pasado, con otra fórmula de actualización trimestral, el bono fue de $37.000, mientras que el haber mínimo era de $87.479 lo que da un total de $124.479. La licuación de las jubilaciones mínimas, al incluir un componente discrecional por fuera de la fórmula de ajuste, es uno de los ingredientes más importantes del recorte fiscal que viene llevando a cabo el gobierno libertario.
A todo esto desde la Casa Rosada aseguran que los haberes mínimos ajustan por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes anterior, sin embargo mantiene el bono fijo desde marzo.
El resultado es que de cada $100 de ajuste $25 lo aportaron aproximadamente los jubilados y dentro de ello los más perjudicados han sido los más pobres. Los beneficiarios que están en la escala superior no se han visto afectados del mismo modo porque al no percibir bono han cobrado todos los aumentos de manera plena.
La jubilación mínima sin bono subió hasta acá un 189% nominal. El bono, en tanto, avanzó 89%, mientras que el haber de bolsillo creció 159%. Todo contra una inflación que estaría en el 195% anual en octubre. En términos reales, el primero habría perdido 2%, el segundo 53,5% y la combinación de ambos un 17,5%.