El médico del papa, muerto por ictus, detalla sus últimos momentos


El medico del hospital Gemelli de Roma Sergio Alfieri, coordinador del equipo que atendió al papa Francisco, que murio este lunes por un ictus, ha contado los últimos instantes de vida del pontífice: “Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarle pero no contestaba”, dijo y explicó que se decidió no llevarle al hospital porque su deseo era “morir en casa”.
El médico del papa Francisco, que falleció por un ictus, revela sus últimos instantes de vida
El cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell (c) frente al ferétro del papa Francisco en la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano. EFE/EPA/ Andrew Medichini / POOL

“No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma”, explica Alfieri en declaraciones publicadas en los medios italianos en relación con la muerte por ictus del papa.

Revela que “si hubiera perdido el conocimiento” se habría “tenido que seguir las directrices de su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, que era como un hijo para el Santo Padre” y que eran las de “ningún ensañamiento terapéutico”.

“Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se procediera en ningún caso a la intubación”, que “le habría ayudado a respirar, pero habría sido difícil volver atrás y extubarle, con los pulmones infectados de virus”, explica.

El que fue también su cirujano en dos operaciones explicó: “El lunes hacia las 5:30 de la mañana recibí una llamada de Strappetti: El Santo Padre está muy enfermo tenemos que volver al Gemelli. Preavisé a todos y veinte minutos después estaba allí en Santa Marta, parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso”.

“Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, le expliqué que la hospitalización habría sido inútil. Strappetti sabía que el papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli. Murió poco después”, recuerda Alfieri.

En otra entrevista asegura que “nunca se expuso al peligro”.

“Es como si, acercándose al final, hubiera decidido hacer lo que tuviera que hacer. Como ocurrió en el Domingo de Resurrección, “cuando aceptó la propuesta de su asistente sanitario personal Massimiliano Strappetti de dar la vuelta a la plaza entre la multitud”, añade.

Sobre la causa de la muerte, Alfieri explica que “fue uno de esos infartos que te llevan en una hora, quizá se inició un émbolo y ocluyó un vaso sanguíneo del cerebro. Quizá hubo una hemorragia. Son sucesos que le pueden ocurrir a cualquiera, pero los ancianos corren más riesgo, sobre todo si se mueven poco”.

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Un grupo de creyentes recorre la Plaza de San Pedro con una cruz lamentando la muerte del papa Francisco este lunes en el Vaticano. EFE/ Angelo Carconi

El papa Francisco falleció este lunes con 88 años de edad a causa de un ictus cerebral que le causó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, según informó el Vaticano en su parte de defunción.

El ictus le sobrevino este lunes cuando el papa se recuperaba en su residencia de Santa Marta del Vaticano de una seria infección respiratoria. La defunción fue constatada mediante un electrocardiograma.

El pontífice salió el pasado 23 de marzo del hospital Gemelli de Roma tras enfrentarse durante 38 días a una neumonía bilateral polimicrobiana que le generó dos insuficiencias respiratorias y una renal que pusieron en peligro su vida, junto a una bronquitis múltiple, hipertensión y diabetes.

Siete claves sobre el ictus, como el sufrido por el papa

1. ¿Qué es el ictus?

El ictus, como el del papa, es un accidente cerebrovascular, un trastorno brusco de la circulación cerebral que altera la función de una determinada región del cerebro, según la Sociedad Española de Neurología.

2. Tipos de ictus

El ictus puede producirse tanto por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro, como por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral.

En el primer caso se trata de un ictus isquémico: son los más frecuentes (hasta el 85% del total) y su consecuencia final es el infarto cerebral: situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre.

En el segundo caso es un ictus hemorrágicos: menos frecuente, pero su mortalidad es considerablemente mayor.

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Una persona sostiene un retrato del papa Francisco durante una misa epor la muerte del pontífice en la Catedral Metropolitana de Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda

3. Factores de riesgo:

Hay algunos factores que no se pueden prevenir pero otros sí, con hábitos de vida saludable.

  • Edad: el riesgo de padecer un ictus crece de forma importante a partir de los 60 años.
  • El género: en general, hasta edades avanzadas, el ictus se da más entre los hombres que entre las mujeres, aunque la mortalidad es mayor en ellas.
  • Haber sufrido un ictus con anterioridad.
  • Hipertensión arterial.
  • Padecer enfermedades cardiacas como angina de pecho o infarto de miocardio.

4. Prevención

  • No fumar, ni beber alcohol.
  • Controlar el colesterol y por tanto los niveles elevados de grasas en sangre.
  • Hacer ejercicio de forma regular huyendo de la vida sedentaria.
  • Obesidad y sobrepeso.
  • Estrés y ansiedad.

5. Las señales de alarma

Acudir cuanto antes a un centro médico es fundamental. El Código Ictus es el procedimiento de actuación sanitaria prehospitalaria basado en el reconocimiento precoz de los signos y síntomas de un ictus con el objetivo de priorizar el traslado y los cuidados del paciente con el fin de proporcionar un tratamiento cuanto antes que mejore el pronóstico y disminuya las secuelas.

  • Dolor intenso de cabeza.
  • Visión afectada en uno o los dos ojos.
  • Dificultad a la hora de hablar y entender.
  • Pérdida brusca del equilibrio.
  • Pérdida de fuerza en manos, brazos y piernas, generalmente de un lado del cuerpo.

6. Tratamiento

Según el tipo de ictus, isquémico o hemorrágico, se valoran tratamientos encaminados a recuperar la reperfusión vascular, mediante trombolisis o trombectomía, y en algunas ocasiones recurriendo a la cirugía.

7.- Rehabilitación

Entre un 40 % y un 60 % de los pacientes que sobreviven a un ictus quedan con algún tipo de secuela. Recibir rehabilitación es imprescindible para recuperarse.

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