Colombia dio inicio a la etapa de desescalada de la violencia pactada entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), a través de un decreto que fija una tregua bilateral a partir del 3 de agosto y hasta el 29 de enero de 2024, aunque el Ejecutivo cuestionó algunas actividades de la insurgencia en medio de las negociaciones de paz.
El alto el fuego pactado a partir del 3 de agosto está plasmado en un decreto emitido por el Ministerio de Defensa que lleva la firma de Petro y que es el principal compromiso alcanzado hasta ahora en conversaciones destinadas a llegar a un acuerdo tras décadas de conflicto.
El decreto establece «la suspensión de operaciones militares y operativos policiales ofensivos» entre el 3 de agosto y el 29 de enero y deja abierta la puerta a una prórroga en caso de que se alcancen mayores avances en las negociaciones.
La paralización de las hostilidades «se hará sin perjuicio del cumplimiento de la función y obligación constitucional y legal de la Fuerza Pública de preservar la integridad del territorio nacional», agrega el texto, informó la agencia de noticias Europa Press.
La tregua se aplicará a «los integrantes del ELN que participen en el proceso de paz y se encuentren dentro de los procedimientos para la ejecución del acuerdo», agrega el documento.
Está previsto que el Gobierno, la guerrilla, la Conferencia Episcopal y la ONU vigilen el cumplimiento de esta tregua, pactada el 9 de junio pasado en Cuba.
«No se puede hablar de paz sin una sociedad más equilibrada, más equitativa; no ésta, de las más desiguales del mundo: la posibilidad de la paz naufraga en medio de la desigualdad», dijo Petro en un tuit en la cuenta de la Presidencia de Colombia al referirse a su iniciativa, que consta de tres etapas.
La primera etapa abarca desde la firma del acuerdo hasta el 5 de julio, periodo en el que se habrían alistado las organizaciones que verificarían el cumplimiento del alto el fuego.
La segunda etapa es de desescalada y es la que comenzó hoy, con la vista puesta en el alto el fuego del 3 de agosto, que supone que el ELN ponga fin a las extorsiones, los secuestros y otros crímenes.
La tercera etapa es la del alto el fuego mismo, que es prorrogable y estará sujeta a evaluaciones periódicas.
De cumplirse la tregua tal como fue acordada, será el periodo más largo de suspensión de hostilidades entre las fuerzas estatales y esta guerrilla, la más antigua de Colombia, que en 2022 contaba con casi 5.900 combatientes.
Con todo, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, consideró «incomprensible» que el ELN haya secuestrado a una sargento y sus dos hijos de 6 y 8 años, en medio de las conversaciones.
Los rebeldes secuestraron el martes a la familia mientras se desplazaba por una zona cercana a la frontera con Venezuela.
«El ELN tiene que dar claras muestras de su voluntad de paz. Es incomprensible que el mismo día que el mando central expide un comunicado saludando y llamando a todos los miembros de esa organización a la suspensión de las operaciones ofensivas, ese mismo día, esa organización criminal hubiera cometido hechos contra personas que se encontraban indefensas», declaró Velásquez en Buenaventura.
El jefe de Defensa reclamó la «pronta liberación» de los retenidos y recordó que el cese al fuego no impide a la fuerza pública continuar las operaciones contra las finanzas de la guerrilla, ni las «labores de inteligencia», según la agencia de noticias AFP.
De por sí, la desescalada de la violencia ya dejaba dudas, porque una facción del ELN en el departamento del Chocó, en el noroeste colombiano, se encuentra en «paro armado».
El cese del fuego con la guerrilla, aunque temporal, es por el momento el resultado más alto del ciclo de conversaciones que inició Petro, el primer presidente de izquierda de Colombia, luego de su llegada al poder, en agosto de 2022.
Apenas asumido Petro, una delegación encabezada por el canciller Álvaro Leyva visitó Cuba y anunció la reanudación de las negociaciones con el ELN.
El proceso de paz, que había comenzado en 2017, fue suspendido en 2018 y otra vez al año siguiente por ataques del ELN, incluyendo uno contra una escuela de cadetes de la Policía de Bogotá, que mató a 22 aspirantes en enero de 2019.
Desde que asumió Petro, el proceso incluyó ya tres rondas de negociaciones, en Venezuela, México y Cuba. Y entre el 14 de agosto y el 4 de septiembre está prevista una cuarta ronda de negociaciones en Caracas.
Para estas nuevas rondas de diálogos de paz fueron ratificados como países garantes Cuba, Noruega y Venezuela; mientras que Brasil, Chile y México se sumaron al proceso y Alemania, España, Suecia y Suiza participan como países acompañantes.
Las negociaciones con el ELN son parte de un plan de paz más amplio de Petro que busca cerrar los conflictos con todas las organizaciones armadas de Colombia y que denominó «paz total».