El escándalo de corrupción y mujeres causa grietas en el PSOE de Pedro Sánchez y el presidente de España queda cada vez más solo

Cada vez más solo. Recluido en La Moncloa desde el miércoles, el presidente Pedro Sánchez intenta resistir ante el escándalo por corrupción y machismo en el que está hundido su partido, el PSOE.

Una investigación de la Guardia Civil revela que un ex ministro de Transportes, su ex chofer y el ex secretario de organización socialistas cobraban coimas por adjudicar la construcción de puentes y carreteras en distintas ciudades de España.

Los partidos de izquierda, socios del PSOE en el gobierno actual y en el anterior, se desmarcan de los socialistas. Condenan la corrupción que los afecta y se alejan de Sánchez.

Porque, además de las presuntas coimas, la filtración de unos audios en los que el ex ministro y su ex chofer arman listas de señoritas para intercambiarse en una noche de lujuria hace añicos el feminismo que Pedro Sánchez pregona al frente del gobierno de izquierdas que integran el PSOE y Sumar, el socio minoritario en la coalición que gobierna España desde 2023.

Desde este espacio, que lidera la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, toman distancia del Partido Socialista.

“No merecen nuestro respeto, ni representarnos”, dijo Yolanda Díaz este sábado en la clausura del Congreso Confederal de Comisiones Obreras en Madrid. Se refería al trío de socialistas implicados en la trama corrupta: el ex ministro de Transportes, José Luis Abalos; su ex chofer, Koldo García, y el ex secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán.

“Me avergüenzan los comportamientos de golfos, de señores corruptos y de su deleznable forma de actuar”, dijo Díaz.

Y agregó: “Mientras unos acordaban ‘mordidas’ al lado del Ministerio de Trabajo, otras estábamos peleando la reforma laboral. Así que lo digo con dignidad: No somos todas iguales”.

La ministra contradijo al propio presidente del gobierno cuando señaló que la corrupción cero no existe pero que hay que combatirla como, según él, está haciendo el PSOE.

“La corrupción cero sí existe”, le respondió la vicepresidenta.

“Tenemos cinco ministerios limpios -insistió Díaz sobre las carteras lideradas por Sumar-. Tenemos un espacio político que ha gobernado y nunca ha robado.”

La ministra de Trabajo ya había manifestado su malestar el miércoles, cuando no acompañó a Sánchez al Congreso, donde el presidente recibió dardos venenosos en la sesión de control al gobierno.

El martes por la tarde, fue la primera en reunirse con él en una ronda de consultas que el jefe del gobierno improvisó con los siete partidos que apoyaron su reelección para medir la térmica de cómo están impactando las revelaciones del informe de la Guardia Civil.

En ese encuentro, Yolanda Díaz le hizo dos pedidos a Pedro Sánchez: terminar con la inmunidad de los políticos que ocupan cargos públicos y castigar a las empresas que paguen coimas.

Además de producir un documento de 490 páginas con lo hallado durante su investigación, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil allanó el viernes la sede central del PSOE, sobre la calle Ferraz de Madrid.

Contaban con una orden judicial del Tribunal Supremo para clonar la cuenta de correo electrónico del partido del ex secretario de organización Cerdán.

Estuvieron haciendo lo mismo en el Ministerio de Transportes, de dónde se llevaron copia de los mails de la cuenta que utilizaba Abalos y documentos de una once licitaciones en las que estarían involucradas otras dos dependencias, por haber facilitado presuntamente el pago de coimas: el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias y la Dirección General de Carreteras.

Podemos, el partido “de los indignados” que gobernó en coalición con el PSOE entre 2020 y 2023, firmó el acta de defunción política del presidente: “El gobierno está muerto”, dijo este sábado Ione Belarra, secretaria general de Podemos.

“El ciclo de Pedro Sánchez ha terminado. La única duda es meramente temporal: cuándo se concretará el final”, insistió.“Además, aún no conocemos el alcance total de esta trama”, agregó Belarra.

Por su parte, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), otra de las fuerzas políticas que facilitaron la reelección de Sánchez en 2023, exige al presidente que se presente en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones lo antes posible.

Escudado en que la agenda de compromisos internacionales no se lo permite hasta el 9 de julio, Sánchez agendó para el mes que viene su comparecencia, una fecha que al PNV le resulta tardía.

“El presidente debe comparecer cuanto antes”, dijo este sábado el líder del PNV, Aitor Esteban. Y advirtió sobre cómo podrían cambiar las votaciones de su partido en el Congreso: “No estamos para proteger gobiernos sino para proteger la dignidad democrática”, subrayó Esteban.

Desde el Partido Popular (PP), su secretaria general, Cuca Gamarra, fogoneaba este sábado, en un acto en Pamplona, que los socios del gobierno rompan con Sánchez.

En referencia a las declaraciones de la vicepresidenta y ministra Yolanda Díaz, Gamarra sugirió: “Si tanto asco le da, solo tiene un camino: presentar su dimisión. Porque, si se queda, es cómplice”.

“No eran tres lobos solitarios -dijo Gamarra sobre Abalos, Cerdán y Koldo-. No eran tres manzanas podridas. Es la corrupción sistémica del sanchismo.”