Beto -como lo conocen sus amigos- es un vecino del barrio San Cayetano, un hombre que a pesar de su ceguera es colaborador incansable de los Bomberos Voluntarios. Sin embargo, recientemente enfrenta una pesadilla constante: un delincuente ha ingresado reiteradas veces a su hogar para robarle, aprovechando su vulnerabilidad.
«Hola buenos días, tardes o noches. Como todos saben, soy una persona ciega y ese delincuente entró dos veces a mi casa a robar. Me visualizó», escribe Beto en su muro de Facebook al compartir el video del hombre que acosa su domicilio.
«Si alguien lo conoce y me puede avisar se lo agradezco. Me entró a robar dos veces a mi casa y me llevó todo. Por favor difundan el video para encontrarlo», agrega.
El primer episodio ocurrió el 26 de febrero. «Yo había ido al cuartel entre las 4 de la tarde y las 9 de la noche, cuando volví me habían reventado la puerta y me robaron un montón de herramientas: atornilladora, amoladora circular, una notebook, una mochila con una carpeta con toda mi documentación, algo de ropa y hasta una taladradora», relató Beto en diálogo exclusivo con Diario Crónica.
Tras el robo, el miedo se instaló en su hogar. «Después estuve encerrado hasta el 17 de marzo. Me encerré por miedo a que me vuelva a entrar», contó. En un esfuerzo por reforzar la seguridad de su vivienda, un vecino le fabricó una reja, otro amigo le instaló una puerta nueva y, con la ayuda de varios allegados, pudo colocar una cámara de vigilancia en el techo. «Digo yo, ‘bueno, ya está, con esta seguridad no creo que entre, ve la cámara y no va a entrar'», recordó.
Pero su esperanza se desmoronó cuando el 17 de marzo, a plena luz del día, el ladrón volvió a entrar. «Me voy otra vez al cuartel a la tarde igual y a las 16:38 se ve que el vago salta el portón y me roba la cámara», relató con indignación.
Acorralado por el temor y la impotencia, Beto vive con la constante sensación de que el delincuente acecha su hogar. «Me parece que hoy a la mañana, tipo 12:30 más o menos del mediodía, anduvo porque escuché ruido en el patio. Escuché que anda acá», dijo con frustración.
«Siento bronca, con impotencia, porque soy ciego y no puedo defenderme. Moralmente me está liquidando. Sinceramente me siento con pocas ganas de seguir porque no lo puedo ver, no lo puedo encontrar. Encima de eso, nadie ve nada, nadie sabe quién es, nadie nada», expresó.
A pesar de haber realizado las denuncias correspondientes y presentado las pruebas a la Comisaría Sexta, la respuesta aún no llega. «Hice todas las denuncias, presenté el video a la policía, todo, pero bueno, nada, supuestamente hay que esperar», lamentó.
Encerrado nuevamente en su casa, Beto vive con la angustia de no saber cuándo volverá a ser víctima del mismo delincuente. «Para mí él vuelve y se va cuando escucha mi ruido. Ahora estoy encerrado otra vez. Puede estar ahora viéndome por la ventana y no me doy cuenta porque estoy ciego», concluyó.
Los amigos y compañeros de Beto se movilizan en solidaridad, mientras que la incertidumbre persiste. La pregunta que sigue sin respuesta es : ¿Cuánto más deberá esperar para que le brinden la seguridad que tanto necesita?