«Soy una persona grande, tengo 73 años, le he alquilado al fondo de mi casa a tres personas que después terminan siendo nueve o diez. Ya estamos con el abogado (haciendo lo necesario) para que lo saquen, pero el tipo ha venido ahora con cinco o seis personas más, están borrachos; tengo miedo ¿Qué hago?», aseguró Silvia Zulema Chávez (73), en la comunicación que mantuvo con una operadora del 911 el 18 de julio, es decir horas antes de su desaparición.
Por el caso, la Justicia ordenó en las últimas horas la detención del inquilino de Chávez, Mauricio Albornoz, quien fue imputado por el delito de «homicidio simple» y en las próximas horas será indagado por una fiscal.
En la comunicación telefónica que se difundió este miércoles, la enfermera hacía referencia a lo que ocurría en los fondos de su propiedad en la calle Ecuador al 1600, de la localidad de San Rafael, ubicada a unos 230 kilómetros de la capital provincial.
Es que ella vivía en una casa en el frente y le alquilaba a Albornoz una vivienda en el fondo.
Chávez le explicó durante cerca de cuatro minutos a una operadora del 911 qué era lo que ocurría en esa vivienda y dijo en varias oportunidades que «estaban haciendo lío» y que llamaba para advertir por si algo le pasaba luego.
Durante la llamada la operadora le preguntó el domicilio para enviar un móvil policial, pero la jubilada la interrumpe y le señala: «No quiero que se acerquen ahora a la vivienda. Solo llamo por si se arma lio, porque si (esos hombres) se van tranquilos, no hay problemas».
«Soy una persona grande, tengo 73 años, le he alquilado al fondo de mi casa a tres personas que después terminan siendo nueve o diez. Ya estamos con el abogado (haciendo lo necesario) para que lo saquen, pero el tipo ha venido ahora con cinco o seis personas más, están borrachos; tengo miedo ¿Qué hago?»el pedido de la mujer desaparecida
Sobre esto último la operadora le pregunta: «¿Usted no quiere que vaya el móvil ahora?» y la mujer respondió: «No, porque yo lo que quiero es que sepan, por si llamo ligero y no tengo tiempo de contestar, no sé si en una de esas se levantan, vienen y se meten acá a mi casa», a lo que la operadora la pregunta si estaba sola en la casa y Chávez le respondió: «Sí, solita estoy».
La comunicación continúa en otro tramo con algunos detalles sobre los ruidos que se escuchan de la juntada en la vivienda alquilada y las acciones que realiza ella para desalojarlos a los que consideró como «muy malas personas».
«Yo lo que quiero, señorita -le dice a la operadora-, por cualquier cosa que ya sepan de ante mano que si se arma lio no tener que contar toda la historia que más o menos ya saben».
Cerca del final de la comunicación Chávez le hace referencia a la operadora sobre la presencia de un auto blanco que estuvo más temprano en el cual se fueron algunos de los participantes de la juntada y más tarde volvieron con el mismo auto.
«Por eso yo le comentaba ahora por si se arma lio, yo les digo vengan y ya saben cuál es la gente», reiteró la enfermera, quien insistió: «Yo lo que le comunico es porque tengo miedo de que se arme lio y no sepa para donde ir yo».
A continuación la operadora le pregunta a la mujer nuevamente la dirección de su vivienda – en este punto se escucha voz de lejos- y le dice a la operadora: «Corto porque ahí viene», la operadora le dice que no le corte, porque si pasaba algo ella se iba a enterar y le vuelve a pedir el domicilio a la mujer, luego silencio.
La justicia continúa en la búsqueda de Chávez y espera el resultado de las pericias de teléfonos para determinar las últimas comunicaciones que realizó la mujer y a quiénes.
En las ultimas horas jefe de la Distrital Sur, de San Rafael, confirmó la detención del único sospechoso por la desaparición de la mujer, Mauricio Albornoz, quien es el inquilino que hizo mención Chávez a la operadora, a su vez el fiscal de San Rafael a cargo de la pesquisa, Javier Giaroli, lo imputó del delito de «homicidio simple» y se espera en las próximas horas su indagatoria.
El hecho se conoció el pasado 1 de noviembre, cuatro meses después de su desaparición, cuando la ex cuñada de Chávez se presentó a una comisaria de la zona para averiguar cómo continuaba la investigación del caso y en ese entonces las autoridades dieron cuenta que no había quedado registrado ningún pedido de búsqueda de paradero sobre ella.
Ante esa situación, las autoridades policiales iniciaron una investigación administrativa para determinar si existió alguna irregularidad.