El crudo relato de un periodista en Gaza ante el riesgo de «hambruna» mientras cubre la guerra



«Todos los días camino entre 14 y 15 kilómetros» bajo un calor sofocante para recabar información en la Franja de Gaza, en guerra, donde conseguir alimentos se volvió extremadamente difícil, cuenta Youssef Hassouna, periodista de video de la AFP.


«Esta mañana recorrí unos 25 kilómetros ida y vuelta para reportear», relata.

Más de 21 meses de guerra entre Israel y el movimiento ultraislámico palestino Hamas dejaron la Franja de Gaza en ruinas, provocaron el desplazamiento de casi toda la población, que además sufre graves carencias de alimentos y otros productos básicos.


Para Hassouna, de 48 años, estos arduos periplos se volvieron «muy, muy difíciles».


«Solía cambiar de zapatos cada seis meses, pero ahora gasto un par cada mes», afirma.

Ya sea filmando una caótica estampida en un punto de ayuda humanitaria o las sangrientas consecuencias de un bombardeo, Hassouna explica que las penurias extremas de alimentos, agua potable y atención médica complican aún más su labor para cubrir este conflicto devastador.

La ofensiva lanzada por Israel en Gaza, en represalia por el ataque terrorista sin precedentes de Hamas en su territorio el 7 de octubre de 2023, dejó 59.219 muertos, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, considerados fiables por la ONU.

El salvaje ataque del grupo palestino en varias localidades y kibutz del sur de Israel ese día dejó más de 1200 muertos, casi todos civiles y entre ellos chicos y jóvenes que asistían a un festival de música electrónica. Los terroristas secuestraron además a 250 personas. Aún quedan cerca de 50 rehenes en Gaza, de los cuales unos 30 ya estarían muertos, según el ejército de Israel.

Más de 100 ONG advirtieron el miércoles sobre la propagación de una «hambruna generalizada» en este territorio donde viven más de dos millones de personas.

Un bloqueo total impuesto por Israel en marzo -parcialmente aliviado a finales de mayo- provocó una grave escasez de alimentos, medicamentos y combustible.

Hassouna, que vive en Ciudad de Gaza, precisa que su principal dificultad es conseguir suficiente comida para él y su familia.

En casi dos años de guerra perdí más de 40 kilos. «Pesaba unos 110 kilos, hoy entre 65 y 70 kilos», relata.

El agravamiento de la crisis alimentaria hizo que los precios de los pocos alimentos disponibles se disparen, volviendo los productos básicos inaccesibles para muchos habitantes.


«Es extremadamente difícil conseguir comida en Gaza. Y cuando está disponible los precios se multiplican por 100», relata.

El kilo de lentejas pasó de costar tres séqueles (0,90 dólares) a 80 séqueles (24 dólares), y el precio del arroz se multiplicó por 20, dice.


«El acceso al agua es igual de complicado, ya sea dulce o salada», añade. «Los niños tienen que hacer fila durante cuatro, cinco, seis o incluso siete horas para conseguirla», afirma.


Además observa que el trabajo periodístico en medio de la guerra a veces genera tensiones con otros palestinos en Gaza, que temen ser blanco de represalias israelíes contra los periodistas.


«Algunos quieren a los periodistas, otros no», subraya.


«Quienes nos apoyan vienen a verme y me dicen: ‘Cuéntanos qué está pasando, ¿cuándo terminará esta guerra? Haz que se escuche nuestra voz en el extranjero, dile al mundo entero que no queremos esta guerra’. Otros dicen lo contrario: ‘No te acerques, no te unas a nosotros’. Los periodistas son blanco de los bombardeos israelíes», explica.

Reporteros sin Fronteras (RSF) informó a principios de julio que más de 200 periodistas han muerto en Gaza desde el ataque del 7 de octubre de 2023.

Hassouna ansía una paz duradera. «Desde nuestra infancia hemos vivido en la guerra, y no queremos que nuestros hijos ni que los niños israelíes vivan esto. Todos deseamos una vida sin conflicto», concluye.

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