Casi que le dieron el gusto al tres veces campeón del mundo (2014, 2018 y 2021) que recibió una puntuación de 9.90, la más alta en lo que va de la competencia francesa, para liquidar la llave de la tercera ronda contra el japonés Kanoa Igarashi.
La movida del favorito al oro deslumbró a los asistentes en Teahupo’o, sede de la competencia: Medina tomó la ola tubular de manera casi perfecta aprovechando las grandes ondulaciones del mar en la jornada.
Conociendo la joya que acababa de tallar, el brasileño salió del tubo alzando sus dos manos y expandiendo las palmas, en una señal para que los jueces le dieran el 10, la nota máxima.
«Es un sueño competir en los olímpicos en esas condiciones. Nunca imaginé que podría mostrarle al mundo ese tipo de surf, porque no siempre tenemos ese tipo de condiciones» en el mar, dijo Medina, de 30 años, en declaraciones divulgadas por el Comité Olímpico Brasileño (COB).
El presidente de la Confederación Brasileña de Surf, Flávio ‘Teco’ Padaratz, dijo a la AFP que se trataba de la mayor nota en la historia de los Juegos Olímpicos, una competencia en la que el surf hace su segunda aparición tras Tokio-2020.
No es la primera vez que Medina brilla en las olas transparentes y peligrosas de Teahupo’o.
El paulista nunca ha salido del podio en esa etapa del circuito de la World Surf League (WSL) desde que se convirtió en el primer brasileño en ganar el título mundial en 2014. Desde entonces, figura en varios rankings que lo ubican entre los 10 mejores surfistas del mundo y de la historia.
Medina es el alma mater de lo que llamaron «la tormenta brasileña» en el surf internacional. Es que, desde que consiguió su segundo título del mundo en 2018, metió la cabeza entre los australianos y estadounidenses que dominaban exclusivamente la escena y provocó una explosión del deporte en su país.
En la parada de la WSL de mayo, por ejemplo, casi logra una batería perfecta, con puntuaciones de 10 y 9.83.
Ahora Medina enfrentará a su compatriota João Chianca en busca del pase a las semifinales olímpicas para dar un paso más hacia una de las pocas conquistas que le quedan: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.
«Ser medallista olímpico es mi objetivo y voy a hacer todo lo posible por conseguirlo», dijo al portal Olympics en marzo. Pese al viento a favor, competidores fogueados como el estadounidense John John Florence, el australiano Jack Robinson o el también brasileño Filipe Toledo, bicampeón de la WSL en 2022 y 2023, amenazan con estropearle el sueño dorado.
Con información de agencias