Los vecinos de la Costanera de Río Gallegos están hartos del descontrol nocturno causado por motociclistas imprudentes. A pesar de sus constantes denuncias, las autoridades no han tomado medidas efectivas para frenar el ruido ensordecedor y las infracciones de los conductores, algunos menores. La falta de control ha generado confrontaciones directas y un ambiente tenso.
La tranquilidad de la Costanera de Río Gallegos se ha visto gravemente afectada por el descontrol de motociclistas y un reciente incidente de atropello que ha dejado a la comunidad alarmada. Los residentes han expresado su frustración por el ruido ensordecedor y las imprudencias de jóvenes que circulan a altas velocidades, a menudo sin casco y en motos modificadas. Esta situación ha dado lugar a confrontaciones directas entre vecinos y motociclistas, creando un ambiente de tensión creciente.
La gota que colmó el vaso ocurrió en la madrugada del 15 de enero, cuando una camioneta Renault Oroch blanca embistió a dos jóvenes motociclistas en la intersección de Bomberos Voluntarios y Orkeke. Uno de los jóvenes, de 23 años, sufrió graves lesiones en una pierna mientras el conductor del vehículo se dio a la fuga. Gracias a la rápida intervención del Comando Patrullas, el sospechoso fue encontrado más tarde y detenido.
Los vecinos demandan una mayor presencia policial y medidas más estrictas para frenar esta ola de caos nocturno. Sin una «policía costera» activa, se sienten desprotegidos ante los constantes accidentes y atropellos. Es fundamental que las autoridades escuchen sus llamados y actúen para garantizar la seguridad y tranquilidad en la Costanera.