El diplomático Gabriel Escobar -máxima autoridad en la embajada de EE.UU. en Brasilia, en ausencia de un embajador- fue convocado para dar explicaciones sobre una nota publicada el miércoles por la embajada estadounidense, en la que reitera el apoyo dado el lunes por el mandatario Donald Trump a Bolsonaro.
La convocatoria a Escobar ocurrió luego de esa embajada publicara una dura nota sobre el juicio contra Bolsonaro, que ya había sido criticado esta semana por Trump.
La nota en cuestión afirma que «Jair Bolsonaro y su familia han sido fuertes socios de Estados Unidos» y agrega que «la persecución política contra él, su familia y sus seguidores es vergonzosa y no respeta las tradiciones democráticas de Brasil».
También refuerza «la declaración del presidente Trump» y agrega que la embajada sigue «de cerca esa situación» y que «no comenta sobre próximas acciones del Departamento de Estado en relación a casos específicos».
El texto de la embajada siguió el tono adoptado por Trump en mensajes que publicó el pasado lunes y en la noche del martes en su red Truth Social.
«Voy a estar muy atento a la CAZA DE BRUJAS contra Jair Bolsonaro, su familia y miles de sus seguidores. El único juicio que debería existir es el juicio de los votantes de Brasil – se llama una elección-. ¡DEJEN EN PAZ A BOLSONARO!», escribió el jefe de la Casa Blanca.
Sostuvo además que «Brasil está tratando de forma terrible al ex presidente» y dijo que ha «observado, al igual que el mundo, cómo no han hecho otra cosa que perseguirlo, día tras día, noche tras noche, mes tras mes, año tras año. ¡Él no es culpable de nada, salvo de haber luchado por EL PUEBLO!», afirmó.
El primer mensaje de Trump motivó una inmediata respuesta del jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien le dio carácter institucional al asunto y reaccionó mediante una nota oficial de la Presidencia.
«La defensa de la democracia en Brasil es un tema que compete a los brasileños. Somos un país soberano. No aceptamos interferencia o tutela de quien quiera que sea», afirmó Lula.
El ultraderechista Bolsonaro, quien gobernó entre 2019 y 2022, cuando coincidió durante dos años con el primer mandato de Trump, está acusado de haber planificado, junto a jefes militares y antiguos ministros, diversos planes para impedir la investidura de Lula tras la victoria del líder progresista en las elecciones de octubre de 2022.
Esa trama, según la Fiscalía, desembocó en el violento ataque del 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas destrozaron las sedes de la Presidencia, el Parlamento y la Corte Suprema en Brasilia, y exigieron que las Fuerzas Armadas derrocaran al nuevo gobierno de centroizquierda.
El juicio cursa en la Corte Suprema, que el mes pasado concluyó la fase de instrucción del proceso, que se prevé que quedará listo para sentencia entre septiembre y octubre próximos.