Un abrazo simbólico contra el espectáculo inmersivo y lumínico «Secret Garden» que se desarrolla en el Jardín Botánico Carlos Thays durante las noches de julio, fue convocado este martes por ambientalistas, en paralelo a una carta abierta en la que investigadores, historiadores y arquitectos, respaldan las objeciones de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, que sostiene que el gobierno porteño incumplió la ley al no consultarla para la instalación en el mítico espacio verde que declarado monumento histórico nacional en 1996. La cita es para el próximo domingo 16 de julio a las 15, en la puerta principal de Avenida Santa Fe 3951.precisaron sus organizadores.
La protesta comenzó en las redes sociales, con los cientos de comentarios de usuarios indignados por la exposición «Secret Garden», que abrió el 1 de julio y se desarrolla hasta el 31 de julio de 19 a 22, momento en que el Jardín Botánico propone un recorrido por 17 instalaciones lumínicas, proyecciones de video tipo mapping y efectos de luces sobre el patrimonio, una idea importada de Europa que se ha realizado en los últimos años en espacios verdes de ciudades como Londres, París o Barcelona.
«Cero respeto a la naturaleza», «Dicen que es en celebración del aniversario del jardín pero se contradice con el fin fundamental del mismo: la conservación de la biodiversidad«, «Estoy completamente en contra de que vayan a estos eventos, solo para ver luces y guirnaldas que modifican el ciclo de sueño de las aves y los animales que viven en ese recinto», son algunos de los comentarios vertidos en redes sociales contra el evento cuyo precio de entrada es de $4.500 pesos por adulto.
La cita es para el próximo domingo 16 de julio a las 15, en la puerta principal de Avenida Santa Fe 3951, precisaron sus organizadores
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De modo paralelo, ambientalistas, investigadores, paisajistas, historiadores, arquitectos y patrimonialistas firmaron una «Carta abierta en defensa del Jardín Botánico» y adhirieron al abrazo simbólico. «Nos hemos enterado por la prensa de que en el Jardín Botánico Carlos Thays de la Ciudad de Buenos Aires se desarrolla una ‘Muestra Inmersiva Lumínica’, denominada Secret Garden. Al respecto, queremos recordar que un Jardín Botánico no es un jardín corriente. Es el Museo de las Plantas y su objetivo es científico, artístico, educativo y social. Así lo entendió Thays cuando lo proyectó y construyó», arranca la misiva que se puede firmar en el link
El Jardín Botánico de Buenos Aires fue declarado en 1996 Monumento Histórico Nacional, por lo que toda intervención en él debe ser aprobada por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos
En el texto, hablan de «un oasis de vida para la flora, la fauna» y de la designación como «primer Refugio Climático de la Ciudad, para ser utilizado cuando el verano nos traiga temperaturas extremas» pero que con la actual exposición inmersiva «alteran los ciclos de descanso de la flora y la fauna», advierten.
«La arquitectura y las obras de arte, son banalizadas. El microclima y el ecosistema del Jardín Botánico -que deberíamos cuidar como el reservorio patrimonial que es- son perturbados por la falta de respeto a la flora y la fauna, por lo que consideramos totalmente fuera de lugar esa instalación. En lugar de concientizar sobre el valor patrimonial de este espacio verde, prima la banalidad de mostrar al público mariposas de plástico con luz, antes que a las verdaderas, atraídas por arbustos y entre flores vivas», continúan los expertos firmantes, que invitan a adherir «a quienes compartan el dolor y estupor que sentimos».
El Jardín Botánico de Buenos Aires fue declarado en 1996 Monumento Histórico Nacional, por lo que toda intervención en él debe ser aprobada por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, que dirige Mónica Capano, tal como establece la ley 12.665, pero este organismo no fue consultado.
Reclaman incumplimiento de la ley
«Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) hay un incumplimiento de la Ley 12.665, su modificatoria y el decreto reglamentario, donde dice que esta Comisión ejerce la superintendencia inmediata para intervenir con carácter previo y vinculante, aprobar o rechazar y supervisar toda intervención material sobre los bienes protegidos. Sumado a esto, al día de hoy no fue respondida la nota que se envió al organismo del GCBA, motivo por el cual nosotros estamos haciendo los informes pertinentes para demostrar el perjuicio de Secret Garden sobre el Botánico», dijeron a Télam desde la Comisión Nacional de Monumentos.
El organismo fue invitado a participar de un «Foro participativo en protección al Jardín Botánico Carlos Thays» el próximo viernes 14 de julio a las 18 en el Museo Casa de Alfredo Palacios (ubicado en la calle Charcas 4741 del barrio porteño de Palermo), donde se presentará un informe con el análisis de los daños ocurridos en ese espacio verde, adelantaron a Télam sus organizadores. Las oradoras serán Mónica Capano, María Angélica Di Giacomo y Gabriela Massuh.
En tanto, la carta pública difundida –que se puede leer completa en el siguiente link – señala que el parque de Palermo es «puesto en peligro por un espectáculo comercial, que no respeta a sus plantas, su fauna, sus edificios patrimoniales, su historia, ni la imagen del lugar que guarda el inconsciente colectivo» pero además -suma entre sus líneas- «tampoco se respeta su categoría de espacio público, pues se cobra entrada».
La respuesta del Gobierno de la Ciudad
Por su parte, la Secretaría de Ambiente de la ciudad dijo a Télam que desde ese organismo «se valora y respeta de manera inequívoca el cuidado patrimonial del Jardín Botánico Carlos Thays.
Es por ello, aseguraron a contramano de lo dicho por los ambientalistas y expertos, que cada vez que se realiza una acción o muestra dentro del predio, se asegura de que ninguna de las actividades puedan generar inconvenientes para el Jardín, garantizando su normal funcionamiento».
Según lo expresado por esa cartera porteña, «la celebración de este tipo de muestras no implica intervención, modificación o gravamen alguno del régimen jurídico o material de los bienes que integran al Jardín Botánico» y respecto al pedido de autorización a la Comisión de Monumentos, aseguró que «no incumple la normativa que regula los bienes protegidos».
Además, la secretaría que dirige Inés Gorbea señaló que el Jardín sigue abierto de manera pública y gratuita todos los días en su horario habitual y que la exposición nocturna «Secret Garden» se desarrolla «sobre una fracción de 10.500 metros cuadrados de las 7 hectáreas y media que tiene el predio». «Bajo ningún concepto se modifica ni se interfiere en el normal funcionamiento, el ecosistema ni en la arquitectura de ninguna de las instalaciones del Botánico», añadieron.
Los organizadores de la muestra «Secret Garden» –una alianza entre la productora española Proactiv Entertainment y la argentina 6 Pasos– no se manifestaron al respecto del conflicto desencadenado en redes sociales ni sobre los cruces entre los organismos de Ciudad y Nación.
Cuando había sido entrevistado para Télam en junio pasado, antes de que inaugura la exposición, el director creativo del proyecto, el español Héctor Sánchez, había asegurado que sumaron la consultoría de un equipo de biólogos para certificar que ni las luces ni el volumen afecten la flora o la fauna del lugar: «Ambas cuestiones están muy por debajo de los estímulos que produce la ciudad. El espectáculo en sí apunta a la mirada medioambiental así que es algo que nos interesaba cuidar desde la producción», había dicho Sánchez.
Reclamos en otras ciudades
En sintonía con lo que sucede en Buenos Aires, cuando una exposición similar se estrenó en el Jardín Botánico de Londres, (Kew Garden), allá conocida como Christmas Garden, sufrió las mismas quejas por parte del público: «despilfarro de dinero y energía», «fantasía kitsch y contaminante», «¿cuál es tu huella de carbono en esto?», fueron algunos de los comentarios en redes que habían recogido medios como Telegraph o Daily Mail en aquel entonces.
Por ello, el jardín londinense debió salir a explicar «que utiliza biocombustible, una fuente de energía renovable, para alimentar» su exposición «respetuosa con el medio ambiente».
Asimismo, cuando la muestra «Naturaleza encendida» estrenó en el Real Jardín Botánico de Madrid, en 2022, la organización Ecologistas en Acción calificó como inapropiado el espectáculo navideño que «tiene lugar en una institución pública dedicada a la ciencia, la conservación y educación ambiental».
El grupo ecologista se refirió entonces a la «banalización» del Jardín Botánico español y a uno de los pocos refugios de biodiversidad del centro de Madrid «amenazado por la masificación, la contaminación sonora y lumínica del evento, con impactos importantes sobre flora y fauna».
«El derroche energético que supone un espectáculo de luces como este es, además de innecesario, ética y ecológicamente inaceptable en el actual contexto de emergencia climática«, decían en un comunicado difundido, antes las protestas originadas en redes sociales como las que ahora empañan la muestra «Secret Garden», en el Jardín Botánico Carlos Thays del barrio porteño de Palermo.