Con temor a una guerra, Gran Bretaña se equipa con aviones de combate que pueden de transportar armas nucleares


Gran Bretaña escuchó el informe de sus analistas de seguridad cuidadosamente y actuó en consecuencia. Aviones de combate británicos portarán ojivas nucleares por primera vez desde la Guerra Fría, tras un acuerdo con Estados Unidos.

En una cumbre de la OTAN en La Haya el miércoles, el primer ministro anunció que Gran Bretaña comprará 12 aviones de combate F-35A. A diferencia de los F-35B que posee actualmente el Reino Unido, estos pueden transportar armas nucleares.

Sir Keir Starmer declaró: «En una época de incertidumbre radical, ya no podemos dar por sentada la paz, por lo que mi Gobierno está invirtiendo en nuestra seguridad nacional, garantizando que nuestras Fuerzas Armadas cuenten con el equipo necesario y que las comunidades de todo el país se beneficien de nuestro dividendo de defensa».

El acuerdo marca la primera vez, desde la retirada del Tornado en 1998, que el Reino Unido contará con un avión capaz de lanzar armas nucleares tácticas sobre el enemigo.

El primer ministro británico Keir Starmer, este miércoles en la cumbre de la OTAN en La Haya. Foto: REUTERS

Un análisis de de seguridad del gobierno le recomendó «prepararse activamente» para un ataque «directo» contra el país, en un «escenario de guerra».

En una evaluación rigurosa, el análisis de seguridad nacional afirmó que, «por primera vez en muchos años», la probabilidad de un ataque de otro Estado en suelo británico estaba aumentando. Añadió que los adversarios de Gran Bretaña ya estaban «sentando las bases para futuros conflictos», al posicionarse para «causar graves interrupciones en nuestras cadenas energéticas y de suministro» y así «disuadirnos de oponernos a su agresión».

No estaba hablando de otra cosa que de un posible ataque ruso al Reino Unido y la amenaza China.

Las debilidades británicas

El informe destacó las amenazas a los cables y tuberías submarinos británicos, de los que el país depende para el 99% de sus comunicaciones digitales y aproximadamente tres cuartas partes del suministro de gas. Señaló que estos eran ahora un «objetivo» para los Estados hostiles y sus aliados.

Advirtió que el Reino Unido era vulnerable a las amenazas de nuevas armas químicas y biológicas, así como a actividades hostiles como asesinatos, intimidación, espionaje, sabotaje, ciberataques y otras formas de interferencia democrática.

f-35

El gobierno afirmó que planeaba reforzar la defensa nacional, centrándose en la protección de infraestructuras nacionales críticas y la lucha contra el sabotaje durante una crisis.

También planea realizar ejercicios nacionales anuales para evaluar la preparación de toda la sociedad del Reino Unido. Se establecerá una red de centros nacionales de bioseguridad, con una inversión de más de mil millones de libras para reforzar las defensas contra incidentes, accidentes y ataques biológicos.

El informe afirma que el Reino Unido debe reforzar su enfoque de seguridad nacional en todas las áreas de su política. Exige un cambio cultural importante en el gobierno para ayudarnos a navegar la nueva era en la que nos encontramos.

“Tendremos que ser más inflexibles y sistemáticos en la defensa de nuestros intereses nacionales”, declaró. “Por primera vez en muchos años, debemos prepararnos activamente para la posibilidad de que el territorio nacional británico se vea amenazado directamente, potencialmente en un escenario de guerra”.

Detalles secretos

El informe incluía detalles de una auditoría sobre China, realizada por funcionarios, que intentó evaluar la amenaza que representa el creciente poder y la experiencia técnica del país.

En la Cámara de los Comunes, el ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, declaró que el gobierno no publicaría la auditoría porque los detalles perjudicarían los intereses nacionales del Reino Unido.

Sin embargo, afirmó que esta había “subrayado el alcance del apoyo de Beijing al Kremlin” y, como resultado, el Reino Unido estaba invirtiendo 600 millones de libras en servicios de inteligencia y “actualizando nuestra legislación sobre amenazas estatales”.

Los aviones de combate F-35A, en una base de Utah, Estados Unidos. Foto: REUTERS Los aviones de combate F-35A, en una base de Utah, Estados Unidos. Foto: REUTERS

«La auditoría describió un espectro completo de amenazas, desde el espionaje y los ciberataques hasta la represión de los hongkoneses y los ataques al orden establecido”, dijo.

“Dejó claro que nuestras protecciones deben extenderse más allá de lo que lo hacen actualmente, desde la seguridad de esta Cámara hasta nuestra infraestructura nacional crítica», agregó el canciller.

Sin embargo, insistió en que, en otras áreas, la auditoría había demostrado la necesidad de que el Reino Unido cooperara con China, incluyendo áreas como el comercio y el cambio climático.

La auditoría indicó que China estaba experimentando una “rápida modernización económica, militar y tecnológica a una escala sin precedentes en la historia mundial”.

Aviones con ojivas nucleares

Tras el anuncio de Keir Starmer sobre la compra de 12 aviones de combate F-35,el Ministerio de Defensa declaró: «Reintroduce una función nuclear para la Real Fuerza Aérea por primera vez desde que el Reino Unido retiró sus armas nucleares aéreas soberanas tras el fin de la Guerra Fría».

El anuncio se produjo después de que la recién publicada estrategia de seguridad nacional británica advirtiera que, por primera vez en años, el país debe «prepararse activamente para la posibilidad de que el territorio británico se vea amenazado directamente, potencialmente en un escenario de guerra».

El informe también advirtió sobre la «creciente» amenaza que representan las armas nucleares para el Reino Unido, añadiendo que la «proliferación de tecnología nuclear y disruptiva» implicaba que el Reino Unido debía adaptar su enfoque de seguridad nacional.

Una fuente de la RAF declaró que el acuerdo para adquirir aviones de combate capaces de transportar cargas nucleares demostraba que el Reino Unido estaba «cambiando su postura para afrontar las amenazas actuales».

A diferencia de las ojivas estratégicas destructoras de ciudades que llevan los submarinos Trident británicos, las armas nucleares tácticas están diseñadas para usarse a una escala mucho menor, como contra formaciones enemigas en el campo de batalla.

Permiten utilizar la potencia de fuego atómico en las primeras fases de un conflicto, antes de que las hostilidades se intensifiquen hasta un intercambio nuclear a gran escala.

Los nuevos aviones rápidos británicos tendrán su base en la RAF Marham, en Norfolk. Deberán operar desde pistas de aterrizaje terrestres, ya que carecen de la tecnología necesaria para utilizar los portaaviones de la Marina Real Británica.

El gobierno se negó a revelar dónde almacenaría las bombas de gravedad termonucleares B61/12 que transportarían los aviones, que también serían adquiridas a Estados Unidos.

El Reino Unido desplegará los aviones como parte de la misión de la OTAN para la creación de aeronaves con doble capacidad nuclear. Se entiende que no hay planes para que el Reino Unido desarrolle sus propias armas nucleares aerotransportadas de producción nacional, como Francia.

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