El colectivo Como un lugar tiene integrantes de diferentes «nacionalidades, edades, intereses y destrezas» que trabajan dando forma a la difusión de poesía a través de «fiestas, festivales, una editorial y, en el futuro, una escuela y una serie de residencias», cuenta uno de sus impulsores, el poeta y traductor Ezequiel Zaidenwerg, quien presenta en diálogo con Télam el primer libro publicado por el «colectivo mutante» llamado «Chongos», con autoría del poeta nigeriano Logan February.
Con traducción de Zaidenwerg, el libro cuenta con un ensayo de la poeta argentina residente en Barcelona Mariana Spada, titulado «Como una especie de vudú mental», que analiza, dimensiona y potencia la prosa de February convocando a leerla porque es una reflexión, por ejemplo, sobre el cuerpo, como ese espacio habitable que oscila entre la familiaridad y la extrañeza, el erotismo y la aflicción.
«Logan February nació en Onitsha, en el sur de Nigeria, en 1999, lo cual equivale a señalar que es contemporáneo del siglo y de sus preocupaciones. Ha publicado hasta la fecha tres títulos (la plaqueta «How to Cooka Ghost», «Painted Blue with Saltwater» y el más reciente «Mannequin in the Nude») en los que de inmediato se percibe el dominio del oficio, pero también esa cualidad más inasible que consiste en poner su don al servicio de tensar las posibilidades de la lengua», escribe la autora del libro de poesía «Ley de conservación» y dice que en «Chongos» está ese vaivén entre urgencia y saciedad que atraviesa a la corporalidad.
Pero, ¿qué es «Como un lugar»? ¿Cómo fue la decisión de conformar la editorial?
«Es un colectivo mutante, lo cual aplica no sólo a sus integrantes -somos personas de distintas nacionalidades, edades, intereses, destrezas, etcétera- sino también a su forma de trabajar. Nos pensamos como un grupo de acción poética y una productora cultural descentralizada a la que vamos sumando módulos: fiestas y festivales, editorial, y en el futuro una escuela y una serie de residencias. La pata editorial nació de las fiestas -por entonces llamadas Lugar Común- que empezamos a organizar el año pasado. La primera fue en Toñita’s, un club social legendario de Williamsburg, Brooklyn, en octubre de 2021, y este año organizamos dos: una edición local en marzo, en el Varela Varelita, y un festival internacional de dos jornadas en el Bronx y Queens con poetas de Latinoamérica y Nigeria, entre elles Logan February», responde Zaidenwerg.
Sobre porqué eligieron esta obra como primera publicación de la editorial, el también integrante del colectivo Orden de traslado explica que «Logan es una de las apariciones más relampagueantes de la poesía joven escrita en inglés de los últimos años». Con el interés de «cuestionar el lugar hegemónico de Estados Unidos (y del llamado Primer Mundo) como productor de cultura» se propusieron «poner el ojo y el oído en otras latitudes a la hora de buscar a quienes traducir para polinizar nuestra literatura», agrega.
Acerca del ensayo que escribió Spada para acompañar y potenciar la poesía de February, Zaidenwerg indica: «Es una poeta que admiro muchísimo -tuve el honor de escribir la contratapa de su primer libro, ‘Ley de conservación’-; con el tiempo fue convirtiéndose en una gran amiga y cuando estábamos delineando el módulo editorial del proyecto, Daniel Lipara me recordó que Mariana -que además de poeta y ensayista es diseñadora– tenía la fantasía de hacer libros, así que la invité a sumarse».
En cuanto al prólogo, dice que les pareció «importante» que fuera de Spada, «porque tanto ella como Logan, ambos disidentes del sistema sexogenérico -Mariana es trans, Logan no binarie- desconfían sin embargo de la esencialización y mercantilización a la que a menudo llevan las políticas de la identidad».
Entre sus proyectos, Zaidenwerg hace un newsletter diario de poemas. «Siento muy importante la difusión de poesía, sobre todo en redes sociales, como herramienta pedagógica -dice-. En una época que inventó una economía de la fragmentación, extracción y capitalización de la atención, la poesía tiene todo que decir».
«Si un poema funciona sabotea las asociaciones naturalizadas y los automatismos de la atención -señala-. Por eso no es verdad que haya que concentrarse: gracias a su portabilidad y brevedad acostumbradas, el poema te captura y te sacude al mismo tiempo. La poesía enseña a leer y no sólo la poesía, cualquier cosa», apunta el autor de poemarios como «Doxa», «La lírica está muerta» y «Bichos: Sonetos y comentarios», en colaboración con Mirta Rosenberg e ilustrado por Valentina Rebasa y Miguel Balaguer.