Una carpa misionera delante de la catedral de Buenos Aires fue instalada este lunes por el Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de la Argentina, en el inicio de la denominada Semana Carlos Mugica, que constará de diversas actividades de conmemoración a la figura del primer cura villero, al cumplirse el sábado 11 de mayo 50 años de su asesinato.
Gigantografías con fotos de Mugica y su labor pastoral, obras artísticas, paneles con imágenes y la historia de su vida, y un museo itinerante –que exhibe los zapatos que llevaba puestos el día que lo asesinaron- se pueden ver desde este lunes y hasta el viernes en las escalinatas e ingreso de la catedral metropolitana, frente a Plaza de Mayo.
“Las villas son barrios obreros” y “Lo único que hay que erradicar de las villas es la miseria” dicen dos grandes carteles instalados en la sede del arzobispado porteño, en Rivadavia 413, al lado de la catedral.
Con la consigna “El padre Mugica vive en el corazón de su pueblo”, tanto la carpa como el museo pueden visitarse hasta el viernes, en el horario de 8 a 20.
Durante cada uno de esos días, al mediodía, se celebrará una misa en las escalinatas de la catedral, habrá espectáculos musicales y una feria de emprendimientos, y se recibirá la visita de colegios y clubes barriales.
La agenda de la Semana Mugica
En tanto, el viernes de 18 a 24 habrá una vigilia -con misa a las 20.30- en el playón ubicado debajo de la autopista del barrio Carlos Mugica.
El sábado, en la parroquia Cristo Obrero, donde descansan los restos mortales del sacerdote asesinado, habrá a las 10 un evento de reconocimiento a las instituciones que sirven al barrio, de 13 a 16 una charla-debate y a las 18 una misa junto a la tumba del sacerdote.
En octubre de 1999, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio –hoy papa Francisco– encabezó el traslado de los restos de Mugica desde la bóveda familiar en el cementerio de Recoleta a la parroquia Cristo Obrero, en la villa 31.
Ese mismo sábado, a las 20.15, habrá otra celebración en la parroquia San Francisco Solano –ubicada en Zelada 4771, del barrio porteño de Villa Luro-, donde donde Mugica –con 43 años- fue acribillado a balazos el 11 de mayo de 1974 a manos de una patota vinculada la Triple A, luego de celebrar misa, dos meses antes de la muerte de Juan Domingo Perón.
Y a las 23 se estrenará el documental “A la hora de la Luz”, realizado por Pastoral Villera, que será emitido por Canal 9.
Finalmente, el domingo a partir de las 11 hay una convocatoria en la catedral metropolitana para marchar en caravana hasta la plaza San Martín, donde a las 13.30 se celebrará una misa que será presidida por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva.
Concelebrarán, entre otros obispos y sacerdotes, monseñor Gustavo Carrara, vicario general de la arquidiócesis de Buenos Aires y monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Luego se leerá un comunicado del Equipo de Curas de Villas y Barrios Populares de la Argentina y habrá un festival de música.
Vida y testimonio de Mugica
“Será mucho más que una conmemoración histórica. Será la ocasión para renovar nuestra presencia comprometida entre aquellos que más la vida les cuesta, como nos enseñó el padre Carlos. Su vida y testimonio nos sigue dando fuerzas para poner el cuerpo y alma al lado de los que sufren todo tipo de pobreza”, dijo el padre Lorenzo ‘Toto’ De Vedia, párroco de Virgen de Caacupé, de Barracas.
En un texto que compartió días atrás en nombre de todo el equipo, el padre Toto expresó que en la actualidad Mugica “muere en los que tienen hambre y vive en muchos comedores comunitarios; Mugica muere en tantos jóvenes desangrados por la droga y vive en el Hogar de Cristo y en quienes los ayudan a pararse; muere en barrios sin cloaca, luz y servicios y vive en capillas, colegios y clubes de barrio; muere cuando el Estado se ausenta y vive cuando se fortalece la comunidad. Muere cuando crecen los despidos y vive en los trabajadores de la economía popular”.
“Ojalá podamos seguir buscando lugares de integración y acabemos con la descalificación del otro. Que la grieta se termine, pero no con silencios y complicidades sino mirándonos a los ojos, reconociendo errores y erradicando la exclusión”, reclamó el sacerdote.
Los organizadores de las actividades buscan actualizar el legado de Mugica en cuatro dimensiones: como sacerdote, desde su rol en la política, en la cultura y en relación a las villas.
“Mugica sacerdote nos mueve a los curas a que nos liberemos de todo lo que nos traba para llegar a los que más sufren. Mugica y la política como forma más alta de caridad nos anima a exigir la presencia de un estado que no se aleje de los más pobres. Mugica y la cultura nos lleva a trabajar por una sociedad más humana y más cristiana, recuperando valores permanentes del Evangelio. Mugica y las villas nos pide que se logre la tan necesaria integración socio-urbana de los más de 5 mil barrios populares”, indicaron.
Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe nació el 7 de octubre de 1930 y colocó a “la opción preferencial por los pobres” en el centro de su labor pastoral y social.
“Señor quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos”, es una de las frases más recordadas del sacerdote vinculado al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, así como a las complejas luchas populares argentinas entre los años ‘60 y la primera mitad de los ‘70. La mayor parte de su labor pastoral la desarrolló en la Villa 31 de Retiro.