Desde la implementación del sistema de propinas en Mercado Pago, meses atrás, muchos quejan de no poder visualizar cuánto dinero les fue asignado y en ocasiones, tampoco se exhibe un registro contable de cuánto acumulan individualmente. Esto genera incertidumbre, ya que no hay forma de saber si están recibiendo la cantidad correcta.
Por eso, cada vez más mozos rechazan recibir las propinas por esa vía y piden que se les transfiera individualmente a sus cuentas personales vía CBU o CVU.
“Antes te dejaban la propina en la mesa y no había más discusiones. Te la podías quedar vos o dividirla con los compañeros que están del otro lado del mostrador. Ahora, el dueño, sea porque se olvidó o se quiere hacer el vivo, no siempre la reparte”, explica a Clarín Jorge Merino, mozo.
Aunque los beneficios que aportan las billeteras digitales son indiscutibles, el sistema de propinas aún tiene varios puntos ciegos: no logra garantizar que las compensaciones lleguen puntualmente y a las manos correctas.
Cómo funcionan las propinas de MercadoPago
Otros señalan que, cuando el comercio liquida las propinas digitales, no siempre se reparten de manera equitativa, beneficiando a unos más que a otros. Además, su procesamiento puede ser más lento que el del efectivo, afectando el flujo diario de ingresos de los trabajadores.
“El problema es que uno pierde el control de quien te dejó un vuelto y cuánto fue lo que se destinó. A los clientes les pedimos que, para evitar confusiones, nos depositen la plata en una cuenta personal. Aunque muchos desconfían y la suman a la cuenta general”, señala Jorge, que atiende unas 30 mesas por noche.
Para que la falta de efectivo deje de ser un pretexto, el Gobierno autorizó -mediante el decreto 731/2024- el uso de medios electrónicos para que los clientes puedan dejar “recompensas” para premiar el buen servicio.
En teoría, el objetivo de este decreto es facilitar este «pago extra» en una operación única y con un mismo medio de pago, aportando comodidad y rapidez. Para los comercios, no genera ninguna obligación impositiva ni costos adicionales, ya que el adquirente no puede cobrar comisiones por este servicio.
El crujido de la confusión alcanza su punto de tensión cuando el cliente hace la seña para que le traigan la cuenta. En ese instante, las partes se enfrenta a la nueva modalidad de propinas digitales.
Con el ticket en su poder, el cliente simplemente tiene que escanear el código QR con su aplicación favorita, ya sea Mercado Pago, Personal Pay o NaranjaX. Luego, elige su método de pago y en ese momento, decide también si va a sumar una propina.
Si está de acuerdo, el terminal de cobro despliega automáticamente en la pantalla de Mercado Pago varias opciones para añadir un extra que varía entre el 5% y el 15% del total. Al elegir una, este porcentaje se suma al monto final, aunque todo se transfiere por defecto a una cuenta designada por el propietario del comercio.
«Esta funcionalidad es totalmente gratuita: el procesamiento del pago de las propinas no tiene un costo adicional para los meseros y comercios de gastronomía y el dinero se acredita inmediatamente en la cuenta del comercio», indican desde Mercado Pago.
Previo al estreno de esta solución de Mercado Pago, muchos gastronómicos consensuaron que este procedimiento era el indicado para gestionar las propinas digitales, ya que en teoría, permite distribuirlas según el acuerdo interno de cada comercio.
«El local tiene todas las herramientas –argumentan desde Mercado Pago- para poder gestionar la transacción y es responsabilidad de ellos realizar la distribución de las propinas entre los distintos empleados».
Pero en la práctica, muchos propietarios demoran en hacer la distribución del dinero; lo hacen de manera opaca, sin que los empleados puedan llevar un control; o, en el peor de los casos, nunca lo reparten.
Alternativas: apps para dejar propina
Algunos restaurantes implementaron sistemas propietarios para derivar la propina directamente a un pozo común, mientras que algunos emprendedores vieron una oportunidad para brindar un servicio.
Aunque estas soluciones no siempre satisfacen a todos, queda una ventana abierta para la innovación. Existen aplicaciones especializadas que facilitan el proceso, aunque suelen cobrar una comisión por sus servicios.
En el ámbito local, Tipeando se destaca por su capacidad para distribuir automáticamente las propinas entre el personal de los comercios utilizando un método simple y directo.
Esta plataforma no es contratada por el restaurante, sino que es utilizada directamente por los empleados. Un cartel con un código QR en las mesas permite a los clientes escanearlo y transferir propinas desde las billeteras digitales más conocidas.
Está diseñada para que los trabajadores decidan si la propina va directamente a la cuenta de un responsable o se distribuye entre el resto de los compañeros asociados a la cuenta.
Tipeando no cobra costos de registro ni de suscripción, pero retiene una comisión del 8% + IVA por transacción. Esta estructura de costos permite a los empleados beneficiarse de un sistema eficiente y fácil de usar, sin incurrir en gastos adicionales.
Una alternativa es TackPay, diseñada para gestionar propinas de manera segura y eficiente. Los empleadores pueden enviar y recibir propinas digitalmente, eliminando la necesidad de manejar efectivo a través de un código QR personalizado.
La aplicación permite revisar el historial de transacciones para llevar un control detallado de los ingresos acumuladas en un día o la semana. Además, la plataforma ofrece la opción de retirar el dinero directamente a una cuenta bancaria.
Otra opción destacada es el «bote de propinas». Si esta opción está activada, las retribuciones se reparten automáticamente entre los miembros del equipo, garantizando una distribución justa.
Esto es particularmente beneficioso en entornos donde el trabajo en equipo es esencial y se busca una compensación justa para todos. TackPay es europea y cobra una comisión del 5% más €0,25 por transacción.