‘Cometí la audacia de escribir sin red’


Cristina Peri Rossi
Cristina Peri Rossi.

Sin condescendencias, con un lugar central en el sector editorial y fiel a un estilo que le valió tanto el exilio como el mayor reconocimiento de la literatura castellana cuando dos días antes de cumplir 80 años se convirtió en la nueva premio Cervantes a las Letras, la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, radicada en España adonde partió exiliada hace 60 años, le dice a Télam que no se arrepiente de que recién ahora empiecen a publicarla en Argentina con obras como «La insumisa» o «La nave de los locos», la novela más trascendente del post boom latinoamericano: «yo cometí la audacia de escribir sin red, como dijo Elena Poniatowska», dice.»Nunca me representó la agente Carmen Balcells, la bienhechora de los autores varones y de alguna escritora sumisa, y yo cometí la audacia de escribir sin red, como dijo Elena Poniatowska. No me arrepiento. Si no me publicaron en Argentina durante tantos años, tampoco lo hicieron en mi Uruguay natal, hasta hace poco tiempo, y resulta que soy la escritora más innovadora a los 81 años», sostiene Peri Rossi vía email desde Madrid sobre la impresión que le produjo empezar a ser leída en un país que dista apenas 200 kilómetros de donde ella empezó a escribir su obra, hoy reconocida y abiertamente publicada: ni sus libros prohibidos, ni su nombre censurado.

Sin embargo, «es una inmensa alegría -agrega-, me provocaba una gran melancolía y tristeza pensar en que mi obra no llegaría a Argentina, país de grandes escritores y escritoras, y de inteligentes lectores. Además, fui testigo del gran dolor que sintió Julio Cortázar, poco antes de morir, al no ser recibido por el presidente Alfonsín en su último viaje, aunque supongo que el responsable no fue el presidente sino un mediocre intermediario. Agradezco haberme salvado de ese dolor, aunque todavía mi obra sea escasamente conocida en Argentina».

Fue una editorial pequeña e independiente, la cordobesa Caballo Negro, la que zanjó la extensa omisión publicando por primera vez, en 2021, textos suyos en este país. «Detente, instante, eres tan bello» reunió la poesía completa de esta autora traducida a 20 idiomas, admirada por Julio Cortázar, referente de los feminismos, pionera de la reivindicaciones LGBT con una poesía abiertamente lésbica, traductora, periodista y activista política que, sin embargo, no había ingresado a los catálogos locales.

«Nunca me representó la agente Carmen Balcells, la bienhechora de los autores varones y de alguna escritora sumisa, y yo cometí la audacia de escribir sin red, como dijo Elena Poniatowska».Cristina Peri Rossi

«La insumisa«, por otra parte, es la historia subjetiva y literaria de la infancia y adolescencia de esta escritora de culto, reconocida por cuestiones vinculadas a una escritura feroz en su forma y profundamente lírica, que carga con el deseo, el exilio y la propia lengua como madre y materia. La autobiografía llegó en 2022 con el sello MenosCuarto, que la había publicado dos años antes en España, país donde Peri Rossi vive hace más de medio siglo, desde que dejó Uruguay en 1972, escapando de las dictaduras de la región.

Del mismo sello es «La nave de los locos», novela recientemente lanzada acá pero publicada por primera vez en 1984. Peri Rossi cuenta un viaje en transatlántico, donde sus pasajeros parecieran condenados al desarraigo, estructurada como un contrapunto entre el caos contemporáneo y la disección del icónico tapiz de la Creación, tejido probablemente entre los siglos XI y XII, del que subsisten apenas unos fragmentos, de tal armonía, que su «sentido es la metáfora del universo», escribe la autora.

Ya sea desde el recuerdo extrañado de la infancia bajo la lluvia o en la mímica lésbica entre una aleatoria Marlene Dietrich y una probable Dolores del Río, este trabajo indaga en las estructuras tradicionales de la novela para revelar la secreta cartografía donde cada individuo escapa a las barreras del sentido común y las convenciones sociales, para abrirse al un espacio de libertad filosófica y poética.

Con 81 años cumplidos el último 12 de noviembre, Peri Rossi dialogó con Télam a propósito de esta novela, a la que seguirán nuevas publicaciones entre ensayos, cuentos y poemas por los que recibió premios como el Loewe o el reconocimiento de las Naciones Unidas como una de las escritoras que más contribuyó a la lucha por la paz y la justicia en lengua castellana. «La nave de los locos» cumplirá 40 años de vida el año próximo, en 2024, y sin embargo las preocupaciones planteadas por sus protagonistas parecieran no diferir de muchas de las observaciones llevadas adelante hoy por los feminismos actuales.

«Como nací de sexo femenino y una enorme curiosidad -señala Peri Rossi-, el mundo me parecía infinito y complejo; perseguía a mi madre desde los dos años con preguntas como ¿por qué nací nena y no nene? ¿Por qué hay directores de orquesta y no directoras? ¿Por qué decimos médico y no médica si es mujer?»

Telam SE

«Mi madre huía de mí», pero «para mí eran preguntas lógicas», rememora para historizar tópicos, dar cuenta de la actualidad de algunas cuestiones. «Mi pobre madre lo tuvo difícil para inculcarme las nociones de género, que ya a esa edad me parecían ridículas. Aún así -indica-, jamás habría querido ser Judith Butler».

«La nave de los locos» es también la obra alemana literaria más importante del siglo XV, una sátira social de Sebastián Brandt ilustrada por quien algunos creen un joven Durero, que instaló en Europa la poesía octosilábica. Es además un cuadro icónico donde se cree que El Bosco representó pocos años después, por el 1503, a la desvariada población del navío de Brandt, locos de todas categorías, representaciones de las debilidades humanas.

Y es igualmente la novela de la estadounidense Katherine Anne Porter, escrita en 1940 y publicada en 1962 convirtiéndose en el libro más vendido de ese año en EEUU donde ningún personaje es el principal, sus pasajeros cruzan el mar en 1931, año en que comienza a expandirse el nazismo, y con sus diferentes clases sociales representan defectos y bajezas humanas, el enfrentamiento del caos y el orden.

Con todas ellas podría dialogar esta otra nave, una babel de ultramar, donde aparece la lánguida y sodomizada Julie Christie de la película “Demond Seed” susurrando: “el hombre es el pasado de la mujer”. Un pasado «tosco, anterior a la conciencia, deplorable como todos los pasados», en el que la máquina, el «Engendro mecánico» que da título español al filme clase B de ciencia ficción ícono de los 70 de Cammell, «es un símbolo contra el que JC, el porvenir del hombre, nada podría hacer», escribe visionaria Peri Rossi jugando con las iniciales del nombre de la lánguida actriz y las posibles siglas del Jesús Cristo que termina hegemonizando la Historia de Occidente.

«Por la actividad y el esfuerzo de miles y miles de mujeres de manera continua estamos descubriendo una historia que no era la que contaban los hombres y la historia oficial, y las mujeres ocultas, las creadoras ignoradas y las mujeres sometidas a todas formas de maltrato empiezan a aparecer aunque estemos lejos todavía de la igualdad. Me remito al último y deleznable Mundial de Fútbol», aclara en su breve misiva, consultada sobre reflexiones como esas.

Peri Rossi se refiere a la evolución de estas luchas, que nunca es rápida, «los debates feministas en una España recién salida de una larga dictadura, en 1975, parecen algo ingenuos vistos desde ahora -grafica-, pero ninguna evolución es rápida si quiere ser profunda y ahora ciertos logros del feminismo parecen irreversibles. El recrudecimiento de las formas más brutales del machismo son una prueba dolorosa de ello».

En el discurso de agradecimiento por el Cervantes que Cecilia Roth leyó en su nombre ante los reyes de España el año pasado, escribió: «la literatura responde a la enseñanza evangélica: habla en parábolas, para que los que quieran entender, entiendan»; escribió: «yo no he sido cronista de la realidad, me he sentido muchas veces como Casandra, en la Eneida, vaticinando un futuro y unos peligros que pocos veían»; habló de su decepción de niña al creer que el «Don Quijote de la mancha» banalizaba la locura. El libro que ahora se publica en Argentina es una nave abordada por orates.

«Las mejores obras literarias -dice ahora desde su departamento madrileño- son fruto del deseo, no meramente sexual, sino como pulsión de conocimiento, de anhelo, de imaginación. La ausencia de deseo solo provoca repetición o muerte. Por mi parte, aún en los peores momentos de enfermedad, la imaginación, que es una forma del deseo, me mantiene viva».

¿Cómo definir lo literario? «El único de mis poemas que me sé de memoria es del libro ‘Babel bárbara’ y comienza así: ‘Dios está dormido /y en sueños balbucea,/ somos las palabras de ese Dios confuso/ que en eterna soledad habla para sí mismo’. No tiene una explicación racional, no es una revelación religiosa. Es una representación, una alegoría, una imaginación. Quién quiera entender lo entenderá no con la razón, sino con la intuición».

En una de las escasas entrevistas que suele otorgar, agobiada por los mismos problemas pulmonares que le impidieron ir a recibir el Cervantes, cuenta que estaba trabajando sobre un volumen se llamaría «A punto de poema». ¿Terminó ya ese trabajo, llegará a este país? «El libro de poemas está terminado, será publicado por Visor y confío que, en un par de meses esté editado en España y en Argentina. El título cambió, se llamará «La ronda de la vida», aún así, muchas veces estoy ‘a punto de poema'».





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