La provincia del Chaco sigue en vilo, con la atención pública y mediática completamente fijada en el desarrollo del femicidio de Cecilia Strzyzowski, un caso que ha desnudado no solo la brutalidad de un crimen, sino también las complejas tramas de poder, influencias políticas y el funcionamiento de la Justicia en la Argentina. A medida que las audiencias preliminares avanzan, las tensiones se agudizan, los rumores se multiplican y la estrategia de las defensas de los acusados parece buscar desesperadamente una salida alternativa al inminente juicio por jurados, que ya se perfila como uno de los más resonantes de la historia reciente del país.
Las últimas jornadas han sido testigos de movimientos estratégicos por parte de las defensas de los principales imputados, César Sena y su padre, Emerenciano Sena. Un pedido conjunto para reunirse en un cuarto intermedio durante la segunda audiencia preliminar ha encendido todas las alarmas desatando una ola de especulaciones sobre un posible «pacto» familiar. Este encuentro a solas entre padre e hijo, figuras centrales en la acusación, sugiere una coordinación de estrategias que podría buscar, a toda costa, evitar el juicio por jurados que el Ministerio Público Fiscal y las querellas consideran inevitable.
La principal hipótesis que circula en los pasillos judiciales y los medios de comunicación es que la reunión entre César y Emerenciano podría haber sentado las bases para una jugada arriesgada: que César Sena asuma la responsabilidad plena y exclusiva del femicidio de su esposa, Cecilia Strzyzowski. Esta estrategia, de concretarse, buscaría desvincular a sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, de la imputación de «partícipes necesarios» en la consumación del crimen, limitando su rol a un supuesto encubrimiento.
Los fiscales del Equipo Fiscal Especial (EFE) y las querellas han sido categóricos: su teoría del caso sostiene firmemente que Emerenciano Sena y Marcela Acuña no fueron meros encubridores, sino partícipes necesarios en el femicidio. Esto implica que, sin su intervención, el crimen tal como fue perpetrado no se habría podido concretar. Por lo tanto, aunque César Sena decida confesar y cargar con toda la responsabilidad, la acusación contra sus padres por su rol crucial en el hecho central y no solo en el posterior intento de ocultamiento, se mantendría inalterable.
El fiscal Martín Bogado, integrante del EFE, fue claro al respecto: «En principio, si hay alguno de ellos que se declaran culpables, al menos están reconociendo y se está probando una de las fases del delito, que es la posterior, que son las maniobras de buscar la impunidad». Esta declaración sugiere que una confesión de César sobre su autoría directa podría facilitar la prueba de la fase de ocultamiento, pero no exime a los demás de sus presuntas responsabilidades en la etapa previa o durante la consumación del femicidio. La participación necesaria implica una coautoría funcional, donde cada uno cumple un rol indispensable para el resultado final, más allá de quien ejerza la acción material directa.
Este «pacto» o estrategia de autoinculpación de César, si bien crece como rumor, se topa con la férrea postura de la acusación. El juicio por jurados, con las mismas graves imputaciones para los tres principales acusados (César, Emerenciano y Marcela), parece ser un destino ineludible.
Con la fase preliminar llegando a su fin, la próxima instancia crucial será la exposición de la «teoría del caso» por parte de cada una de las partes. El fiscal Martín Bogado afirmó que el Equipo Fiscal Especial está «preparado para iniciar con la teoría del caso y las pruebas». Esta preparación incluye la organización de un volumen inmenso de evidencia recabada a lo largo de la investigación, que abarca desde testimonios y análisis forenses hasta pruebas de geolocalización, peritajes tecnológicos y rastrillajes.
Briend, representante de Gloria Romero, la madre de Cecilia, es igualmente firme y contundente, y anticipó que la querella expondrá una teoría del caso «similar con la de la fiscalía». Esta cohesión entre el Ministerio Público Fiscal y la querella particular es fundamental para la fortaleza de la acusación. Cuando ambas partes acusadoras presentan una visión unificada de los hechos y las responsabilidades, se refuerza la credibilidad y la coherencia del relato ante el jurado.
Briend había expresado antes de las últimas decisiones: «Esperamos que la jueza resuelva la cuestión pendiente que es respecto a la prórroga de jurisdicción y después seguramente cada parte va a exponer su teoría del caso».
Con la jurisdicción confirmada en Resistencia, el camino queda despejado para esta etapa.
«Minijuicio»
«Esto es un verdadero minijuicio donde se depuran las cuestiones técnicas para después poder presentar el caso ante el jurado. Es importante que se respeten las garantías. Como querellantes, nuestra posición es que los tres principales acusados reciban prisión perpetua», dijo el abogado de Gloria Romero, Gustavo Briend, y adelantó que la mujer, con domicilio en otra provincia, podría concurrir a las audiencias.