CET busca reducir la brecha de género en el ecosistema tecnológico con foco en América Latina y cuentan con un trayecto de formación en tecnología para jóvenes de la región que se identifican con el género femenino. Tienen programas e iniciativas gratuitos y apuntan a jóvenes de 13 a 23 años, atacando “Motivación, Formación Inicial, Formación Específica y Desarrollo Futuro”, explican.
Este viernes 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, el colectivo difundió datos y empujó la consiga «Por más #MujeresProtagonistasEnSTEM» para impulsar la formación y la inclusión de las mujeres en el mundo tech. STEM es un acrónimo que responde a “Science, Technology, Engineering, and Mathematics” en inglés, es decir, carreras relacionadas a Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.
Acá, las principales conclusiones del estudio y qué talleres e iniciativas proponen desde CET.
Menos mujeres, menos diversidad en tech
“CET visibiliza la brecha de género en STEM y presenta su trayecto de formación 2024 para jóvenes de toda América Latina. Además, se genera evidencia para comprender el lugar que ocupan las mujeres en carreras académicas y laborales en STEM. En nuestra última investigación, «Una Carrera Desigual», encontramos que cada vez hay menos mujeres siguiendo recorridos universitarios en áreas de ciencia y tecnología”, explicó en diálogo con Clarín Paula Coto, Directora Ejecutiva de Chicas en Tecnología.
Hay un problema que, lejos de ir mejorando, empeora según los números. “Las mujeres representan el 34% de las personas estudiantes de las carreras relacionadas con ciencia y tecnología (CET, 2022). Asimismo la proporción de mujeres egresadas es el 40%, siendo la ingeniería, la industria y la construcción, y tecnologías de la información y las comunicaciones, TIC, los campos más críticos. (CEPAL, 2023)”, agrega Coto.
En cuanto al mundo del trabajo, la situación tampoco es la mejor. “Los empleos en áreas de STEM suelen estar bien remunerados. Sin embargo, los datos de LinkedIn sugieren que las mujeres siguen estando significativamente infrarrepresentadas en la población empleada en dichos ámbitos, ya que solamente representan un 29,2 % del total (World Economic Forum, 2023). Estos datos demuestran que en la comunidad científica y tecnológica no todas las voces están representadas”, sigue la especialista.
A pesar de los avances de visualización de estos problemas que hubo durante los últimos años, lo cierto es que cuanto más avanza la industria, más se agranda la brecha.
2A medida que la industria tecnológica avanza, disminuye el número de mujeres que eligen carreras STEM. Desde temprana edad, en un momento de sus vidas en que deciden sus vocaciones y desarrollo profesional futuro, las jóvenes enfrentan barreras que inhiben su interés, desarrollo y permanencia en estas áreas. Los estereotipos familiares y culturales desde la infancia refuerzan su rol social y las vinculan con áreas humanísticas (CET,2021)”, repasa Coto.
En este sentido, para el colectivo CET es fundamental revertir esta tendencia desde espacios de concientización y formación. “La tecnología ha tomado un papel protagónico en la resolución de muchos de los desafíos del mundo e incluso ayuda a resolver problemas cotidianos con soluciones eficientes. Es por ello que integrar e incrementar las voces de las mujeres en toda su diversidad en su creación y desarrollo es relevante y necesario para asegurar soluciones tecnológicas orientadas a todas las personas”, agrega.
El tema del momento: ¿qué pasa en IA?
“Las mujeres representan menos del 25% de las personas investigadoras en IA, y solo un 18% lidera proyectos de desarrollo en empresas del sector (OIT, 2023). Para ponerlo en perspectiva, esta cifra es menor incluso que el porcentaje de participación de mujeres que trabajan en ciencia y tecnología”, advierte Coto.
Esto representa una dificultad grande para los sistemas que se producen por un problema de diversidad. “La escasa participación de las mujeres en estas áreas no sólo limita la diversidad de perspectivas en el desarrollo tecnológico, sino que también profundiza la desigualdad de oportunidades. La falta de diversidad en la toma de decisiones para la creación de inteligencia artificial propicia la transferencia de estereotipos sociales al entrenamiento de los algoritmos, reforzando sesgos y elevando el riesgo de decisiones discriminatorias o injustas”, agrega.
“Asimismo, son las mujeres las que experimentan los mayores impactos del desarrollo de estas tecnologías. Estudios indican que la inteligencia artificial afectará al trabajo del 80% de la población activa, tanto sustituyendo, complementando o transicionando las formas del trabajo (OpenAI, 2023). La OIT advierte que los efectos de la automatización serán especialmente pronunciados para las mujeres, debido a su sobrerrepresentación en trabajos administrativos, los cuales son susceptibles a la automatización”, cierra.
Las iniciativas de inclusión de las mujeres en el mundo tech suelen hacer eclosión los 8 de marzo. Diversas compañías realizan campañas específicas y este año, en particular, el sector financiero y cripto tomó protagonismo.
Por ejemplo, esta semana Kaspersky difundió una encuesta que da cuenta de más mujeres se acercaran a servicios de la banca digital, convirtiéndolas en el grupo de mayor adopción permanente de este tipo de transacciones en la región. Bitso, empresa de servicios financieros dio a conocer que “tiene el compromiso de lograr que el 50% de sus puestos de liderazgo sean ocupados por mujeres en 2025, de modo que haya más representatividad femenina en el mundo de las criptomonedas, una industria que une tecnología y finanzas, sectores tradicionalmente masculinos”.
En ciberseguridad, un sector que creció mucho dentro de IT, la participación femenina es baja pero está creciendo. Según un informe de Tehtris titulado “Mujeres en TI y ciberseguridad”, “las mujeres representaban el 10% de los puestos de ciberseguridad, mientras que en el último año, representaron el 25%, lo que supone un notable aumento del 150% en la última década”.
Más allá de los números, el problema que se plantea desde CET apunta a visibilizar un tema que socialmente todavía no está resuelto y que, mediante formación, es posible revertir.
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