¿Y si en 2027 se reedita el duelo entre Patricia Bulrrich y Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad?, se preguntó, en diálogo con Tiempo, un histórico conocedor del PRO y de las roscas que se cocinan en la diáspora macrista. Conoce a los protagonistas de esta etapa impensada del partido amarillo desde hace décadas. Es interlocutor del círculo rojo y, en su pregunta introspectiva, expresa las incógnitas que tiene parte del establishment sobre el futuro del partido amarillo en el territorio donde nació. Las dudas se dispararon con fuerza desde que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sostuvo que la ministra de Seguridad podría pelear en las elecciones del 26 de octubre, como candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires, dentro de la lista de La Libertad Avanza. Pocas horas después, la aludida no relativizó el comentario y se mostró dispuesta. Bullrich ya dijo que es parte de un equipo y que su jefe político es el presidente Javier Milei. También había dicho que no quería ser candidata, pero cambió de idea.
Sin figuras del oficialismo que puedan liderar en la capital, los hermanos Milei están a un paso de permitirle a la excandidata a presidenta de Juntos por el Cambio que se quede con la marca en la capital, con tal de condicionar o asfixiar al PRO antes del cierre de alianzas del 7 de agosto y de candidaturas del 17.
Bullrich se mueve al mando del ministerio de Seguridad como si estuviera en su zona de confort y quizás por eso le costó tanto pensar en dejarlo. Su pretensión es dejar a alguien que lo controle en su nombre, pero los preparativos hablan de una nueva salida de Bullrich del ministerio que conduce por segunda vez. La última vez fue cuando Mauricio Macri no consiguió la reelección y ella dejó el cargo el 9 de diciembre de 2019. Cuatro años más tarde volvió al cargo de la mano de Javier Milei, luego de haber perdido en la primera vuelta de 2023 como candidata presidencial de Juntos por el Cambio. Perdió ante Sergio Massa y en la segunda vuelta buscó trasladarle el 80 por ciento de sus votos a Milei para evitar la victoria del peronismo. Bullrich no sólo transfirió gran parte de los votos sino que finalmente formalizó su ruptura con el PRO y con Macri, pero se mantuvo como presidenta del partido hasta el año pasado.
La gestión libertaria casi no tiene agenda positiva, salvo la reducción de la inflación, la sobreventa discursiva del ajuste fiscal y la mano dura frente a la inseguridad. Desde que asumió como ministra en la materia, Bullrich buscó consolidarse como parte inseparable de esa agenda y, a la vez, consolidó su relación con el presidente y su hermana Karina. La secretaria general de la Presidencia es la jefa de LLA a nivel nacional y cada vez está más únida a Bullrich para condicionar a Macri y vencer a su primo Jorge en la ciudad donde nació el PRO.
Con ese capital político, Bullrich ahora se encamina a definir sus próximos pasos. En la Rosada dicen que jugará para entrar al Senado y controlar de cerca a la vice Victoria Villarruel. Pero quienes la conocen y hablan con ella admiten que es sólo un precalentamiento para posicionarse en 2027. El premio grande de ese año, si se postula, no es la banca en la Cámara Alta sino vencer al PRO en la Ciudad. No está cerrado del todo.
Por ahora su reaparición electoral sirve para incidir en la negociación de los Macri con los Milei sobre qué hacer en la Ciudad de Buenos Aires para el 26 de octubre. Será el segundo round de una contienda que comenzó el 18 de mayo, en las elecciones porteñas para legisladores donde ganó LLA y el PRO quedó cuarto,en un primer revés que abrió una crisis dentro del macrismo porteño que sigue en pleno desarrollo. La elección porteña que Jorge había decidido desdoblar se transformó en un examen nacional de un plebiscito porteño sobre una gestión muy cuestionada. El impacto proyectó la debilidad del PRO y desató el entusiasmo de quienes buscan darle un nuevo revés al partido amarillo en la Ciudad que gobierna desde diciembre de 2007.
Si Bullrich vuelve a calzarse el traje de candidata para enfrentar a los Macri y entra al Senado, no será sólo para condicionar a Villarruel sino para aspirar a una eventual fórmula con Milei si el presidente busca la reelección. La otra opción, que no descartan en el oficialismo, es llenar el enorme vacío de dirigentes que tiene Karina para la Ciudad que quiere controlar. Por lo pronto, a la ministra de Seguridad le alcanza con asomar un poco para patear el avispero de los Macri. Desde un rincón de la diáspora macrista Rodriguez Larreta sigue en campaña. Desde que asuma como legislador porteño el próximo 10 de diciembre redoblará su postulación para volver a la jefatura de Gobierno porteña que detentó durante dos mandatos. ¿Será Patricia la que busque obstaculizar su regreso?