Boca Unidos transita momentos álgidos tras la decisión en la noche del martes de rescindir unilateralmente el vínculo establecido con el empresario colombiano Luis Aguirre y que tuvo continuidad en la tarde el miércoles con una conferencia brindada por las autoridades del club, encabezada por el presidente Juan Marcelo Insaurralde Benítez; uno de los vicepresidentes, Julio Martín Romero, y el tesorero de la institución, el contador Alfredo Ataliva Schweizer.
«El Club Boca Unidos informa que, en el día de la fecha, 15 de abril de 2025, ha resuelto rescindir de manera unilateral el contrato de gestión deportiva celebrado con el señor Eduardo Luis Brito Aguirre, suscripto el 30 de diciembre de 2024, debido a graves y reiterados incumplimientos contractuales debidamente intimados y no subsanados».
«Asimismo, se ha tomado conocimiento de una denuncia pública difundida hoy en medios de comunicación, que refiere al uso indebido del nombre del club en falsas promesas laborales, hechos totalmente ajenos a esta institución», rezaba en sus principales conceptos el comunicado del club.
Ayer al titular aurirrojo Insaurralde Benítez abrió la rueda de prensa diciendo: «Esto no arranca ayer, es un proceso que se fue dando desde enero. El paro de los jugadores fue un llamado de atención. El último partido ya lo solventó el club. Cuando volvimos de Posadas hubo algunos jugadores que se encontraron sin luz en sus domicilios. Es un incumplimiento muy grave. No habrá cambios en las cuestiones deportivas. Esto tiene que ver con cuestiones administrativas. Vamos a comunicarnos con los sponsors para que sigan colaborando y darles la máxima visibilidad posible, además de invitar a otras empresas. Estamos abiertos», entre otras cosas
El contador Schweizer, a su turno agregó: «Hace rato que intentamos conseguir apoyo privado. Pensamos que esta sería la oportunidad, pero el incumplimiento de las condiciones pautadas en el contrato nos hizo volver hacia atrás. El 10 de febrero estaba previsto un aporte importante que no se hizo, más allá de que le dimos un margen importante para que lo haga», sostuvo. Y agregó: «Hoy estamos retomando el control y comenzamos a pagar a inmobiliarias, consorcios, que como nunca ocurrió en la institución, estaban pidiendo el desalojo. Llegar a ese punto fue la gota que rebalsó el vaso».
Sorpresivamente, a pesar de la ruptura, Schweizer dejó abierta una posible colaboración futura: «Aguirre quiere tener una segunda posibilidad, lo manifestó. El contrato está cortado, pero no le cerramos la puerta para que a futuro pueda hacer aportes, aunque en condiciones totalmente distintas».s