Los trabajos, ante el rechazo de vecinos, se frenaron durante más de cuatro años. En esa zona, Jorge Macri tenía la intención de construir tres túneles en menos de cuatro cuadras. Los vecinos de Lugano denunciaron que esa obra iba a provocar un crecimiento exponencial de los hechos delictivos, que iba a producir la destrucción del Centro comercial y el colapso del tránsito. Ante el rechazo del barrio, el Jefe de gobierno se reunió esta semana con referentes vecinales y decidió, finalmente, dar marcha atrás con la obra.
“Después de casi ocho meses de trabajo con los vecinos de Villa Lugano, pudimos demostrarle a Jorge Macri que la obra de la avenida Larrazábal no era ni prioritaria ni buena para el barrio, que iba a traer más problemas que soluciones”, señaló a Tiempo Ariel Pradelli, un histórico vecino que hace varios años vive en el barrio.
Hace dos semanas, referentes vecinales tuvieron un primer encuentro con el Jefe de Gabinete Néstor Grindetti y con César Torres, que tiene a cargo la secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano. A esa reunión llevaron carpetas técnicas realizadas por especialistas, la voz de los comerciantes y del resto de las y los vecinos que estaban preocupados por los hechos de inseguridad.“La realidad es que nos escucharon, les contamos técnicamente toda la situación y ellos en ese momento se dieron cuenta que éste era un grupo de personas que queríamos un barrio mejor, y después de 15 días estuvieron analizando y nos citó el jefe de gobierno a 20 vecinos que éramos los que habíamos participado más activamente”, puso en contexto Pradelli y remata: “nos dijo que, junto a César Torres, habían analizado con sus técnicos lo que nosotros le habíamos dicho, y que se dio cuenta ahora que no era una obra correcta para la zona; razón por la cual la iba a levantar”.
Destrucción de 40 árboles históricos por los túneles
Los vecinos del barrio destacan que supieron construir unidad en la diversidad. Una diversidad llena de matices ideológicos pero que todos coincidieron que, cada uno de los puntos debatidos y aprobados en asamblea, eran para favorecer al barrio. Uno de los debates en los que coincidieron todos los vecinos fue evitar la destrucción de 40 árboles de más de 100 años. Una iniciativa que iba a llevar adelante el GCBA para avanzar con la construcción de los túneles.
“Te podés imaginar que nosotros nos quedamos helados al escuchar la decisión que iban a suspender los trabajos. En ese momento aplaudimos, después lloramos, porque fueron ocho meses de mucha angustia, tristeza e incertidumbre. Sabíamos todo lo malo que se nos venía de concretarse esta obra”, destaca a Tiempo Mónica Nasso, otra vecina del barrio que participó del encuentro.
Nasso también ponderó la unidad de las y los vecinos y recuerda que hubo momentos donde pensaban que el GCBA iba a avanzar con los túneles. “Vinieron con máquinas y con todos los materiales y es por eso que todavía no podemos creer cómo pudimos frenar la obra. Dimos una batalla y podemos decir que esto es algo histórico”, termina.