La extrema pobreza y el déficit habitacional son las problemáticas más evidentes que sufren miles de chicos y chicas que viven en la Ciudad de Buenos Aires. Pero hay otras que fueron puestas bajo la alfombra, totalmente invisibilizadas; en especial, en los discursos de campaña del oficialismo porteño y aliados: la violencia institucional, la falta de acceso a la educación por carencia de vacantes, la alimentación recibida en los comedores escolares, la salud mental y los consumos problemáticos son solo algunas de ellas.
En estos y otros puntos, la Asamblea por las Infancias y Adolescencias de la Ciudad de Buenos Aires (APIABA) -un espacio conformado por más de 40 organizaciones, instituciones, referentes territoriales, del campo académico y profesionales– elaboró una carta compromiso dirigida a las y los candidatos a legisladores porteños de los diferentes espacios, con el objetivo de que cada uno de estos puntos sea incluidos en la agenda parlamentaria.
«En la carta, resaltamos la importancia de la desigualdad que se produce entre el sur y el norte en la Ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, hay una de las cuestiones que tiene que ver con extender la jornada en las escuelas públicas, una necesidad de las familias -sobre todo, de la zona sur-; lo que tiene que ver con la atención en la salud mental, donde los turnos, tanto para los jóvenes como para sus familias, tardan muchísimo en llegar«, explicó a Tiempo Romina Piccirillo Integrante de APIABA por ATE Capital.
Reclaman a candidatos por los derechos de las infancias
Para poner en evidencia la crisis por la que atraviesan las infancias, el documento elaborado por APIABA se basa en datos y cifras oficiales. Según el último relevamiento realizado por el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad (IDECBA), en el segundo trimestre de 2024, el 45,4% de las niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años residían en hogares en condición de pobreza en la Ciudad. Entre adolescentes de 13 a 17 años, la cifra asciende al 53,8%.
«La Ciudad no cuenta con ningún tipo de asignación directa a esas familias, así como muchísimos de los chicos y las chicas porteñas y además cobran la Asignación Universal por Hijo, que es una política del Estado Nacional. La Ciudad, con el presupuesto tan grande que tiene, debería poder brindar herramientas para levantar la vara en las poblaciones de su propio territorio. Por otro lado, las becas educativas quedaron muy atrasadas y no las reciben todos los pibes que la necesitan, así que proponemos a quienes sean elegidos como legisladores que legislen para las familias y para los pibes», agregó Piccirillo.
El documento dirigido a quienes compiten este domingo 18 de mayo en las legislativas porteñas recuerda que, a estas problemáticas, se suma la profunda crisis del Sistema de Protección Integral de Derechos, del cual las Defensorías Zonales son un pilar fundamental. Creadas por la Ley 114, son responsables de la intervención territorial, la restitución y la promoción de derechos, articulando con todas las áreas del Estado.
«En el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, que tiene una defensoría, en cada comuna de la ciudad, hay casos donde hay tres defensorías como la comuna 4, la comuna 8. Estos equipos que son fundamentales para atender el primer nivel de vulneración de derechos, pero están totalmente colapsados«, señaló a Tiempo María Elena Naddeo, integrante de APIABA por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
La ex presidenta del consejo de los derechos de niñas, niños y adolescentes y actual secretaria general de la APDH, asegura que la mayoría de las defensorías tienen poco personal y esto hace que el sistema se ralentice.
«Las intervenciones son muy lentas y hay problemas serios en brindar una adecuada atención a los chicos y a las familias que necesitan. Por eso decimos que es obligación de la legislatura porteña legislar para aumentar el presupuesto, para fortalecer el sistema de protección integral y garantizar un patrocinio jurídico gratuito para niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual», completó Naddeo.
Los datos oficiales del GCBA respecto a personas en situación de calle son polémicos. Varias organizaciones sociales y especializadas en la problemática aseguran que «distan mucho de la realidad» porque la modalidad implementada por las autoridades gubernamentales no es adecuada y es por eso que las cifras de personas durmiendo a la intemperie es en realidad mayor.
«Un fuerte déficit habitacional golpea a las familias más pobres y, además, tenemos en el sistema educativo un fuerte deterioro, tanto edilicio como en la alimentación escolar, que es totalmente insuficiente. A esto, se suma uno de los problemas más serios que padecen las chicas y los chicos en la adolescencia: el consumo problemático de sustancias, donde no hay dispositivos suficientes para atender la demanda», agregó Naddeo.